Trevor Noah - Prohibido nacer

Здесь есть возможность читать онлайн «Trevor Noah - Prohibido nacer» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Prohibido nacer: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Prohibido nacer»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

– Mi madre me quería tanto, que tuvo que tirarme de un coche en marcha para que huyera. – Mi padre me quería tanto, que cuando paseaba conmigo lo hacía por la vereda de enfrente, sin mirarme. – Mi padre era suizo, muy blanco. – Mi madre era xhosa, muy negra. – Y, según las leyes del apartheid, por ser de razas distintas tenían prohibido hacer el amor. – Pero al parecer lo hicieron… porque nací yo. – Lo peor que podía haber hecho.Trevor Noah (Johannesburgo, 1984) nació en una familia pobre en la violenta Sudáfrica del apartheid. Dos décadas después, es la nueva estrella de la comedia política en EE. UU. y el principal azote de Donald Trump. «Triste, divertido, desgarrador e irresistible. Un relato inolvidable sobre una infancia en el apartheid… y una carta de amor a una madre excepcional.» Michiko Kakutani, '
The New York Times'

Prohibido nacer — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Prohibido nacer», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Dijiste que no querías involucrarte —respondió mi madre.

Y era verdad que mi padre lo había dicho, pero en cuanto yo vine al mundo él se dio cuenta de que no podía tener un hijo a la vuelta de la esquina y no formar parte de su vida. De manera que los tres formamos una especie de familia, en la medida en que nos lo permitía nuestra peculiar situación. Yo vivía con mi madre, y siempre que podíamos nos íbamos a visitar a mi padre a hurtadillas.

Si la mayoría de los niños son la prueba del amor de sus padres, yo era la prueba de su condición de criminales. Solo podía estar con mi padre de puertas para adentro. Si salíamos de casa, él tenía que cruzar la calle e ir por la acera de enfrente. Mi madre y yo íbamos mucho al parque que da nombre a Joubert Park. Es el Central Park de Johannesburgo: tiene unos jardines preciosos, un zoo y un tablero de ajedrez gigante con piezas de tamaño humano para que juegue la gente. Mi madre me contó que una vez, cuando yo era muy pequeño, mi padre intentó ir con nosotros. Estábamos los tres en el parque; él iba caminando bastante por delante de nosotros y yo eché a correr hacia él, chillando: «¡Papá, papá, papá!». La gente empezó a mirar. A mi padre lo invadió el terror. Le entró pánico y salió corriendo. Yo creí que estaba jugando y me puse a perseguirlo.

Con mi madre tampoco podía pasear a solas; un niño de piel clara con una mujer negra suscitaba demasiadas preguntas. Cuando yo era recién nacido, ella podía envolverme en una manta y llevarme adonde fuera, pero enseguida esa opción quedó descartada. Fui un bebé gigante y un niño enorme. Cuando tenía un año, parecía que tuviera dos. Con dos, aparentaba cuatro. Era imposible esconderme.

Pero mi madre, igual que había hecho con su piso y con los uniformes de doncella, encontró la forma de engañar al sistema. Era ilegal ser mestizo (tener un padre negro y una madre blanca o viceversa), pero no era ilegal ser de color (tener un padre y una madre que fueran los dos de color). De forma que mi madre me llevaba por el mundo en calidad de niño de color. Encontró una guardería en una zona para gente de color donde podía dejarme durante las horas de trabajo. Luego encontró a una mujer de color llamada Queen que vivía en nuestro edificio. Cuando quería ir al parque, mi madre la invitaba a acompañarnos. Queen caminaba a mi lado y actuaba como si fuera mi madre, y mi madre de verdad caminaba unos pasos por detrás, como si fuera la doncella que trabajaba para la mujer de color. Tengo docenas de fotos en las que salgo paseando con aquella mujer que se parece a mí pero que no es mi madre. Y la mujer negra que hay detrás de nosotros y que tiene pinta de estar haciendo una photobomb , esa es mi madre. Cuando no teníamos a ninguna mujer de color que paseara con nosotros, mi madre se arriesgaba a pasearme sola. Me cogía de la mano o me llevaba en brazos, pero si aparecía la policía tenía que dejarme en el suelo y fingir que no tenía nada que ver conmigo, como si yo fuera una bolsa de maría.

Cuando nací, mi madre llevaba tres años sin ver a su familia. Sin embargo, quería que yo los conociera y que ellos me conocieran a mí, de forma que la hija pródiga regresó a casa. Vivíamos en la ciudad, pero yo me pasaba semanas enteras con mi abuela en Soweto, a menudo durante las vacaciones. Tengo tantos recuerdos de aquel sitio que me da la sensación de que también vivíamos allí.

Soweto fue diseñado para ser bombardeado. Ese era el pensamiento progresista de los arquitectos del apartheid. El municipio era una ciudad en sí misma, con casi un millón de habitantes. Solo había dos carreteras, una que entraba y otra que salía. De esta manera los militares podían encerrarnos y sofocar cualquier rebelión. Si los monos se volvían locos y trataban de huir de su jaula, las fuerzas aéreas podían sobrevolar la zona y masacrarnos a todos. De pequeño no tenía ni idea de que mi abuela vivía en el punto de mira.

En la ciudad, por difícil que fuera moverse, nos las apañábamos. Había tanta gente yendo de un lado a otro, negros, blancos y de color, de casa al trabajo y del trabajo a casa, que podíamos perdernos entre la muchedumbre. En Soweto, en cambio, solo podía entrar gente negra. Era mucho más difícil esconder a alguien con mi aspecto, y el gobierno te vigilaba mucho más de cerca. En las zonas blancas apenas se veía policía, y si veías a algún agente, solía ser el Agente Sonrisas con su camisa impecable y sus pantalones planchados. En Soweto, en cambio, la policía era un ejército de ocupación. Llevaba equipo antidisturbios. Estaba militarizada. Operaba en unos grupos conocidos como «brigadas móviles», llamados así porque aparecían de la nada en vehículos blindados —hipopótamos, los llamábamos—, unos tanques con ruedas enormes y unas ranuras en los costados desde las que disparaban. Con los hipopótamos uno no se metía. En cuanto los veías, echabas a correr. Sin pensarlo. El municipio segregado estaba inmerso en un constante estado de insurrección; siempre había alguien manifestándose o protestando en algún lado y había que reprimirlo. Mientras jugaba en casa de mi abuela, solía oír disparos, gritos o a la policía rociando a la gente con gas lacrimógeno.

Mis recuerdos de los hipopótamos y de las brigadas móviles son de cuando tenía cinco o seis años y por fin el apartheid se estaba viniendo abajo. Antes nunca había visto a la policía porque no podíamos arriesgarnos a que la policía me viera. Siempre que íbamos a Soweto, mi abuela se negaba a dejarme salir de casa. Si era ella la que estaba a mi cargo, decía: «No, no, no. Este niño no sale de casa». Yo podía jugar a nuestro lado de la tapia, en el jardín, pero no en la calle. Y allí, en la calle, era donde jugaban los demás niños. Mis primos y el resto de los chavales del barrio abrían la verja sin más, salían, se pasaban el día fuera a su aire y volvían cuando anochecía. Yo le suplicaba a mi abuela que me dejara salir.

—Por favor. Por favor , ¿puedo ir a jugar con mis primos?

—¡No! ¡Si te ven, se te llevan!

Durante mucho tiempo creí que mi abuela se refería a que los demás niños me iban a secuestrar, pero se refería a la policía. Podían llevarse a niños. Y de hecho, se los llevaban . Si eras un niño del color equivocado en la zona del color equivocado, el gobierno podía venir, quitarles la custodia a tus padres y meterte en un orfanato. Y para tener controlados los municipios segregados, el gobierno usaba a su red de impipis , o soplones anónimos que informaban de cualquier actividad sospechosa. También estaban los blackjacks , o personas negras que trabajaba para la policía. El vecino de mi abuela era un blackjack , y ella tenía que asegurarse de que él no estaba mirando cada vez que me metía o me sacaba a hurtadillas de la casa.

Mi abuela todavía cuenta la historia de cuando yo tenía tres años y, un día, harto de ser un prisionero, cavé un hoyo por debajo de la cancela de la entrada para coches de su casa y me escapé. A todo el mundo le entró el pánico. Una partida salió en mi búsqueda. Yo no tenía ni idea del peligro al que estaba exponiendo a todo el mundo. Podrían haber deportado a la familia entera, podrían haber arrestado a mi abuela, mi madre podría haber ido a la cárcel y yo seguramente habría terminado en el centro de acogida para niños de color.

De forma que me tenían dentro de casa. Aparte de los escasos paseos por el parque, los fragmentos de recuerdos que tengo de mi infancia son todos de puertas para adentro: mi madre y yo en su diminuto piso y yo solo en casa de mi abuela. No tenía amigos. No conocía a más niños que mis primos. No es que me sintiera solo; se me daba bien estar solo. Leía libros, jugaba con el juguete que tenía y me inventaba mundos imaginarios. Vivía dentro de mi cabeza. Y sigo viviendo dentro de ella. Todavía hoy me puedes dejar horas solo y estoy perfectamente feliz, entretenido con mis cosas. Tengo que acordarme de estar con otra gente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Prohibido nacer»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Prohibido nacer» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Prohibido nacer»

Обсуждение, отзывы о книге «Prohibido nacer» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x