David Le Breton - Experiencias del dolor

Здесь есть возможность читать онлайн «David Le Breton - Experiencias del dolor» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Experiencias del dolor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Experiencias del dolor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Este libro trata sobre las diversas experiencias del dolor, de qué manera son vividas y sentidas; sobre los comportamientos y las metamorfosis que induce. El autor se aproxima esforzándose por comprender lo que vive la persona en las varias situaciones donde el dolor aparece, donde es imprescindible atender a su dimensión social y cultural.
La relación dolor-sufrimiento es el tema central de esta obra. En algunos casos se trata de un dolor que implica sufrimiento, pero en otros analiza un dolor próximo al placer o al desarrollo personal, y se esfuerza por comprender la ambivalencia de la relación con el dolor. Para ello, el autor transita por diversos caminos que atraviesan enfermedades, accidentes, conductas de riesgo en los jóvenes, deportes extremos, el body art, los piercings, tatuajes, la tortura, el parto, la sexualidad, etc. Tal como postula: «las figuras del dolor son innumerables y mi deseo es confrontarlas para tratar de comprenderlas mejor porque, si bien ciertas experiencias dolorosas destruyen a la persona, otras, a la inversa, la construyen.»
Esta obra prolonga un trabajo iniciado en otros textos de Le Breton como Antropología del dolor, Conductas de riesgo y La piel y la marca.
Un libro imprescindible para todos aquellos que trabajan con problemáticas del padecimiento. Pero también para quienes se interesen por este tema ya que, como sostiene Le Breton: «el dolor es una clave de la condición humana, nadie puede escaparle siempre, es inconcebible una vida sin dolor… Como la enfermedad o la muerte, el dolor es el precio que pagamos por la dimensión corporal de la existencia. Todo individuo está condenado a la precariedad, pero simultáneamente, si bien su cuerpo está destinado al envejecimiento y a la muerte, también es el requisito del sabor del mundo.»

Experiencias del dolor — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Experiencias del dolor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El clínico, por supuesto, puede tratarlo de manera diferente y no olvidar nunca la singularidad del paciente, pero para el paradigma médico la enfermedad consiste en una entidad biológica universal que se traduce por una serie de signos clínicos. Este modelo se instituye más allá de cualquier referencia social, más allá del suelo, más allá de la historia. La enfermedad y las heridas por lo tanto dan cuenta de una historia natural y de una biología instalada en la naturaleza. Por el contrario, para la antropología médica, la medicina es una práctica cultural con sus formas específicas de interpretar y tratar las afecciones y los síntomas (Engel, 1977; Good, 1998; Laplantine, 1992; Le Breton, 2008a y b; Pizza, 2005), se basa en una visión propia del ser humano, de su cuerpo, implica una representación del mundo, aunque esta última esté comprometida con un marco de verificaciones, racionalizaciones, efectividad, etc. No es una verdad en acción por múltiples razones, la más trivial es que un médico no es la medicina, y que además el tratamiento de un paciente despierta innumerables variables capaces de influenciar enormemente la relación y la patología misma, en su naturaleza y su evolución. Igualmente, lo doloroso no es el dolor, etc. Otros médicos demandan paradigmas y cuidados de otro orden (Le Breton, 2008a).

En la biomedicina rivalizan dos enfoques del dolor, muy diferentes por sus consecuencias para los pacientes. La teoría de la especificidad es una representación hegemónica de larga data que considera que una causa induce una enfermedad o un dolor proporcional a una lesión, por medio de un aparato neurológico apropiado (Melzack, Wall, 1989, 129 sq.). Descartes, en 1664, describe el mecanismo del dolor como un sistema nervioso que conecta la piel y el cerebro. Según esa teoría, una llama sobre la piel estimularía los nervios y detonaría la reacción del cerebro, igual que cuando un hombre tira de la cuerda al pie de la torre, suena la campana en el campanario. Esta teoría puramente fisiológica, heredera del dualismo, corresponde a un enfoque médico que oscurece todo interés, por lo demás accesorio, por la palabra y la historia singular del enfermo para indagar los mecanismos corporales puestos en juego en la enfermedad. De este modo cada dolor tendría una causa específica y le correspondería con una eventual modalidad terapéutica. Como muchas representaciones médicas que no toman en cuenta a la persona salvo aislada en un conjunto de cuestiones fisiológicas, esta teoría de la especificidad se enfrentó con muchas anomalías que la medicina carga en la cuenta de un “resto” todavía a dilucidar. Por otra parte, debido a lo impersonal de la sensación neurológica, la intensidad del dolor debería ser proporcional a la lesión, cosa que la experiencia contradice, sin que haya una explicación de esta anomalía.

A la inversa, la teoría de la puerta enunciada en 1965 por Melzack y Wall revela la noción de un dolor puramente sensorial y transmitido en línea recta al cerebro. La experiencia dolorosa está sujeta a diferentes dimensiones, donde los datos neurológicos se integran con los datos cognitivos y afectivos y se entrelazan con la experiencia pasada del enfermo. Melzack y Wall restauran el anthropos y ya no conciben el dolor como un fenómeno impersonal y estrictamente neurológico; las puertas se abren o se cierran a lo largo del trayecto nervioso, mecanismos de diferentes órdenes influyen en el mensaje doloroso matizando el sentimiento. Es “el individuo entero”, como dijo anteriormente René Leriche (1937, 401), quien lo siente, con todo el espesor de su historia personal, y no solamente como un mero organismo reducido a su biología. En consecuencia, la acción contra el dolor deja de ser esencialmente quirúrgica o farmacológica, no basta que actúe sobre las actividades fisiológicas sino que movilice otros recursos invitando al paciente a contribuir a su curación. En otros términos, el grado de sufrimiento está ciertamente modulado por las intervenciones médicas, pero también por los procedimientos del significado basados en la palabra o en las técnicas del cuerpo como la imaginería mental, la sofrología, la hipnosis, la relajación, el yoga, etc. Si bien la percepción del dolor está determinada por los datos que mezclan la fisiología y la psicología, la tarea del médico o del enfermo no es sólo actuar sobre un mecanismo que sería el único responsable de la sensación dolorosa, sino movilizar los recursos individuales multiplicando los medios para identificar los más eficaces.

No se puede pensar en ninguna panacea frente a la multiplicidad de datos implicados en cada dolor. Melzack y Wall pregonan entonces el uso racional de tratamientos conjuntos y el trabajo multidisciplinario (1989, 236). Concluyen su obra afirmando: “Aprendimos a aceptar que el dolor no se produce por la simple activación de un solo sistema específico de señalización, sino que está sujeto a una serie de controles que actúan en el contexto de un sistema nervioso integrado completo. Entonces deviene necesario combinar los recursos disponibles, para permitir al sistema nervioso encaminarse hacia un modus operandi normal y libre de dolor” (242). La teoría de la puerta ha expandido considerablemente la gama de recursos para el alivio del dolor; es en gran medida la teoría de referencia de los médicos implicados en los centros del dolor, aunque la teoría de la especificidad continúa siendo el eje de la práctica médica contemporánea.7

El dolor borra toda dualidad entre la fisiología y la conciencia, el cuerpo y el alma, lo físico y lo psicológico, lo orgánico y lo psicológico, muestra el entrecruzamiento de estas dimensiones separadas únicamente por una larga tradición metafísica de nuestras sociedades occidentales (Le Breton, 2008a y b). No es el de un organismo, no se esconde en un fragmento del cuerpo o en un tramo nervioso, el dolor marca al individuo y desborda en su relación con el mundo, entonces es sufrimiento. Antes del significado, el dolor no existe porque entonces habría que concebirlo como un fenómeno puramente nervioso sin el individuo para experimentarlo. No existe una medida en común entre el grado de alteración de un órgano o de una función y el grado de dolor sentido, el dolor no es la traducción matemática de una lesión sino un significado, es decir que es un sufrimiento, se lo siente según las pautas de interpretación inherentes al individuo. El ser humano no es su cerebro sino lo que él hace de su pensamiento y su existencia por medio de su historia personal. Acerca de esto, la definición de la IASP (International Association for the Study of Pain) borra toda ambigüedad, supera el dualismo postulando al dolor como una experiencia sensorial y emocionalmente desagradable asociada a una lesión de los tejidos real o potencial, o descripto en términos que evocan tal lesión. Esta definición insiste sobre la sensación del sujeto, adopta su punto de vista y valora su palabra. El dolor no es sólo una sensación sino también emoción que permite que surja la cuestión del significado, y más allá está la percepción, es decir la actividad de descifrarse uno mismo y no el rastreo de una alteración somática (Le Breton, 2006).

Tratándose de la condición humana, la cuestión del dolor no se agota en la afección corporal. No es sólo una historia del sistema nervioso. No es un objeto natural que puede ser aislado. La identificación de sus “causas” por la medicina o el practicante tradicional se apoya en una interpretación fundada en una disciplina de pensamiento y una observación clínica que sólo cubre parcialmente lo referente al paciente que lo sufre. Pero esta es la primera tarea, “objetivar” el mal para poder aprehenderlo y elaborar un discurso sobre él. La concepción de un dolor puramente sensorial fundado en una organicidad “objetiva”, detectable únicamente por medio de los exámenes y el diagnóstico, remite a una ideología racionalista temible para el paciente que cae en manos de esos médicos. No hay dolor “objetivo” comprobado por el examen médico y sentido más o menos por los pacientes según sus filtros sociales, culturales o personales, sino un dolor singular percibido y marcado por la alquimia entre la historia individual y el grado del daño. La persona que sufre es la única que conoce la dimensión de su aflicción, sólo él es presa de la tortura, el dolor no se verifica, se siente (Le Breton, 2004), impacta con una fuerza particular al individuo que lo siente. G. Canguilhem lo dijo con fuerza: “Más que recibirlo o sufrirlo, el hombre hace su dolor como hace una enfermedad o como hace su duelo” (Canguilhem, 1966, 56-7). Entre la sensación y la emoción, está la percepción, es decir un movimiento de reflexividad y de sentido atribuido a quien lo siente, una afectividad en acto. Un dolor que sólo fuera del “cuerpo” sería una abstracción como lo sería un sufrimiento que fuera solamente “moral”. El dolor no abruma únicamente al cuerpo, abruma al individuo, rompe el flujo de la vida cotidiana y altera la relación con los demás. Es sufrimiento. Si el dolor es un concepto médico, el sufrimiento es un concepto del sujeto que lo sufre.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Experiencias del dolor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Experiencias del dolor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Patrick Radden Keefe - L'imperi del dolor
Patrick Radden Keefe
David Martín del Campo - ¡Corre Vito!
David Martín del Campo
Romina Del Mónaco - Idiomas del dolor crónico
Romina Del Mónaco
Francisco Antonio León Cuervo - Las tierras del dolor. Yo jomú nu ú'ú
Francisco Antonio León Cuervo
María Luisa Puga - Diario del dolor
María Luisa Puga
David Markson - La soledad del lector
David Markson
Отзывы о книге «Experiencias del dolor»

Обсуждение, отзывы о книге «Experiencias del dolor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x