2.13. M-XIII (1232)
La anónima rota 42 presenta importantes similitudes con las de M-VIII, de Pedro Martínez de Aguilar, pero también divergencias que no permiten atribuírsela a la ligera. Sus medidas sí encajan: 58 mm Ø y orla única entre gráfilas simples, que supone un 45 % Ø.
La cruz semeja a la variante más sencilla de M-VIII (patada que cubre todo el campo), pero añade entre los brazos sectores con entrantes dentados opuestos en vértice y arco, lo cual podría asumirse como ensayo (igual que en 66 de M-XXIII), pero llama mucho la atención que la cruz esté tan descentrada, descuido impropio suyo. 55
La leyenda principal sí que responde a lo esperable de Pedro: disposición habitual, peculiares O y R (véase M-X), literalidad de et y letras encajadas. Otros rasgos no estaban en sus primeras rotas, pero se van atestiguando después: simple punción final (31, 34, 37, 40 y 43) o aes de panza a medio astil (31, 32, 40, 43, 59, 61 y 66).
En cambio, la confirmación exterior disuena: el anillo no cierra (arriba alarga bastante la t de confirmat , pero aún queda hueco), falta el domini en lo del mayordomo, Garsias termina en s de doble curva 56y no aparece la típica zeta de Pedro.
2.14. M-XIV (1234)
La rota 50, obra probable de Gonzalo Martínez, combina la cruz campal de M-I con la segunda orla confirmativa que le vimos en M-VI. La corona principal ocupa el 26 % Ø y la secundaria el 34 %, con gráfilas sencillas bordeando campo y signo, y dobles entre ambas orlas; en la parte superior del campo, se entrevé otro arco junto a la gráfila, pero más parece fallo o tanteo que hecho a propósito. Como era típico de este escribano, una fina raya prolonga el astil de la cruz cortando todo hasta sobresalir, desviada hacia la izquierda para esquivar el nombre del alférez.
La cruz, semejante, recordemos, a las de M-I, tiene un patado muy leve, remata los brazos con largas potenzas rectas y bodoques, inscribe otra hueca y apoya en breve asta. Faltan los rabillos que remataban los bodoques en M-I.
La leyenda principal mantiene el amolde de Gonzalo, pero no así la escritura: en lugar de los habituales nexos en signum , Ferrandi y Legionis , aquí une s y t de Castelle (en M-XI no lo había); por vez primera, sustituye los et por notas tironianas, y no hay más abreviaturas (en M-XI tampoco, pero sí en el resto, casi siempre bajo el signo yuguiforme). Solo punge el final, igual que en M-VI y el dudoso M-XVI.
El texto de la segunda orla, fiel a su costumbre, termina de anillarse estirando algo los travesaños de las tes de ambos confirmat . Continúa llamando domini al rey en la ratificación del mayordomo como hiciera ya en M-XI.
2.15. M-XV (1235)
La rueda 54, muy dañada su mitad derecha y de autor ignoto, tiene 94 mm Ø y consta de dos orlas que suponen respectivamente el 32 y 38 % Ø, enmarcadas por gráfilas simples.
Preside el campo una cruz, quizá no intencionadamente latina, con desigual patado en los brazos (más marcado abajo), filamentos extremos que no nacen de los habituales lóbulos, sino de las largas potenzas rectas; todo ello sobre un asta cuya prolongación atraviesa ambas orlas, desviada a la izquierda en la segunda corona para sortear el antropónimo del alférez.
Distribuye al uso ambas leyendas. La principal nexa s y t de Castelle , lleva nota tironiana, abrevia bajo el trazo ayugado y punge el final. La secundaria estira el travesaño de la t de los confirmat para abrochar y trata de domini al rey en lo del mayordomo.
2.16. M-XVI (1235)
Julio González duda de la originalidad del privilegio 55, 57cuya corroborativa lo adjudica a Gonzalo Martínez indicando su oficio, igual que en M-VI: Gonçaluus Martini, scriptor domini rregis, scripsit . Mide 95 mm Ø y lleva dos orlas (22 y 38 % Ø). Parea las gráfilas que bordean el campo y deja el resto sencillas.
La cruz nada tiene que ver con lo peculiar de Gonzalo (M-I, M-VI, M-XI y M-XIV): potenzas curvas y de extremos enroscados, otra cruz a doble contraste contornea la principal llegando hasta el mismo borde del campo, y rellena todo el fondo sinuosamente.
Las orlas son continuas, sin su habitual raya divisoria abajo. Acomoda normalmente la leyenda principal, solo punge el final (a diferencia de M-I, pero igual que en M-VI, M-XI y M-XIV), literaliza los et y anexa ON en Legion(is) , que ha perdido el signo abreviativo. Nunca Gonzalo abullonaba como aquí la parte anterior de los astiles de las letras, recurso exclusivo hasta ahora de Pascasio de Soria (originales 13, 15, 41, 45 y 46, y copias 11, 14 y 44) y Juan de Haza (originales 12, 16, 18, 33 y 35), pero nunca tan profuso.
Sí es típico de Gonzalo Martínez alargar los travesaños de la t de los confirmat , para anillar la leyenda secundaria, y prescindir del domini regio junto al mayordomo (aunque sí lo hace en M-XI y M-XIV, falta en los singularmente suyos M-I y M-VI).
2.17. M-XVII (1235)
De nuevo, tiene Julio González por original incierto el anónimo diploma 56, 58de 80 mm Ø y dos orlas que ocupan el 26 y el 34 % Ø, enmarcadas por gráfilas simples.
La cruz es semejante a la de M-XVI, pero de brazos más anchos, y va entrelazada con la inscrita, que, en vez de potenzas enrolladas, llega también hasta la gráfila; todo el campo vuelve a ir mechado, pero ahora de contorneos espiriformes.
En la leyenda principal, dispuesta al uso, desconcierta la V de signvm , grafía hasta aquí exclusiva de Pascasio de Soria (M-XII), pero que a partir de ahora repetirán M-XVIII y M-XX (ambos atribuidos al propio Pascasio) 59y, aunque minúscula, M-XXX (anónimo), M-XXXIII (Juan Pérez de Berlanga) y M-XXXIV (Juan Domínguez de Segovia). A pesar de las disímiles cruces campales, el atribuir a Pascasio M-XVII, M-XVIII y M-XX atiende no solo a esa uve, sino a la ausencia total de nexos (salvo uno en 14, pero es copia), a lo comprimido de las letras (particularmente estrechas y contiguas, lo que agudizarán M-XVIII y M-XX con la añadidura de Córdoba), al hecho de abullonar los astiles de algunas letras (sin llegar a tanto como M-XVI), a la semejanza gráfica (particularmente A , D , G , M y N , o los trazos finales de I , M y NI , que se alargan curvados fuera de la orla) y a lo de interpungir todas las palabras encabalgando puntos, generalmente tres o cuatro.
Читать дальше