ÍNTIMAMENTE, JULIA
LUIS ALFONSO BELTRÁN GRAU
ÍNTIMAMENTE, JULIA
EXLIBRIC
ANTEQUERA 2019
ÍNTIMAMENTE, JULIA
© Luis Alfonso Beltrán Grau
© de la imagen de cubiertas: Beatriz Beltrán Tomás
Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric
Iª edición
© ExLibric, 2019.
Editado por: ExLibric
c/ Cueva de Viera, 2, Local 3
Centro Negocios CADI
29200 Antequera (Málaga)
Teléfono: 952 70 60 04
Fax: 952 84 55 03
Correo electrónico: exlibric@exlibric.com
Internet: www.exlibric.com
Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma.
Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o
cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno
de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida
por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico,
reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización
previa y por escrito de EXLIBRIC;
su contenido está protegido por la Ley vigente que establece
penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente
reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria,
artística o científica.
ISBN:
Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.
LUIS ALFONSO BELTRÁN GRAU
ÍNTIMAMENTE, JULIA
Índice de contenido
Portada
Título ÍNTIMAMENTE, JULIA
Copyright ÍNTIMAMENTE, JULIA © Luis Alfonso Beltrán Grau © de la imagen de cubiertas: Beatriz Beltrán Tomás Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric Iª edición © ExLibric, 2019. Editado por: ExLibric c/ Cueva de Viera, 2, Local 3 Centro Negocios CADI 29200 Antequera (Málaga) Teléfono: 952 70 60 04 Fax: 952 84 55 03 Correo electrónico: exlibric@exlibric.com Internet: www.exlibric.com Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma. Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de EXLIBRIC; su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica. ISBN: Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.
Índice
Dedicatoria
UN NUEVO LOCAL
CAPÍTULO 1 En la soledad de Julia
CAPÍTULO 2 En la soledad de Tono
CAPÍTULO 3 En nuestra soledad
CAPÍTULO 4 En la soledad de Nati
CAPÍTULO 5 Un domingo más
CAPÍTULO 6 El encuentro
CAPÍTULO 7 La sorpresa
CAPÍTULO 8 Una tarde inolvidable
CAPÍTULO 9 La confesión
CAPÍTULO 10 Un amor a tres
CAPÍTULO 11 Un chalé con vistas
CAPÍTULO 12 El examen
CAPÍTULO 13 Cena y local
CAPÍTULO 14 El local
CAPÍTULO 15 En compañía de mi soledad
UNA CERVEZA, POR FAVOR
Agradecimientos y dedicatorias
Lo primero que leerán en este libro es el relato erótico ganador del concurso Premios Pimienta, organizado por Parlib.es. Se titula Un nuevo local y está escrito por John Sullivan. Al final de la obra también podrán leer el relato que quedó en segunda posición, con el título Una cerveza, por favor, escrito por Luna Creciente.
Nuria aún tenía parte de la mudanza por hacer. Todo había sido muy rápido y no pudo organizar con tiempo la vuelta a casa, así que había seguido pagando el alquiler un tiempo más hasta que pudo organizarse para viajar a aquella ciudad y recoger el resto de sus pertenencias. Obviamente, me avisó con tiempo y pude dejar todo listo para acompañarla. Y, además, me había suscitado cierto interés. «Me gustaría que vinieras; tengo algo que enseñarte».
Por fin bajamos del avión y, tras comer en el propio aeropuerto, tomamos un taxi. Este nos dejó en la estación de tren, donde tendríamos que subir a uno de cercanías. Cuatro paradas más tarde estábamos donde ella había pasado los últimos años y el piso ya nos quedaba a tiro de piedra. Pasamos la tarde empaquetando cosas, preparando todo lo que luego el transportista de la empresa de mudanzas llevaría camino de su casa. Todo estaba ya preparado, recogido y nosotros aún teníamos un par de días para aprovechar, así que, con la calma que da el tener tiempo de sobra, nos fuimos a descansar.
Nos levantamos tarde y a gusto, relajados y con los deberes hechos. El tiempo que quedaba era para disfrutar, sabiendo que las obligaciones estaban cumplidas. Salimos a dar una vuelta por la ciudad y Nuria me enseñó sus lugares más señeros, sus monumentos y esos sitios que no puedes perderte cuando vas de visita. Compramos unas raciones para comer en el piso y ducharnos antes de ir a otro sitio que quería mostrarme, ese por el que Nuria había mostrado tanto interés en que yo la acompañara. Cuando estuvimos listos, fuimos hacia allá. No estaba lejos, pero sí era un local que pasaba desapercibido si no lo conocías. De hecho, si lo mirabas desde fuera podría parecer un comercio más, quién sabe si una tienda de ropa. Solo el nombre del local revelaría la diferencia con el resto: se llamaba Lliuresex.
Entramos y tomamos una copa en la barra. El camarero le dio a Nuria una llave. Se notaba que ya la conocían por allí. «El piso era mi casa; este sitio ha sido mi hogar», me dijo con una pícara sonrisa. Nos sentamos en la sala de fumadores y vimos el ambiente. Enfrente de la sala estaba la reja por donde los chicos que entraban solos paseaban a la espera de alguna mujer o pareja que se asomara por allí. Una pareja empezaba su fiesta a dos mesas de nosotros, ya con los torsos descubiertos y con ella demostrando a quien la viera lo que su boca podía hacer. Él acariciaba la nuca de su chica y de vez en cuando estiraba el brazo para que sus dedos jugasen en la vulva y el ano de aquella diva del vicio. Nuria me sonrió con picardía. No hubo más palabras. Nuestras lenguas se entrelazaron, teniendo algo mejor que hacer que articular palabras.
Entramos a los vestuarios y cambiamos la ropa por las toallas y las chanclas. Terminamos nuestra copa en una sala pequeña que había en la planta de arriba y Nuria me enseñó las instalaciones. En realidad, no había gran cosa en comparación con otros locales en que había estado, pero había una sala grande que era en sí una gran cama donde las parejas se mezclaban formando una gran orgía. Más adelante estaba el pasillo oscuro, en el que había mucha gente y donde entrar suponía no saber quién te tocaba, quién te chupaba o a quién te estabas follando. Nuria y yo decidimos ir hacia la primera sala y nos pusimos en una esquina donde no había nadie.
Las toallas se posaron en el suelo mientras nos besábamos sobre la esquina de la enorme cama. Cerca había algunas parejas que ya retozaban, mezclándose entre sí y formando una pequeña orgía. Nuria comenzó a deleitarme con una intensa mamada mientras yo jugaba con mis manos en sus orificios más recónditos. No tardamos en invertir nuestros papeles y mi lengua encontró cobijo entre sus piernas y recorría su vulva, jugaba con su clítoris o incluso bajaba unos centímetros para meterse en su ano. Ella jadeaba y agarraba mi cabeza en momentos puntuales en que lamía donde más le gustaba. Empecé a meter mi lengua en su húmeda cueva, volvía a su ano, succionaba su clítoris… Cada vez con más frenesí, devoraba sus espacios más íntimos mientras ella gemía de placer. Por fin la penetré, desatando sus gemidos más intensos, haciendo que sus ojos se cerraran y que su labio inferior hallara cobijo bajo sus dientes.
Читать дальше