El sur: monte, sequía y océano.El sur es la tierra de los arbustos y de las grandes zonas semidesérticas salpicadas de baobabs, plantas espinosas y cactus, así como de las estepas de pastos altos. Es la región que recibe menos precipitaciones. Las sequías ( kere ) se ensañan a veces con la zona. Las carreteras son en su mayoría pistas. Después de Betioky comienza el país de los mahafaly, salpicado por tumbas legendarias coronadas con aleaciones talladas. Ampanihy es conocido por sus alfombras de lana mohair. Entre Toliara y Soalara, a lo largo del extenso arrecife de coral, se encuentra un fondo marino magnífico. En todas partes, tanto en la región de Androy como en la tierra de los mahafaly, los pastores llevan sus enormes manadas de cebúes de pueblo en pueblo; las canoas pendulares de los pescadores vezo se enfrentan a la resaca.
El norte: picos, ámbar y ríos.Al norte de la isla se levanta un gran macizo volcánico, el Tsaratanana, que incluye las mayores altitudes de Madagascar, con los 2880 m del Maromokotra. Desde el Tsaratanana discurren el Sambirano y el Mahavavy, dos ríos que riegan la tierra, los campos y los cultivos desde las llanuras hasta los deltas. Al noroeste, frente a la costa, la isla de Nosy Be es un centro de turismo internacional, en particular de turismo italiano. Aquí, aquellos que disfrutan de playas doradas, deportes acuáticos e instalaciones hoteleras de lujo no se sentirán decepcionados. La principal ciudad del norte, Antsiranana, con su endiablada vida nocturna, está anclada en el centro de una gran bahía que siempre ha sido objeto de deseo. El extremo norte de Madagascar termina con gran belleza gracias a una sucesión de cráteres y lagos, una montaña y un cabo de ámbar, Tanjona Bobaomby.
Clima
El trópico de Capricornio atraviesa el sur de Madagascar... Pero los trópicos son complejos, y la influencia del relieve, la vegetación y los vientos tiene un impacto en el clima y las estaciones. Así, la isla está situada entre la zona de las bajas presiones ecuatoriales (al norte) y los anticiclones del océano Índico (al sureste).
En Madagascar, como en todo el hemisferio sur, se distinguen generalmente dos estaciones, inviertidas en relación a las del hemisferio norte.
El verano austral va de noviembre a marzo. También se le llama «estación de las lluvias». Un viento monzónico sopla desde el noroeste, y las lluvias son muy abundantes, especialmente en la costa este (sujeta a los vientos alisios del sureste), pero generalmente son breves y el sol vuelve a salir rápidamente. Desde finales de diciembre hasta finales de febrero los ciclones pueden alcanzar la costa este de la isla y alterar el clima general. El 7 de marzo de 2017, el Enawo alcanzó el noreste de la isla durante cuatro días y dejó un trájico saldo de cuarenta muertos y 430 000 afectados.
El invierno austral, que va de abril a octubre, es la estación seca. Sin embargo, también llueve de vez en cuando, especialmente en la costa este (allí es «¡la estación en la que llueve!»).
En el centro.Debido a la altitud (de 700 a 1500 m), generalmente hace menos calor en las Tierras altas centrales que en el resto del país. Las noches son frescas a partir de marzo. Durante el invierno austral puede haber grandes contrastes de temperatura (25 °C durante el día y de 5 °C a 10 °C por la noche). La temporada de lluvias se extiende de noviembre a abril, que es la época más calurosa del año.
Las temperaturas medias: de enero a febrero, 20 °C; de marzo a mayo, 25 °C; de junio a julio, 20 °C; de agosto a septiembre, 20 °C; y de octubre a diciembre: 25 °C.
En el este.El clima es tropical y húmedo. Las precipitaciones se suceden durante todo el año. A veces son muy breves (menos de una hora al día), pero también pueden durar varios días. La lluvia puede ser torrencial o muy fina, pero es raro que el cielo permanezca nublado durante mucho tiempo; esto favorece una naturaleza floreciente, con orquídeas maravillosas y un bosque exuberante. Mayo y septiembre son los meses más soleados.
Temperaturas medias: de enero a febrero, 25 °C; de marzo a abril, 30 °C; de mayo a julio, de 20 a 25 °C; de agosto a septiembre, 15 °C; de octubre a noviembre, de 20 a 25 °C; y en diciembre, 30°C.
En el oeste.El clima es tropical y seco. Rara vez llueve.
Temperaturas medias: de enero a febrero, 25 °C; de marzo a abril, 30 °C; de mayo a octubre, de 22 a 25 °C; y de noviembre a diciembre, de 30 a 32 °C.
En el sur.El clima es tropical, cálido y seco. Los europeos prefieren quedarse en julio y agosto, el periodo más fresco. En esta región del país la sequía afecta regularmente la agricultura. Las lluvias son muy escasas (aunque el ciclón Haruna afectó gravemente esta región en febrero de 2013).
Temperaturas medias: en enero, 20°C; de febrero a mayo, 30 °C; de junio a septiembre, 25 °C; y de octubre a diciembre, de 28 a 32 °C.
En el norte.El clima es tropical. Durante la estación lluviosa, las lluvias riegan las grandes extensiones del norte, hasta Nosy Be, que gracias a ello presentan una magnífica vegetación. Temperaturas medias: de enero a abril, de 25 a 30 °C; de mayo a julio, de 20 a 25 °C; y de agosto a septiembre, de 15 a 20 °C.
Medioambiente / Ecología
Madagascar fue ocupada tardíamente por el hombre, y su aislamiento insular la protegió de las incursiones. Hoy, la Gran Isla sigue siendo un «laboratorio natural» ejemplar. La fauna y la flora malgaches constituyen un patrimonio natural único en el mundo. Aquí podrá contemplar una fauna excepcional, con especies animales extremadamente raras y una flora endémica muy variada. Científicos y naturalistas de todos los países, pero también los amantes de la naturaleza, los ecologistas y los viajeros deseosos de cambiar de aires estarán encantados al visitar Madagascar.
Sin embargo, aquí, como en el Amazonas, en Borneo, en África o en otros lugares, el patrimonio natural está amenazado constantemente. El gran bosque que antaño cubrió la isla representa hoy menos del 15 % de la superficie y continúa desapareciendo a un ritmo de entre 200 000 y 300 000 hectáreas cada año. Las áreas protegidas, aunque más numerosas hoy en día debido al incremento del turismo, apenas suponen el 2 % del total del país. Las amenazas para el bosque son múltiples: los agricultores practican una agricultura de tala y quema y sacrifican hectáreas de bosque para convertirlas temporalmente en arrozales; los carboneros transforman árboles centenarios en carbón y lo comercian todo el año; los traficantes de especies raras desafían las leyes y a la policía. Además, la explotación industrial intensiva y los incendios intencionados iniciados por los agricultores son nefastos.
Cuando el bosque desaparece, las fuertes lluvias y los ciclones tienen efectos terribles: las aguas torrenciales arrastran las tierras fértiles, aparece la laterita, los suelos se vuelven áridos y ya no crecen los árboles. La agricultura es entonces imposible.
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