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INVITACIÓN AL VIAJE
¡Maruhabaa a las Maldivas!
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INVITACIÓN AL VIAJE
INVITACIÓN AL VIAJE - Atardecer.
© Astrid LATAPIE
¡Maruhabaa a las Maldivas!
Maldivas. Estas tres sílabas forman la promesa de una estancia encantadora de lujo sin igual. En segundo plano, unas perlas nacaradas emergen del fondo azul del océano Índico bañadas por aguas cristalinas y rodeadas de una vegetación más verde que una pintura del Aduanero Rousseau (Henri Rousseau). En primer plano, un hotel diseñado para ofrecer una «robisonada» (género literario que toma su nombre del libro Robinson Crusoe ): hiperactiva o, por el contrario, voluptuosa y dulce como la arena caliente. Las Maldivas es uno de esos raros destinos donde el hotel importa más que el lugar. ¿Vacaciones en un resort o intercambio con los locales? ¿Chalet sobre pilotes o bungaló en la playa? ¿Una amplia gama de actividades deportivas o chaise longue y abono al spa ? ¿Bucear o practicar esnórquel en la playa? ¿Noches animadas o una escapada romántica bajo las estrellas? Es imposible no encontrar algo que se adapte a sus gustos entre el montón de posibilidades.
Un buen día de vacaciones en las Maldivas comienza por identificar claramente sus deseos. Solo hay una obligación: amar el mar. El 99,7 % de la superficie del país —y gran parte de sus recursos— es marítima. Los jardines de coral, los nudibranquios fosforescentes, las solemnes tortugas, los ballets de peces multicolores y los arabescos de las mantas gigantes juegan una sinfonía acuática que encandila a los visitantes. El lecho marino de Maldivas es uno de los más diversos del mundo y atrae a los buceadores más experimentados. La única sombra en la imagen de este lugar idílico de color turquesa rodeado de arena blanca es la crisis ecológica. En la primera línea se encuentran los corales, que se blanquean y mueren como resultado del aumento de la temperatura del mar. Con esto en mente, las asociaciones y grupos hoteleros trabajan arduamente para restaurar los arrecifes y proteger las playas de las aguas que no paran de subir. Ningún esfuerzo es en vano cuando se trata de salvaguardar un jardín del Edén. Maldivas está comprometida con mantener su reputación como un paraíso en la tierra y continuará ofreciendo, durante muchos años, un entorno de lujo a los entusiastas de las vacaciones tropicales.
El equipo editorial
GRACIASa Mohamed Riaz, Abdulla Shujau y Alina Marchuk de Let's Go Maldives; Ruth Franklin de Secret Paradise; Utkarsh Faujdar de HIH; Suresh Dissanayake y Rishabh Das de Adaaran Resorts; Marlene Simon de CCR y Katherine Anthony y Daniel Draxl de Universal por su bienvenida e intercambio de información.
Lo más destacado de las Maldivas
Lo más destacado de las Maldivas - Barrera de arrecife de coral.
© Ayada Maldives
Un viaje inolvidable
Soñado, esperado, ansiado, incluso anhelado por el buceo, el descanso, la relajación, el amor, el bienestar... Cualquiera que sean las razones de su viaje a las Maldivas, es imposible que se lleve una decepción. Todo forma parte de la magia: su belleza por encima y por debajo del nivel del mar, la amabilidad de la población, la calidad del servicio (atento al más mínimo detalle), la suprema tranquilidad que reina allí, la magia de los paisajes, un clima siempre soleado y, lo que es más importante, total seguridad. Desde aquellos que viajen con bajo presupuesto hasta los que prefieran estancias más excéntricas, todo el mundo encontrará lo que necesita para hacer realidad su viaje de ensueño en un paraíso tropical. Las Maldivas es un destino al que hay que ir al menos una vez en la vida.
Un sueño azul
Tan pronto como el avión comienza su descenso hacia el archipiélago de las Maldivas, el azul, en todos sus matices, atrapa al recién llegado. El diccionario define el azul como «[s]emejante al del cielo sin nubes y el mar en un día soleado, y que ocupa el quinto lugar en el espectro luminoso», pero aquí el azul no es solo uno. Las Maldivas es la tierra del azul en todas sus tonalidades: azul claro, cielo, horizonte, lavanda, bígaro, real, marino, pizarra, turquesa, petróleo, pato... desde las orillas translúcidas hasta la opacidad del profundo abismo. Las variaciones son tan sublimes que llevan a la tranquilidad y la meditación. Pocos hoteles no tienen villas sobre pilotes, en las que se puede disfrutar de impresionantes vistas del infinito azul desde todas las habitaciones, e incluso desde la bañera. Cálidas (28 °C de media durante todo el año) y translúcidas, las aguas representan para muchos un espacio de sueños que solo termina al aterrizar de nuevo en la niebla europea. Los afortunados que regresan regularmente a las Maldivas no dejan de mencionar el hipnótico encanto de sus grandes azules.
Sol a voluntad
Con temperaturas anuales de entre 25 y 30 °C, las Maldivas ofrece un clima idílico. Olvídese de llevar chaqueta, si no es para usarla en el avión. Allí, el sol calienta durante todo el año, sobre todo durante los meses de diciembre a abril. En esa época se garantizan casi ocho horas de sol diario.
La tierra del relax
¿No es maravilloso pasar unas vacaciones sin sentir que uno tiene cosas por hacer? ¿Tumbarse despreocupado, sin sentirse culpable, a la sombra de un cocotero o disfrutar de la comodidad de un bungaló? ¿Es una coincidencia que la mayoría de los visitantes de las Maldivas sean los italianos que inventaron la palabra farniente (ociosidad)? Se trata del tipo de destino donde uno va solo a relajarse, disfrutar del tiempo que pasa, olvidarse de todas sus preocupaciones y descansar sin límites.
Fondos marinos excepcionales
A pesar del blanqueamiento del coral en 1998, las Maldivas recibe con regularidad los premios internacionales más prestigiosos, en especial por la calidad de su fondo marino, que es perfecto para el buceo. La concentración de elasmobranquios (una familia de rayas y tiburones), en particular, es excepcional y el coral vuelve a dar vida tiñiendo de color el océano.
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