1 ...7 8 9 11 12 13 ...23 En este marco, pensamos que el Banco Central y el sistema de encaje fraccionario son el corazón y la causa del problema. No hay que luchar por la independencia del BCRA. Hay que luchar para cerrar el BCRA. No necesitamos que los bancos den más crédito. Necesitamos que el crédito que den los bancos tenga respaldo en ahorro genuino. O sea, necesitamos que los bancos comerciales dejen de dar, de una buena vez y por todas, crédito inventado desde la nada misma. El crédito bancario inventado a partir del sistema de encaje fraccionario es un gran negocio para los banqueros y políticos, cuyos costos son pagados por toda la sociedad, afrontando burbujas y booms artificiales insostenibles, que inexorablemente deben ser seguidos de recesiones y/o crisis deflacionarias. Con el Banco Central, que emite dinero monopólico sin respaldo y actúa de prestamista de última instancia, y el sistema de encaje fraccionario hacen grandes negocios los políticos, burócratas y banqueros. Del otro lado estamos nosotros los agentes económicos privados, que pagamos su fiesta sucesivamente con impuesto inflacionario, mala inversión, proyectos de inversión destinados a fracasar, nivel de actividad insostenible, recesión, quiebras, crisis y deflación.
En pocas palabras, la política, sus burócratas y cortesanos asociados hacen negocios de corto plazo debido a la actual arquitectura del sistema monetario, bancario y financiero. Del otro lado, los agentes privados pagamos dichos negocios en el largo plazo, afrontando el ciclo económico de boom&bust generado por el dinero y el crédito fraudulento artificial que el sistema monetario, bancario y financiero genera en beneficio de la asociación inmoral y la complicidad solidaria existente entre políticos, burócratas y banqueros.
Por consiguiente, hay que plantearse preguntas como: ¿Puede organizarse un sistema monetario ajustado al principio de la libertad? ¿Podemos tener un mercado monetario totalmente libre, tal como existe para una gran cantidad de otros bienes y servicios? ¿Puede organizarse un sistema monetario sin Banco Central y sin sistema de encaje fraccionario; y si así fuera, qué forma se le daría? Estamos convencidos que si queremos limitar el accionar de los gobiernos y evitar los avances fraudulentos de los burócratas contra nuestra propiedad privada, libertad y (en el extremo) vida, tenemos que estudiar, pensar y proponer alternativas en este sentido.
De hecho, en este libro propondremos una reforma monetaria y bancaria tendiente a establecer y organizar un sistema monetario que se ajuste a los principios de la libertad. En este sentido, tenemos dos opciones teóricas bajo las cuales delinear nuestra propuesta de reforma monetaria y financiera: la escuela austriaca o la escuela de Chicago.
La escuela austriaca propone eliminar el Banco Central y dividir el sistema financiero en dos, estableciendo un sistema bancario para los depósitos a la vista, y otro para los depósitos a plazo. El sistema bancario para depósitos a la vista, ateniéndose a derecho y entendiendo la esencia de los depósitos en cuenta y caja de ahorro, que son un contrato de guarda, mantiene un encaje del 100%. Por otra parte, el sistema bancario para depósitos a plazo, también entendiendo la esencia de este tipo de depósitos que son un contrato de préstamo, opera con encaje fraccionario y hace intermediación financiera, canalizando el ahorro hacia la inversión. El punto es que sin Banco Central, o sea, sin prestamista de última instancia, no se socializan las pérdidas de las malas decisiones financieras.
Por otro lado, la escuela de Chicago propone un planteamiento similar a la escuela austriaca en cuanto a la organización del sistema bancario y financiero, pero mantiene al Banco Central tutelando toda la organización monetaria. ¿Qué implica? Que los referentes de Chicago como Simons, Mints, Director, Kinight; Schultz; Douglas; Douglas y Angells comprenden los problemas que trae aparejado el sistema de encaje fraccionario y la creación secundaria del dinero, pero siguen creyendo que los burócratas del Estado deben velar por la administración de la cantidad de dinero del mercado. Es decir, pretenden reducir la expansión monetaria vía multiplicador, pero continúan dejando la creación primaria de dinero fiduciario en manos del Banco Central y sus burócratas de turno, ignorando que los gobiernos y banqueros han sido socios a lo largo de toda la historia.
Nuestra propuesta de reforma monetaria y bancaria se enmarca dentro del paradigma de la escuela austriaca. ¿Por qué? Primero, porque los problemas monetarios se materializan a través de ambos canales, la creación primaria (base monetaria) y la creación secundaria del dinero (multiplicador monetario). Segundo, porque en Argentina es donde la creación primaria del dinero tiene más peso relativo en relación a la creación secundaria del dinero, ergo; no se puede dejar la emisión de base monetaria en manos de los burócratas del Estado, que siempre han emitido a mansalva para agrandar la base imponible y el producido del impuesto inflacionario. Tercero, porque los burócratas del Estado a cargo de los bancos centrales se han siempre asociado a los banqueros, brindándoles prebendas para estimular la creación secundaria del dinero a cambio de una parte de las ganancias provenientes de la intermediación financiera. Cuarto, porque en Argentina el peso no es reserva de valor, y en consecuencia siempre habrá corridas contra el sistema financiero, por consiguiente no puede haber prestamista de última instancia que socialice las pérdidas provenientes de las malas decisiones del sistema bancario y financiero.
En este marco, nosotros proponemos una reforma monetaria y financiera que elimine el BCRA y vire hacia una banca libre. La eliminación del Banco Central se terminará ejecutando estableciendo una libre competencia de monedas. La reforma bancaria y financiera establecerá dos tipos de bancos. Por un lado, habrá Bancos Almacén de Valor. Por el otro, operarán Bancos de Inversión.
En el tramo Almacén de Valor, las instituciones bancarias recibirán solo depósitos en guarda, con lo cual operarán con un encaje del 100% respetando las formas de derecho y la propiedad privada. No harán intermediación financiera, y sus ingresos provendrán solo de las comisiones cobradas por custodiar el dinero de sus depositantes. Por otra parte, el tramo Banca de Inversión operará con encaje fraccionario y sus ingresos provendrán de la intermediación financiera, pero sin BCRA que actúe de prestamista de última instancia, sus pérdidas no serán socializadas. Por el contrario, sus malas decisiones crediticias y financieras deberán ser asumidas con capital propio o con la quiebra.
Nuestra reforma monetaria y bancaria/financiera se instrumentaría en cuatro etapas. La primera etapa consistiría en separar la Banca Almacén de Valor y la Banca de Inversión. En esta etapa, los agentes económicos gozarían de un determinado tiempo para separar sus depósitos y distribuirlos entre los dos tipos de banca. El horizonte temporal de esta etapa sería establecido en función de la duración de la cartera crediticia de los bancos para minimizar el problema del descalce temporal. Luego de haber separado los dos tipos de bancos y cubiertos todos los desajustes monetarios y financieros (recordar que se trabaja con la duración promedio del sistema), en la segunda etapa se procede a eliminar toda regulación del sistema financiero.
Tercero, se lanza un sistema monetario de libre competencia de monedas en el cual los agentes económicos pueden elegir libremente cualquier moneda para hacer transacciones económicas y ahorrar. Cuarto, siguiendo el teorema de la regresión monetaria de von Mises (sostiene que una moneda se demanda básicamente porque se piensa que conservará su valor y poder adquisitivo) y la historia argentina, pensamos que los agentes económicos argentinos terminarán eligiendo al dólar norteamericano como dinero. Cuando esta (supuesta) dolarización tome lugar, se procederá a liquidar los activos y pasivo del BCRA, en donde los pasivos monetarios remunerados (LELIQ y Pases) terminarán siendo liquidados contra los créditos del BCRA contra el Tesoro, y la base monetaria irá contra las reservas de la autoridad monetaria.
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