Vanesa: Date un buen capricho esta noche, estoy segura de que Alejo sabe bien lo que se hace.
No merece ni contestación. La veré mañana, así que ya le podré decir que deje de beber que se está quedando sin neuronas. Tampoco lo voy a negar, seguro que tiene razón en su comentario y sería un buen capricho para mí, pero una tiene que saber quién es quién en su vida y cómo quiere mantenerlo.
Álvaro: Creo que nos merecemos una conversación. Mentiría si dijera que estoy bien, y a ti, Lara, no puedo mentirte.
Lara: Quizás tengas razón, sabes dónde encontrarme el lunes.
No quiero darle más bombo. Para mí resulta muy complicado tenerlo cerca y no poder ser nosotros dos. Dice que a mí no puede mentirme, pero podría haberme contado antes lo de su compromiso. ¿Qué esperaba? ¿Que llegara un día y me lo encontrara casado y con dos niños? Sé que no hay momento bueno para una noticia así, pero si le has tenido cariño a esta persona, lo menos que puedes hacer es informarla de un paso importante en tu vida. Lo entiendo, normalmente cuando lo dejas con una pareja, la gente evita tener contacto o noticias por su parte, y más con algo así, porque lo que intentas es hacerla desparecer, en cierto modo, de tu vida. En mi caso, es distinto, por cómo nos hemos criado, de dónde somos y lo que significa este pueblo en nuestra historia. Es algo de lo que no nos podemos esconder.
Yo tampoco me he sentido bien mintiéndole esta noche, entre nosotros nunca ha habido secretos y no me gusta sentir que lo estoy engañando. Probablemente tenga razón y nos merezcamos esa conversación; una en la que podamos vaciarnos, hablar de estos seis años, hablar de nosotros, de nuestras sensaciones al volver a vernos, de nuestra relación, de lo que pasó, de por qué nos encontramos en este punto… Vale, seguramente necesitamos mucho más que una conversación, pero por algo debemos empezar.
Número desconocido: Me encanta ponerte nerviosa, lástima que en tus posados parece que tengas más carácter.
Este tío es imbécil. Y con todas sus letras. ¿Que me haya pirado después de bailar con él no le ha dado ninguna pista sobre que me importa un comino lo que piense de mí? ¿Acaso es un experto en leer el cuerpo de la gente y ha interpretado señales que ni yo misma veo? Si piensa que me pone nerviosa, me alegro por él, pero que no se haga muchas ilusiones al respecto. Solo es un tío guapo, vale, lo admito, increíblemente guapo y con un saber estar y una percha para los trajes… En fin, nada que no pueda obtener en otra parte.
Lara: Ya te gustaría a ti ponerme nerviosa, por suerte para mí, estoy muy satisfecha.
Puestos a mentir y a jugar a las parejas, que Alejo me sirva también en mis coartadas.
Número desconocido: Podrás engañar a tu príncipe azul; a mí, en absoluto. El próximo día comprobaremos lo nerviosa que te pongo… o quizás tienes miedo de que descubra lo mojada que vas a estar.
No. Por aquí no voy a pasar. La prepotencia que la guarde para quien le aguante, no para mí. Y no, mojada solo hay un hombre que me ponga nada más verle, y no es él.
Lara: En tus mejores sueños.
No voy a seguir con esta estúpida conversación, así que vuelvo a guardar el móvil en el cajón antes de que pueda volver a replicarme. Mirando el lado positivo, ya ha pasado una semana y tampoco se me ha hecho tan cuesta arriba, ¿no? La ilusión no debe perderse nunca y prefiero pensar así que deprimirme por todos los acontecimientos que estoy viviendo. Me quedan unas tres semanas por aquí y luego podré volver a mi rutina, que, aunque a veces pueda parecerme estresante, me permite sentirme feliz la mayoría del tiempo. Plena, ya es otra cuestión.
A ver si engaño a mi padre para volver a salir a navegar mañana, y por la tarde me quedaré en casa de mi abuela ya que el domingo suele ser un día de familia y no quiero entorpecer los planes de nadie de por aquí. ¿Tendrá el desconocido su familia aquí? No me imagino yo dirigiendo un hotel, sola todo el día, porque tampoco me ha parecido que tenga amigos en el pueblo. Aunque a mí me importa un bledo. A mí solo me preocupa que lo sucedido durante estas semanas no me afecte mi vuelta, que pueda perder mi esencia o que pueda afectarme tanto psicológicamente que me cueste volver a ser yo misma.
Lo que sí que empiezo a pensar es que en este pueblo se está volviendo todo el mundo majareta. Con lo tranquilo que lo dejé al irme y lo revolucionado que me lo encuentro. Espero que, al menos, mi cabeza quede intacta y no se contagie por esta locura… Porque no sé en qué momento cierro los ojos y mi mente empieza a divagar en un sueño que para nada me esperaba. Creo que la noche me ha afectado más de lo que pensaba y ahora estoy pagando la factura. No sé en qué momento he decidido que tener un sueño erótico era buena idea. La cuestión es que no he logrado descubrir del todo quién era mi acompañante. A veces aparecía Alejo y volvía a recrear el beso que tanto me ha provocado; a veces, era el dueño del hotel y su prepotencia me encendía más, volviendo al agarre en la pista de baile; y a veces se trataba de Álvaro y su dulzura en la cama. Ha sido un tanto raro, pero realmente placentero y eso me asusta. Puedo considerarlo más una pesadilla y temo estar volviéndome loca.
No puedo pensar con mucha claridad y tampoco puedo seguir de esta manera, que nunca he sido de comerme tanto la cabeza. Admito que tampoco he tenido motivos, puesto que conocía a un chico que me atraía y si me apetecía me lo pasaba bien, pero sin pensar más allá y sin creer que había algo más de lo que disfrutar, solo pasarlo bien. Ahora creo que el revuelo que me ha provocado Álvaro me está afectando, haciéndome ver otros hombres de una manera distinta. Voy a tener que empezar a organizar mi puzle interior para poder enfrentarme a los demás.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.