Jubilación.Excepto para los funcionarios y militares, en Etiopía no existe ningún sistema de pensiones. En las zonas rurales los « mayores » (que rara vez superan los 45 años) trabajan todo lo que pueden porque si no dependen de sus hijos y del clan para su sustento. Tradicionalmente, y por razones obvias de salud, los funerales se celebran el mismo día de la muerte o al día siguiente. Durante cuarenta días, los familiares y amigos acuden a visitar a la familia, a veces tras un viaje de varios días, y esta debe asegurar su comida. Al igual que las bodas, los funerales son caros y, en el campo, se han creado fondos de solidaridad para ayudar a los más desfavorecidos.
Salud.Como ocurre con la educación, el acceso a la atención sanitaria es muy desigual entre las zonas urbanas y las rurales. Con una media de un médico por cada 30 000 habitantes, muchos etíopes no tienen acceso a una atención básica. En las zonas más remotas, la población debe contar con los programas sanitarios de las organizaciones internacionales o las clínicas abiertas por los misioneros para tener acceso a la sanidad. Con estas condiciones, no resulta extraño constatar una fuerte supervivencia de la medicina tradicional practicada por herboristas, a veces religiosos, ya que las técnicas ancestrales aún se enseñan en los monasterios. Entre las distintas creencias, la relativa a los zar parece estar especialmente viva. Según la leyenda, Eva escondió de los ojos de Dios a sus quince hijos más hermosos. Cuando Dios se enteró, decretó que « los que habían estado ocultos permanecerían ocultos », dando origen al mundo de los zar, invisible pero similar al de los hombres, organizado en una sociedad jerárquica, con líderes y servidores. Los adeptos a esta creencia interpretan la palabra del Todopoderoso que indica que « el hermano gobernará a su hermano » como la afirmación de que los zar dominan secretamente a los hombres, lo que les obliga a dedicarles rituales para asegurarse su benevolencia. Porque si se ofende a un zar, este puede infligir a los humanos tormentos a los que solo un curandero podrá poner fin a través de la meditación y los sacrificios. Aunque la Iglesia condena la acción de estos iluminados y el culto a los genios, los daftara (clérigos laicos) practican una forma de exorcismo confeccionando pergaminos profilácticos y, para el diagnóstico de los trastornos graves, llegan a emplear cálculos mágicos y datos astrológicos. Para el profano que desee evitar los malos espíritus, es esencial seguir algunas reglas simples: no frecuentar zonas de altas hierbas, sobre todo después de la temporada de lluvias, parece que a los malignos zar les gustan estos lugares; no quedarse fuera cuando el sol está en su punto más alto, momento en el que el nedade (demonio que temen los afar) puede atacar y volverte loco, o evitar respirar el aire de una habitación que no ha sido ventilada durante mucho tiempo, ya que puede acechar la megania, portadora de enfermedades...
Medicina espiritual y brujería
La creencia en espíritus de todo tipo anima a los etíopes a utilizar amuletos para protegerse de las fuerzas del mal y de lo desconocido. Desde que nacen, los niños reciben un talismán que los protege de enfermedades y de la mala suerte. En su bautizo, un cristiano recibe el mateb, un triple cordón de seda del que se colgará una cruz de la que nunca debe separarse. Por lo tanto, puede que se tatúen el símbolo cristiano en la frente para evitar posibles olvidos y lleguen incluso a escarificarlo. A lo largo de la vida del creyente, el agua bendita se consume en abundancia por sus propiedades curativas y el emnet, un polvo de carbón e incienso, se aplica en la cara para repeler a los demonios. En cuanto a los musulmanes, llevan pequeñas cajas que contienen versos del Corán alrededor del cuello.
Sociedad y costumbres
Entre los ortodoxos, lo normal es la monogamia y la indisolubilidad del matrimonio religioso. Por eso, muchos etíopes se casan fuera de la Iglesia, bajo varios contratos, y los casos de divorcio y segundos matrimonios son frecuentes. Los sacerdotes, por su parte, pueden casarse, pero solo una vez. La poligamia es muy común en Etiopía, ya que la practican los musulmanes y las tribus animistas. Para estas últimas, la virginidad no tiene ningún valor y la sexualidad es libre desde la adolescencia, ya que el matrimonio solo conlleva obligaciones de fidelidad (sobre todo para las mujeres). En varios grupos étnicos, el derecho al matrimonio se concede después de ciertos rituales. Así, el ukuli de los hamer o el sagine de los surma son un paso obligatorio hacia la edad adulta sin el cual no se acepta un matrimonio. Entre los oromo, borana y guji, el derecho a la procreación está condicionado por el acceso a un grupo de edad determinado en el sistema gada, mientras que, en otras tribus, el consejo de ancianos regula los nacimientos en función de los recursos necesarios para la supervivencia del grupo. La importancia del ganado en las uniones es común entre los pueblos nómadas o seminómadas. Solo un hombre que ha formado un rebaño considerable puede aspirar al matrimonio y la riqueza de su ganado le permitirá tomar varias esposas.
Se casan demasiado jóvenes.Aunque existe una edad legal para contraer matrimonio, casi nunca se respeta, ya que las uniones precoces siguen siendo un gran problema en la sociedad etíope. Con frecuencia, se casa a las niñas a partir de los doce años y muchas jóvenes sufren complicaciones durante el embarazo. Estas complicaciones pueden llevar al rechazo de sus maridos e incluso su entorno, lo que crea situaciones de gran angustia. Según un informe de IRIN de 2015, el 50 % de las niñas de la región de Amhara se casa antes de cumplir los quince años. A nivel nacional, más de la mitad contrae matrimonio antes de los dieciocho. La Fistula Clinic en Adís Abeba se dedica al tratamiento de mujeres con fístula obstétrica, una dolencia directamente relacionada con la maternidad temprana.
La violación como ceremonia prenupcial.Afecta a unas 1200 niñas cada año, pero esta es una pequeña proporción de las niñas que necesitan ayuda. Además, en algunas zonas, aún es frecuente secuestrar a la novia, aunque esté castigado por la ley. Zeresenay Mehari llevó esta antigua tradición a la gran pantalla en la película Difret, estrenada en 2015. En un estudio entre 227 esposas etíopes, también realizado por IRIN, el 60 % informó haber sido víctima de secuestro antes de cumplir los quince años y el 93 % antes de cumplir los veinte.
Algunas tribus animistas en el valle del Omo practican la ablaciónparcial o total, lo que provoca complicaciones de salud bastante graves (sobre todo infecciones). Los musulmanes del este de Etiopía también practican la ablación a la gran mayoría de las niñas, así como en la vecina Somalia.
Religión
En Etiopía la religión es omnipresente y tiene un profundo impacto en todas las etapas de la vida. La influencia de la Iglesia ortodoxa en las esferas política, social y cultural nunca se ha negado a lo largo de los siglos, a pesar de la creciente competencia de otras religiones.Hoy en día, la religión ortodoxa sigue siendo mayoritaria en las tierras altas, vecina de un islam que ha seguido extendiéndose en las regiones periféricas y de las creencias animistas de las zonas más remotas.
Читать дальше