Susana Miguélez - Lo que no se olvida

Здесь есть возможность читать онлайн «Susana Miguélez - Lo que no se olvida» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Lo que no se olvida: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lo que no se olvida»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La vejez, la discapacidad y las dificultades que traen consigo son asuntos que, en algún momento de la vida,
tenemos que afrontar, primero en nuestros seres queridos, después en nosotros mismos.Esta colección de
relatos trata de dar la otra visión, la del cuidador profesional, la de esas personas que, como yo, trabajan con los mayores y enfermos ajenos, atienden sus necesidades y
se rompen la espalda levantándolos, la cabeza pensando en cómo mejorar su día a día, la cara con quienes los tienen desatendidos o el alma acompañando sus últimos momentos y cerrando sus ojos cuando se marchan.En este libro hay
mucha ternura y muchas lecciones aprendidas. Es la herencia más valiosa que esas personas podían dejarme, y esta no está gravada por ningún impuesto de transmisiones patrimoniales.

Lo que no se olvida — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lo que no se olvida», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

LO QUE NO SE OLVIDA

Susana R. Miguélez

No se permite la reproducción total o parcial de este libro ni su - фото 1

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión por cualquier procedimiento o medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro o por otros medios, sin permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra».

Lo que no se olvida

© Del texto: Susana Rodríguez Miguélez

© De esta edición: NPQ Editores

www.npqeditores.com

edicion@npqeditores.com

Primera edición: Septiembre, 2019

Impreso en España

Los papeles que usamos son ecológicos, libres de cloro y proceden de bosques gestionados de manera eficiente.

ISBN: 978-84-17257-73-6

Depósito legal: V-2234-2019

картинка 2

A mis padres, por seguir conmigo.

Por regalarme el amor y con él todo lo demás.

PRÓLOGO

Empecé a trabajar como auxiliar de enfermería a los veinte años. Lo he hecho desde entonces en períodos intermitentes, tanto en centros asistenciales para ancianos como en residencias para discapacitados psíquicos graves y en el servicio de atención domiciliaria. En todo este tiempo he conocido a mucha gente y me han pasado muchas cosas; este libro es una recopilación de relatos, anécdotas, vivencias y lecciones aprendidas. Una parte de lo que soy, de mi manera de ver las cosas y de afrontar la vida se la debo a ellos, a mis pacientes. Y así lo quería escribir.

Todos los nombres son falsos, pero todo lo que cuento es verdad. Pasado por mi filtro en algunas ocasiones; literal y sin adornos en otras. La mayoría de las personas de las que os hablo en este libro ya se han ido, qué suerte la mía el haberlas conocido, sin ellas yo no sería como soy. Os las he traído en estas páginas para que podáis sentir toda la ternura, para que dejéis que la compasión y la empatía y la tristeza y la indignación y la alegría de vivir os rocen a través de los cuentos. Os las he pintado con palabras para que vosotros tampoco las olvidéis.

Feliz lectura.

El pan de la tía Tomasa

Recuerdo a la tía Tomasa como la mujer de juicio más claro que he conocido nunca. No era persona de muchas palabras, pero las que decía eran siempre las precisas, ni más, ni menos. A menudo simplemente te regalaba un refrán, pero apropiado para la ocasión y certero como una de las flechas de Guillermo Tell.

La tía Tomasa no era mi tía, sino mi tía-abuela. Era una mujer pequeña, con tanta juventud en sus ojos como vejez en su cuerpo. Nunca había sido bonita y ahora se la veía enjuta y sarmentosa; la edad la había dotado de surcos, pliegues y arrugas suficientes como para abastecer a un geriátrico entero. Vivía en el pueblo en que había nacido, nunca tuvo interés en ir a ningún sitio más: su mundo se reducía a las cuatro calles de la aldea y a su trabajo, el horno. La tía Tomasa era panadera.

Todas las tardes de domingo de mi infancia fueron patrimonio exclusivo de la tía Tomasa. Ya fuera con mis padres o a bordo del Seat 850 Especial Lujo de mi abuelo, iba a verla y a disfrutar de mi secreta comunicación con ella. Recuerdo que a veces, si tenía que venir a la ciudad para solucionar algún asunto, iba primero a la peluquería a hacerse la permanente, es decir, aquel indescriptible cúmulo de caracolillos que hacían que su cabeza pareciese una escarola teñida de gris azulado. Luego se colocaba su pañoleta más nueva anudándola bajo la barbilla y cogía el coche de línea; una vez terminadas sus gestiones venía a casa y se quedaba a dormir. A mí me gustaba meterme en su cama de madrugada y disfrutar de su olor a masa de mantecadas y pan recién horneado; ella me sentía acurrucarme contra su piel cedida por el uso, tan blanca y tibia, y creo que en esos ratos era feliz dándome explicaciones de sus camisones de franela color rosa o sobre esa extraña faja de cuerpo entero color carne que solía usar, tan llena de refuerzos y corchetes como de remiendos. Pero las más habituales no eran sus visitas sino las mías. Al oír el coche, Lulú, su perrilla ratonera, salía ladrando de la casa dando saltos de puro contento, y luego entraba al horno como un cohete para avisarla de nuestra llegada. Ella salía a saludarnos, siempre limpiándose las manos en el delantal de cuadros, y después de mi beso me invitaba a entrar con ella en el horno, un lugar que para mí era un mundo maravilloso lleno de secretos.

Los domingos por la tarde se hacía una hornada extra de pan. Cuando yo llegaba, aquel monstruo enorme de metal negro que era la amasadora, con sus ruedas dentadas y sus palas, estaba ya apagada y sólo quedaban en ella restos de masa y huellas de harina. La pastera, en cambio, rebosaba de la blanca mezcla terminando de fermentar, los tablones se veían cubiertos con los lienzos blancos a la espera de que barras y hogazas fueran depositadas sobre ellos; la balanza romana estaba ya dispuesta para comenzar a medir las porciones de masa: cuarto, medio, un kilo… La pala de larguísimo mango que se empleaba para meter y retirar los panes del horno aguardaba apoyada en su rincón, y un gran montón de leña, destinado a alimentar el vientre de fuego, ocupaba ya su sitio junto a la compuerta metálica tras la que habría de desaparecer, tronco a tronco, en unos minutos.

La gran habitación que era el horno formaba parte de la casa de la tía Tomasa. Ella y su marido, el tío Manolo, al que yo no llegué a conocer, levantaron todo aquello con sus modestísimos medios, y allí vivieron y trabajaron desde su juventud con toda la sencillez y la humildad de sus almas bondadosas, sin querer ni necesitar lujo ninguno. La vivienda, originalmente de adobe, se componía de unas pocas dependencias alrededor de un patio estrecho y alargado. La parte habitada, contigua al horno, consistía en dos habitaciones, una de ellas aneja a la minúscula cocina, y una despensa. Desde que la tía Tomasa estaba sola, ella y la perrilla dormían en aquella pequeña alcoba que se calentaba con la lumbre del hogar, encendida permanentemente desde septiembre hasta junio. La mesa, el escaño, la antigua y enorme radio, el botijo y una silla componían todo el equipamiento de la cocina, junto con unas trébedes y una mínima alacena para vasos y platos. Cruzando el patio ornado de macetas de geranios y murcianas estaban la habitación de invitados, destinada a acoger a los sobrinos las contadísimas veces en que venían de visita; el comedor de las grandes ocasiones; un cuartito con una cocinilla moderna a gas butano y una nevera decrépita, y un retrete construido con azulejos y sanitarios de segunda. Al fondo, al aire libre, una pila grande y un caño abastecían de agua la casa. Para que el líquido brotase había que accionar la bomba mediante un enorme interruptor negro que me daba terror, y al hacerlo se obtenía agua y ruido a partes iguales. Pasé muchas horas en aquel patio, sentada en unos sillones que, procedentes de un coche accidentado y plantados sobre ladrillos, eran todo el mobiliario que se pudieron permitir. En verano había moscas a millares y en invierno un frío terrible que me obligaba a refugiarme en el horno o en la cocina temblando como un cachorrillo.

Cuando la masa del pan estaba en su punto, aparecían los primos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Lo que no se olvida»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lo que no se olvida» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Slavomír Michálek - Mit der Dakota in die Freiheit
Slavomír Michálek
Mª Gema González - Lo que nos trajo el Covid-19
Mª Gema González
Varios autores - Luz que fue sombra
Varios autores
Susana R. Miguélez - Secretos a golpes
Susana R. Miguélez
Miguel Ángel Quesada Pacheco - El Español de América
Miguel Ángel Quesada Pacheco
Susan Krinard - Night Quest
Susan Krinard
Suzannah Dunn - The Queen’s Sorrow
Suzannah Dunn
Sherryl Woods - Miss Liz's Passion
Sherryl Woods
Emily McKay - Lyg iš filmo
Emily McKay
Отзывы о книге «Lo que no se olvida»

Обсуждение, отзывы о книге «Lo que no se olvida» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x