Susana Miguélez - Lo que no se olvida

Здесь есть возможность читать онлайн «Susana Miguélez - Lo que no se olvida» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Lo que no se olvida: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lo que no se olvida»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La vejez, la discapacidad y las dificultades que traen consigo son asuntos que, en algún momento de la vida,
tenemos que afrontar, primero en nuestros seres queridos, después en nosotros mismos.Esta colección de
relatos trata de dar la otra visión, la del cuidador profesional, la de esas personas que, como yo, trabajan con los mayores y enfermos ajenos, atienden sus necesidades y
se rompen la espalda levantándolos, la cabeza pensando en cómo mejorar su día a día, la cara con quienes los tienen desatendidos o el alma acompañando sus últimos momentos y cerrando sus ojos cuando se marchan.En este libro hay
mucha ternura y muchas lecciones aprendidas. Es la herencia más valiosa que esas personas podían dejarme, y esta no está gravada por ningún impuesto de transmisiones patrimoniales.

Lo que no se olvida — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lo que no se olvida», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

No me podía creer lo que estaba oyendo. Sentir vergüenza por la llegada de un bebé a la familia. Negarle un médico para que esa pequeña criatura tuviese la oportunidad de salir adelante. Abandonar una hija y un nieto a su suerte, esconder un embarazo, que alguien huya de una vida que ha creado… No salía de mi asombro.

—Pero, tía —alcancé a balbucir—, ¿qué tiene de malo un bebé? ¿Por qué se enfadaron tanto? ¿Por qué el papá del bebé se marchó? ¿Por qué…?

—Mi niña, antes las cosas no eran como ahora. Una mujer no tenía ningún valor sin un hombre al lado, tener un hijo sin estar casada era algo terrible. Los padres pensaban así. A una chica que ya había tenido un novio ningún chico más la quería para nada bueno. Y eso fue lo que me pasó a mí.

—Pero el tío Manolo sí te quería —le recordé yo—, así que todo eso que pensaban de ti no era cierto.

—El tío Manolo era cojo. Ninguna mujer del pueblo quiso casarse con él. Juntarnos fue una manera de juntar dos desgracias para tratar de sobrellevarlas con un poco más de alegría. Pero resultó que era tan bueno y tan trabajador que no se podía evitar quererle.

Miré a la tía Tomasa con ternura. El mundo de los mayores se me iba descubriendo como un lugar complejo y lleno de estúpidos prejuicios del que aún no sabía si quería formar parte.

—Tía, tú también eres muy buena y muy trabajadora, no se puede no quererte.

La abracé y advertí que ya era más alta que ella. No la estreché demasiado fuerte, temí que se me rompiera entre los brazos. En su mirada descubrí aquella tarde unas nubes grises que no me gustaron nada. Más tarde, mientras veía comenzar a caminar a un ternero recién parido en la granja vecina, me di cuenta de que el pan de aquella noche no era una nostalgia por aquella criatura que no llegó a respirar sino la expresión de una terrible duda: la de no saber si fue cierto que murió porque así lo había querido la naturaleza o porque así lo había ordenado la conveniencia de los demás… o si todo había sido una mentira piadosa y el pequeño había acabado en la puerta del hospicio.

A partir de aquel pan de su bebé se sucedieron sin interrupción uno como el tío Manolo, otro como mi madre, otro más con la forma de la boca del horno y finalmente uno como una niña con dos coletas. No me di cuenta de que se estaba despidiendo de lo que más amaba. El último domingo de aquella primavera, al llegar la hornada de la tarde, amasó un corazón y se sentó conmigo en el patio. Su piel estaba tan gris como la bata que llevaba puesta, de modo que no se sabía dónde estaba la frontera entre su cuerpo y la tela.

—Tía, tienes la nevera casi vacía. ¿Quieres que vengamos mañana y te hagamos la compra?

—No, niña. Tienes que ir a la escuela, eso está primero. Yo ya me arreglaré con los primos.

—Mañana es fiesta, tía —le mentí—. Podemos venir temprano mamá y yo, así te ayudo a mudar las sábanas de tu cama. Y me enseñas a lavar en el río con la tabla, como hacías antes, ¿vale?

Ni sí, ni no. Me sonrió y me tendió la lechera. Antes de irnos la abracé, como siempre, y me subí al coche deseando retenerla conmigo, aunque en el fondo sabía que lo mejor que ella tenía ya me lo había dado. Le dejé la lumbre de la cocina encendida para evitar que tuviese frío y se quedó, como todos los anteriores domingos que yo recordaba, diciendo adiós con la mano desde la puerta de la casa mientras yo le respondía de igual modo a través del cristal trasero del coche. Por la mañana su cuerpo de pájaro gris amaneció sentado en la silla en la que cenaba. Tenía el pan de su corazón partido entre las manos. Su vasito de vino tinto y la sopa de ajo estaban sin tocar, y aún había rescoldos del fuego entre la ceniza del hogar. «Muerte natural por paro cardíaco», dictaminó el médico. Yo creo que la mató su sentido práctico: ya no tenía trabajo que hacer, se sentía inútil y se desechó a sí misma como desechaba todo lo que ya no se podía aprovechar, lo que para nada servía. Si me hubiese preguntado a mí… Si lo hubiese hecho habría sabido que yo aún necesitaba su saber enciclopédico acerca de las cosas del campo, del tiempo, del pueblo, de la molienda y las gallinas, de la harina y la levadura, de refranes, consejos, de la curación de las carnes, del ciclo de migración de las cigüeñas, de las tradiciones de mi tierra y de muchos otros asuntos de los que nadie se iba a preocupar de informarme nunca. Su buen juicio y su sentido del deber me han seguido haciendo falta toda mi vida. Si ella lo hubiera sabido quizá ahora sería la mujer más anciana del país, porque mi formación como persona, a mis cuarenta y muchos años, todavía no ha terminado. Y mi curiosidad sigue tan viva como cuando era niña.

Es muy difícil hacer pan en casa. Lo he intentado docenas de veces, pero no hay manera: la masa no sube como debe, es complicado dar con la levadura y la harina adecuadas. Además, los hornos domésticos están bien para asar pollos, pero carecen de la magia necesaria para dejar el pan como tiene que estar: crujiente por fuera y suave y esponjoso por dentro. Por eso, aún hoy, cuando tengo algún problema que digerir, preparo natillas. Sobre la crema amarilla dibujo, con caramelo líquido, aquello que me preocupa, y luego me lo ceno. Mis hijas me preguntan por qué lo hago, pero todavía son pequeñas, no lo entenderían aunque se lo explicase. Un día, más adelante, las llevaré a coger moras o a pescar cangrejos y les hablaré de la tía Tomasa. Les diré que a su lado comprendí muchas cosas, entre ellas que me entendía bien con las personas mayores. Mi relación con ella puso los cimientos de esta profesión mía de cuidadora: cuando la tía dejó mi mano entendí que otras manos como la suya podían necesitarme para seguir transitando la vida. Y aquí estoy, muchos años después, caminando por el mismo sendero.

Конец ознакомительного фрагмента.

Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Lo que no se olvida»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lo que no se olvida» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Slavomír Michálek - Mit der Dakota in die Freiheit
Slavomír Michálek
Mª Gema González - Lo que nos trajo el Covid-19
Mª Gema González
Varios autores - Luz que fue sombra
Varios autores
Susana R. Miguélez - Secretos a golpes
Susana R. Miguélez
Miguel Ángel Quesada Pacheco - El Español de América
Miguel Ángel Quesada Pacheco
Susan Krinard - Night Quest
Susan Krinard
Suzannah Dunn - The Queen’s Sorrow
Suzannah Dunn
Sherryl Woods - Miss Liz's Passion
Sherryl Woods
Emily McKay - Lyg iš filmo
Emily McKay
Отзывы о книге «Lo que no se olvida»

Обсуждение, отзывы о книге «Lo que no se olvida» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x