En esta línea es importante también señalar el lugar de la sala de espera como factor de presión para el analista y también para los pacientes. Los obsesivos dicen: “Yo con esta gente esperando no puedo hablar”. [Risas]. En definitiva, todo el dispositivo, incluida la sala de espera, están en la línea del analista presionando hacia una conclusión.
Cuando hablamos entre analistas de casos o de casuística lacaniana también se produce una operación de reducción y acortamiento del tiempo, en la medida en que todo debe apuntar a ubicar lo que dijo el paciente, lo que dijo el analista y la respuesta del paciente frente a lo que dijo el analista. Para mí la clínica lacaniana es una clínica que tiene muy presente la marcación que hace el analista y si no la hace, para mí no se arma el caso, porque el caso no viene solo.
Por todas estas razones es que pensé en tomar el texto Construcciones en el análisis para trabajar la idea de que no hay un fin natural del análisis. Ese final no tiene nada de natural, independientemente de lo que quiera decirse con natural o no natural. Un fin del análisis lo preparan el paciente y el analista desde el primer día, apuntando desde ese momento a lo que hemos llamado “una ficción”. El análisis lacaniano se orienta al final por un artificio y no por la adecuación a la realidad, y ese artificio se construye desde el primer día siempre que el analista intervenga desde el inicio y se dirija hacia ese lugar.
La idea de que el paciente vaya de algún modo solo hacia un punto no es correcta, a mi entender, dado que el análisis es constructivo en la medida en que, en primera instancia, construye algo que no estaba dicho, para luego, en una instancia posterior, ser deconstructivo sacando todo lo que sobra para arribar a la localización última del análisis.
En resumen, propongo una investigación acerca de si los análisis lacanianos son más cortos. Para eso exploremos la variedad de fenómenos que ustedes conozcan o experiencias que hayan vivido acerca del final del análisis, se trate de interrupciones, cambios de analista, etc. Tengamos en cuenta también que si no planteamos que hay un final, la ética del forzamiento se debilita. El analista avanza hacia el final desde el primer día con ese forzamiento cuyo instrumento es la interpretación.
El trabajo que realizaremos viene dado por estos ejes. Exploraremos Análisis terminable e interminable, interrogando especialmente los tópicos relativos a la sexuación femenina y al final de análisis. Todos los fenómenos clínicos que ustedes vean en forma de terminación del análisis los podemos aportar y discutir, incluidos los re-análisis y los cambios de analista.
Voy a retomar también una frasecita que dice Miller por allí: “El punto de capitón que pone el final del análisis, eso ordena el análisis y la vida…”. Después vamos a entender qué es lo que dice, pero así es la frase, refiriéndose a la vida para adelante y para atrás, no para adelante solamente. ¿Preguntas?
BRÍGIDA GRIFFIN: Te quería pedir que ampliaras un poco más la cuestión de la sesión corta en relación al análisis lacaniano que, según lo que explicabas y tu parecer, debiera ser más breve. Te lo pregunto porque hay un hecho constatable y es que ningún análisis de los que hemos hecho es más breve. Todos quienes nos encontramos acá hacemos análisis lacanianos que se extienden tanto como los otros.
JORGE CHAMORRO: Lo vamos a ir desarrollando, pero ya dije algunas cosas en ese sentido. Si uno no deja expandirse la sesión y reduce la inercia a hablar, creo que se verán efectos en la operación final. Si se produce esa reducción radical de la proliferación de palabras, los tiempos se tienen que achicar.
En tu caso por ahí es un problema de tu analista, yo que sé [Risas], que no te forzó a salir, o te forzó a salir y vos te negaste, no tengo idea [Risas].
B. GRIFFIN: No, no hablo en nombre propio, hablo de los análisis lacanianos en general.
J. CHAMORRO: Estudiaremos el tema pero creo que debemos partir de la observación del hecho de que desde un punto de vista lógico debiera ocurrir que el análisis sea más corto.
P.: Eso es algo que no necesariamente se cumple en la práctica… Podemos tenerlo como perspectiva, pero…
J. CHAMORRO: Diríamos que no se cumple en la práctica…
P.: Le escuché una vez a Laurent decir que el promedio de los análisis es de 15 años. Lo que se encuentra mucho en los testimonios es que el analista al final hace algo que le demuestra al analizante que se terminó, ya sea que deja la silla vacía o de alguna otra manera.
J. CHAMORRO: O le dice que le cobra el doble.
P.: Hay varias maneras, hay varios testimonios que relatan esa experiencia. Miller habla de llegar en el final a un punto de satisfacción. Siempre hay un acto del analista que no va en el sentido de “te doy el alta”, pero sí en el de demostrar que se acabó. Lo que se acaba es molestar las defensas. Aunque estoy de acuerdo en que hay algo que no se acaba en tanto es lo incurable.
J. CHAMORRO: En esto que decís puede incluirse la teoría de los ciclos de análisis. ¿Qué es un ciclo? No hay un fin de análisis irreversible, pero esa formulación es post-fase. Se habla de ciclos de análisis como una forma de interrogar el final inapelable. Cuando se dice que hay ciclos se quiere decir algo así como: “Andá y podés volver…”.
Más adelante trataremos de captar qué quiere decir la deconstrucción del Otro al final. Qué quiere decir que al final no hay Otro.
Hice mención a toda esta fenomenología de los distintos tipos de finales con la idea de ampliar el marco de nuestra interrogación. ¿Hay final o no hay final? ¿Qué es el final para nosotros? No vamos a encontrar una respuesta inapelable a estas preguntas, pero me parece importante profundizar en ellas.
PATRICIO ÁLVAREZ: Dos observaciones. La primera es que en algún momento los AE empezaron a decir cuántos años de análisis habían hecho y me ha dado la impresión que en los últimos testimonios se dice que ha habido menos años de análisis, más específicamente alrededor de 15 años.
Me parece que la cuestión de los ciclos se tomó de dos maneras: por un lado y en relación al libro Efectos terapéuticos rápidos se habló de los ciclos en ciertas condiciones, por ejemplo en la cuestión de la urgencia, de la institución, etc. Por otro lado, otro modo de tomar los ciclos que me parece más interesante en relación a esto que estamos hablando, es el de referirlos al punto en el que aparece una conclusión lógica que remite a un momento y a ciertas condiciones de análisis.
Me refiero a observaciones acerca de cómo un análisis puede llegar a un fin del análisis con un determinado analista en ciertas condiciones, lo cual no quiere decir necesariamente que eso implique por sí mismo el pase. En otras condiciones quizás se llega a un punto de certeza del final y esa persona va, hace el pase, le dicen que no y entonces en otras condiciones distintas vuelve a hacer un análisis. Pero eso no quiere decir que las condiciones de ese análisis que llegó a su final lógico no sean válidas. También se pueden pensar los ciclos del análisis en el sentido en que se llegó a un punto de reducción y a un final lógico que quizá no coincida con el pase, que quizá no coincida con el jurado que nomina a un AE, pero que es un final del análisis.
J. CHAMORRO: Todo esto es parte de una idea general que siempre mantengo y que consiste en intentar interrogar nuestras convicciones inapelables para hacerlas vacilar.
El jueves que viene nos vemos. [Aplausos]
Clase 2 DE UN OTRO AL OTRO
Creación
El sujeto
El deseo
El acto
No hay metalenguaje
Este es el título que lleva el Seminario 16 de Jacques Lacan, De un Otro al otro. Allí leemos: “Me gustaría indicar si aun no lo sospechan que este título significa algo que requiere una elección cuidadosa de estas palabras que se escriben –como atrevo a esperar de ustedes las escriben en sus cabezas– de un Otro al otro. Este año escribí varías veces la A mayúscula en estas hojas donde les recuerdo cada tanto la existencia de algunos grafos y el otro concierne a lo que escribo con a minúscula”. (1)
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