Margarita Hans Palmero - Brumas del pasado

Здесь есть возможность читать онлайн «Margarita Hans Palmero - Brumas del pasado» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Brumas del pasado: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Brumas del pasado»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Helena es una mujer que en apariencia lo tiene todo, pero en el fondo, ella sabe que algo no cuadra en su apacible vida de ama de casa, casada y madre de dos hijas.Una noche acude a una fiesta medieval, donde conoce a un hombre extraño envuelto en un halo de misterio ; y donde una vidente le vaticina un giro inesperado en su vida, alegando que tendrá de buscar sus orígenes y su destino.Desde este momento, la vida de Helena da un giro sorprendente, donde descubre que pudo ser víctima de un secuestro infantil . A través de la hipnosis alcanza a descubrir un pasado más que inquietante e inesperado.

Brumas del pasado — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Brumas del pasado», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

–Lo hemos hablado mucho. Ahora no puedes echarte atrás.

Alejandra sintió la fuerza en las manos de él, agarrándola con furia de los antebrazos, y miró la negra profundidad de sus ojos. El pequeño cuerpo oculto bajo la gruesa tela maloliente empezaba a moverse de nuevo. Mejor sedarla, era tan pequeña… así tal vez no lloraría, no sentiría tanto miedo, no olería aquel tufo e incluso su culpa se tranquilizaría.

–Prométeme que todo saldrá bien, Marcelo… –Terminó rogándole con lágrimas en los ojos.

Él la tomó de la cintura y la acercó hacia sí. Estaba muy seguro de la reacción que provocaría en ella con ese gesto. La había escogido bien. Una mujer sola, ya algo mayor, carente de autoestima.

La besó casi de forma salvaje. Aprisionó entre sus manos las curvas de ella, las que le gustaban y las que no, debía encender sus sentidos, hacerla sentir poderosa, lasciva y, sonrió para sí mismo, dependiente de él.

Alejandra solo podía pensar en que él la amaba. Alguien que la besaba con esa pasión no podía estar fingiendo. Solo tenía que aguantar aquella situación un poco más. Después serían libres para siempre. Estarían forrados y podrían vivir bien durante mucho tiempo. Y la niña… Sintió una punzada de remordimiento, pero la tapó con más engaños. La niña estaría bien. Se la iban a vender a una familia rica. Seguro que estaría bien…

– 3 –

–¡Selena, por favor, deja ya a tu hermana tranquila!

Risas y gritos se mezclan cada mañana junto al olor suave del café y las tostadas. Cada día se repite la misma letanía. Cada día tengo la sensación de estar viviendo algo ya vivido. Desde que el despertador suena por la mañana a las siete y media, una especie de engranaje interior comienza a hacer de las suyas. Mi cuerpo y mi mente se alinean en uno solo, que sabe lo que ha de hacer. A veces pienso que si al levantarme por las mañanas me rebelase contra el mundo y permaneciera inmóvil y con los ojos aún cerrados, mi cuerpo por sí solo se abriría paso en el laberinto de mi monotonía diaria.

Mientras me dirijo a la cocina, me voy transformando. Dejo de ser una tranquila mujer y paso a convertirme en una especie de madre sargento, capaz de impartir órdenes sin riesgo de ser desobedecida.

Cada día es idéntico, al menos de lunes a viernes. También son idénticos los fines de semana entre sí. A pesar de ello, no me estoy quejando. Me considero una mujer con suerte. Quiero a mi marido, tengo dos hijas maravillosas y una vida tranquila y apacible.

Soy el ama de casa perfecta. Sin problemas económicos ni de otra índole. Mi mundo es… casi perfecto.

Supongo que nadie es feliz al cien por cien. ¿Qué otra explicación puede haber para esto que siento cada día con más fuerza? Desde hace un tiempo, y sin motivo aparente, una pequeña vocecita interior me susurra al oído mientras duermo. Una voz que no deja de decirme que en mi vida falta algo importante, que estoy viviendo a medias. Pero no puedo dejar de repetirme a mí misma, una y otra vez, que todo deben ser meras bobadas. ¿Qué más se puede pedir?

Aún recuerdo las sabias palabras de mi abuela Angustias, que siempre me decía con todo el cariño del mundo…

–Cariño, el que no llora no mama.

Pues menudito consejo me dio mi abuela. A mis treinta y nueve años he llorado pocas veces. Cuando Pablo López me dijo que no quería ser mi novio, cuando dos días después Azucena le dio un beso delante de mis narices, la muy hija de pu…, la muy hija de puta. Y desde luego, cuando mi abuela murió, que lloré hasta quedarme vacía por dentro. Creo que fue la primera vez que sentí realmente esa sensación angustiosa, que hace que aunque quieras frenar tus sentimientos, ello es, “por suerte”, imposible.

Soy hija única, pero jamás me he sentido sola. Nuestra familia siempre ha sido feliz. Por supuesto que, como todos, tuvimos nuestras dificultades y piedrecitas en el camino, pero vivíamos bien. Mis padres, Andrés y Consuelo, siempre han sido unos padres cariñosos, comprensivos y, en cierta forma, tradicionales. Tradiciones que yo misma he compartido con mis hijas. Una especie de ciclo vital que se va transmitiendo de generación en generación. Una rueda que gira y gira en perpetuo movimiento haciendo que todo continúe.

–¡Por Dios Maia! ¿Qué haces? –le grito esta vez a mi hija pequeña.

–Lo siento mami, se me ha caído –me contesta con cara inocente.

Cara de no haber roto un plato en su vida, cosa falsa por otro lado, es más, acaba de romper uno. Otro más de muchos.

–De veras, no sé en qué pensáis. ¡No tenéis cuidado con nada! ¡Venga, no sea que encima te cortes! ¡Date prisa! ¡No toques, ya te he dicho que lo dejes! Uf, señor…

–No te enfades mamita, te salen arrugas en los ojos –me dice Maia con una sonrisa picaruela.

–¡Fernando! ¿Te has caído por las tuberías? ¡Baja ya, que las niñas van a llegar tarde! –le grito como una especie de posesa endemoniada a mi marido que aún no ha bajado a tomar su café.

Es alucinante lo que puede complicarse un desayuno familiar. Cada mañana mi cocina se transforma en una especie de batalla campal. Hoy hemos tenido bajas. Un plato y un vaso yacen inertes hechos trizas, como mi ánimo esta mañana.

Miro alrededor y de veras que no sé por dónde voy a empezar a recoger cuando todos se marchen. Esto es un auténtico desastre. ¿Para qué puñetas quería yo tener una enorme cocina? A más grande, más trastos caben. “So gilipollas”, me digo a mí misma.

Y Fernando. ¿Cómo puede tardar tanto un hombre en arreglarse? ¡No tiene que maquillarse por Dios!

Con gestos rápidos y precisos me teletransporto a coger el cepillo y el recogedor. Voy a retirar los cadáveres antes de que alguien se corte. En el umbral de la puerta de la cocina, casi me como a mi marido que acaba de hacer su aparición en ella. Por fin. Es como si cuando le he gritado hace un segundo, él ya estuviese aquí. Pero claro, eso no puede ser, porque entonces habría entrado en la cocina antes y tal vez hubiese detenido el caos que tienen montado estas dos. ¿Verdad?

Lo miro con aprensión, pero él me sonríe y... mmm. Cómo huele. Acaba de afeitarse y ducharse. Impecable. Traje de chaqueta gris y camisa azul cielo, como sus ojos. Cada día más guapo. Hoy viste tan elegante porque tiene una importante reunión de negocios. Ya lo decía yo antes, soy una tía con suerte. Aquí, mi atractivo marido, con cuarenta y un años, es alto, rubio, ojos azules y todo un espectáculo para la vista.

–Buenos días guerrillera –me susurra mientras me besa la frente.

–Buenos días.

Hace un par de años o cosa así, se empezó a obsesionar con que estaba gordo, que no hacía deporte, que se notaba “engarrotado”, que había que cuidarse. Pensé que moriría de inanición cuando de pronto empezó a tomar cosas sin sal y a reducir grasas de una manera rápida y, desde luego, efectiva. Creí que me daba un patatús cuando le vi sustituir su bocata de chorizo medianero por una manzana. Incluso se apuntó a un gimnasio y poco a poco, y de forma gradual, todo comenzó a dar sus frutos y él empezó a perder peso.

Tiene una empresa heredada de su padre a medias con su hermano Ángel, nueve años mayor que él. El padre de ambos, Tomás, montó en su día un pequeño taller de mecánica. Con el paso del tiempo, se convirtió en la empresa familiar y en uno de los talleres más importantes de la región, con importantes beneficios y un personal que no dejaba de crecer.

Mi cuñado, Ángel, es un auténtico manitas de la mecánica. Le gusta mancharse las manos de grasa y escuchar el ruido de un motor que vuelve a rugir con fuerza.

Por su parte, Fernando, es más de números. La contabilidad, las ideas empresariales y, por supuesto, el marketing. En su día, terminó convenciendo a su padre para que llevase a cabo innovaciones importantes y finalmente terminaron por fundar “Gutiérrez e hijos”.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Brumas del pasado»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Brumas del pasado» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Brumas del pasado»

Обсуждение, отзывы о книге «Brumas del pasado» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x