Uno de tales retratos, en el que parece que se hubiera vuelto todo cabeza, tiene esta leyenda alrededor:
“AGOSTO, 7, 1933. — El 4 de agosto enterré al pie del árbol del jardín un papelito con la promesa de no enojarme durante un mes. Los hijos y la mujer me rogaban cambiar lo de no fumar por no enojarme, y resolví sostener el no fumar y agregarle la ecuanimidad”.
En agosto, 20, 1933, hay una nota que reza:
“Me parece que la tierra fecunda mis propósitos. ¿Acaso no somos hijos de la tierra? Así como a las plantas, y éstas a nosotros, así a mis propósitos. Hay mucho hálito divino en la tierra. Hoy enterré un papel con la promesa de no emitir juicio en dos semanas”.
Por ejemplo, en la siguiente nota vamos a coger vivo a nuestro hombre. Ama a Francia mucho; la cree el lugar en donde hay más razonables y equilibrados, y, sin embargo, en julio, 10, en la libreta, alrededor de uno de los retratos, hay esta leyenda:
“JULIO, 10, 1933. — Retrato de un hombre que está más triste que la tristeza. Hace cinco días que no fumo, pero estoy hecho un alma de asesino. Odio a Francia porque hay muchas rameras. Odio a Francia, exportadora de rameras. Odio a Francia, porque me ha hecho nacer el disgusto por todo: parricidios, infanticidios, estupros, avaricia, moho de la moneda s ueldo ”.
Un espíritu presa de la carne pasional, loco entre la carne. Al lado de otro retrato se lee:
“Parezco un futuro guillotinado. ¡Qué abismo de dolor en este rostro! Pienso en lo odiosa que es mi vida de Europa. ¡Dejar mi tierra ancha e inocente por este hormiguero humano!”.
“JULIO, 11, 1933. — Estoy en el séptimo infierno y no sé por dónde salir. La vida me presenta su cara de los mil horrores. ¿Qué hice? ¿Quién me suelta su veneno?
Si esto no se compone pronto, pronto, moriré.
Casi estoy seguro de un cáncer”.
Al copiar lo anterior, resolví transcribir toda la libreta, para que se entienda en las circunstancias tormentosas en que emitió sus juicios-insultos contra la libre Francia y para que se conozca bien al individuo que escribió este libro acerca de Italia. Como actualmente está entregado a mirar para el cielo, es contra su voluntad que esto se publica; sostiene que son cadáveres, partículas cadáveres de un alma que trajina, excrementos pasionales. “Tú –me dice– no comprendes que no tiene valor lo escrito o lo actuado sino en cuanto desenfunda el alma ” (se refiere al acto de sacar un cuchillo de su vaina). “El género humano es solidario y no hay Francia ni Italia: hay hombres, y mientras uno solo se quede atrás, ninguno pasará de esta etapa. Los juicios que publicas son apenas reacciones de un alma que está tan metida en la carne como una nigua 1. No quiero bulla con mi nombre; ofréceme fama o dinero y quizá me venda, pero diré que me vendí y llamaré a Dios en la noche y en los templos y retretes hasta que me reciba lo que me diste. Ya me he vendido; ya me he prostituido en todo, y lo diré, porque mi alma chilla como Jonás dentro de la ballena, o como gatos en el tejado”.
Copiemos, pues, la libreta y ninguno se sienta ofendido, que los juicios de este libro son reacciones causadas por los policías policromos de Italia, por la mujer única de Marsella , por las actitudes de Aquiles Starace o de Mussolini, o bien, por el encuentro de algún motorista de tranvía impertinente o por la lectura diaria de crímenes horribles. También, que Ochoa se hunde en la inmundicia y luego sale enfurecido, lanzado para arriba como pelota de caucho y renegando de todo…, para terminar mirando al cielo, como los gallinazos que se asolean en los tejados de las casas en Medellín.
LIBRETA Nº 615
JULIO, 4, 1933. — Hechos, hechos. La conquista de mí mismo.
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Hace hora y media que ni fumo ni pienso. Son las diez y cuarto. No pienso, luego soy.
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No bebí café en La Prefectura hoy. (Plaza en Marsella).
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Estoy un poco mejor. Hace dos años que sufro, envenenado, paroxismos, incapacidad.
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Tema para desarrollar: san Francisco de Asís no pasaría hoy de obtener una notícula irónica, corrosiva, en Le Journal , y no podría hacer lo que hizo.
La Prensa es el medio de hoy para imponer movimientos. Por ejemplo, si se le propone popularizar el monótono canto guerrero de los negros: ¡Ay, ay, aaayyyy!!!
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Hace dos horas y un cuarto que no fumo, pero emito juicios. No puedo detener el cinematógrafo interno, tan vulgar como el mundo en que vivo. Somos netamente solidarios.
* * *
Hace dos horas que no fumo. Tengo deseos de quemar los cigarrillos. Los dejé en casa. Cuando los queme, se levantarán las volutas del humo como en un sacrificio.
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JULIO, 5, 1933. — Hoy voy a quemar mis cigarrillos.
A las doce , quemé los cigarrillos que tenía.
* * *
La doctrina de la relatividad, Nietzsche, acabaron con lo existente y dieron nacimiento a los sugestionadores. Con una camisa se hace hoy un movimiento. Antiguamente, Jesucristo dijo que si no había fortaleza dentro, existía un sarcófago lleno de huesos y camisa.
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JULIO, 6, 1933. — ¡Terrible curso! La familia me es insoportable porque la amo. Un hombre que ama, es pasional. Hay que romper.
¡Insoportable mi vida en Europa! Sobre todo ¡formar una familia! ¡Eso fue lo mejor que hice! ¡Un error, un error haberme vinculado! ¡Llévame pronto de esta carne y de estos sentidos que se meten a juzgar!
A continuación de lo que precede está la nota acerca de Francia, y el retrato. Después hay lo siguiente, muy curioso:
JULIO, 20, 1933. — Después de una semana volví a fumar. La culpa fue del método, pues no reprimí el carácter, no inhibí la ira y los pensamientos tristes. Hoy recomienzo con ayuno y buen humor. Mucha culpa tienen Berenguela y los hijos que, por miedo a verme encerrado y furioso, me aconsejaron que fumara.
Esta mañana pensé que hace tres años escogí espíritu y que no he obrado de acuerdo con mi decisión; una vez decidido, no se puede retroceder, so pena de muerte. Por eso es mi gran tristeza continua. Hay que progresar día a día cuando uno se decidió por el espíritu , o por el cuerpo. No se puede dudar ya durante la marcha.
* * *
JULIO, 27, 1933. Viernes. — Señor: que mi decisión de no fumar sea apoyada. Padre nuestro que estás en los cielos…
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JULIO, 29. — Hoy me va a ayudar Dios. Comencé a no fumar, no juzgar y no airarme. Sobre todo que los sentidos no juzguen; son jueces autonombrados. El juicio es también excremento pasional.
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JULIO, 30. — Enterrados siete cigarrillos. Mi hermano Jorge también resolvió comenzar. Lo hicimos a las tres y son las diez y estamos como huérfanos.
* * *
JULIO, 31. — En el cafecito oloroso a orines, al lado del Huveaune, hace veinte horas que no fumanos y no juzgamos ni odiamos. Tristes, sobre todo Jorge.
Las 9 p. m., con ganas de fumar. Parece que la vida no tuviera interés.
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AGOSTO, 3, 1933. — Desde ayer a las cuatro me encerré en mi cuarto, airado dizque porque me contradicen en casa. Pero es disculpa; la ira es porque no fumo y porque no emito juicios. Tengo tanto desespero por salir como el Filocleón de Las avispas , el viejo juez que quería salirse hasta por las rendijas a juzgar, a condenar.
* * *
AGOSTO, 5. — Hace seis días que no hablo ni fumo. Jorge tampoco. Con un compañero se facilitan estos asuntos. No se pueden escribir bellos libros si no se tienen lectores; brincar, si no se tienen admiradores y hacer actos heroicos en la soledad, es el summum de la grandeza.
A cada instante pasan, como relámpagos, sentimientos de que la vida nada vale sin fumar en el café y sin emitir juicios. Llegan quejas hondas, tristes, de todo el organismo. De pronto, la mano se mueve instintivamente para el bolsillo de los cigarrillos, y da un desconsuelo inmenso pensar que jamás, jamás se fumará. Pero es cierto que no sentimos ninguna tristeza por no haber fumado.
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