Fernando de Rojas - La Celestina

Здесь есть возможность читать онлайн «Fernando de Rojas - La Celestina» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Celestina: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Celestina»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Obra más importante, o por lo menos la más famosa, de Fernando Rojas, un escritor español del siglo XV quien formó parte de los grandes escritores del siglo de oro. La Celestina es una obra de teatro que habla de un muchacho de noble linaje enamorado de una joven alta clase. Sumido por el deseo y la improbabilidad de una unión entre esta pareja, el joven busca la ayuda de una alcahueta, una mala y astuta mujer, que solo lleva a un desastroso fin.

La Celestina — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Celestina», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

SEMPRONIO.- No te entiendo esos términos, madre.

CELESTINA.- Digo que la mujer o ama mucho aquél de quien es requerida o le tiene grande odio. Así que, si al querer, despiden, no pueden tener las riendas al desamor. Y con esto, que sé cierto, voy más consolada a casa de Melibea que si en la mano la tuviese. Porque sé que, aunque al presente la ruegue, al fin me ha de rogar; aunque al principio me amenace, al cabo me ha de halagar. Aquí llevo un poco de hilado en esta mi faltriquera, con otros aparejos que conmigo siempre traigo, para tener causa de entrar, donde mucho no soy conocida, la primera vez: así como gorgueras, garvines, franjas, rodeos, tenazuelas, alcohol, albayalde y solimán, hasta agujas y alfileres. Que tal hay que tal quiere. Porque donde me tomare la voz, me halle apercibida para les echar cebo o requerir de la primera vista.

SEMPRONIO.- Madre, mira bien lo que haces. Porque, cuando el principio se yerra, no puede seguirse buen fin. Piensa en su padre, que es noble y esforzado; su madre, celosa y brava; tú, la misma sospecha. Melibea es única a ellos: faltándoles ella, fáltales todo el bien. En pensarlo tiemblo: no vayas por lana y vengas sin pluma.

CELESTINA.- ¿Sin pluma, hijo?

SEMPRONIO.- O emplumada, madre, que es peor.

CELESTINA.- ¡A la fe, en mal hora a ti he yo menester para compañero! ¡Aun si quisieses avisar a Celestina en su oficio! Pues cuando tú naciste ya comía yo pan con corteza. ¡Para adalid eres tú bueno, cargado de agüeros y recelo!

SEMPRONIO.- No te maravilles, madre, de mi temor, pues es común condición humana que lo que mucho se desea jamás se piensa ver concluido. Mayormente que en este caso temo tu pena y mía. Deseo provecho: querría que este negocio hubiese buen fin. No porque saliese mi amo de pena, mas por salir yo de lacería. Y así miro más inconvenientes con mi poca experiencia que no tú como maestra vieja.

* * *

ELICIA.- ¡Santiguarme quiero, Sempronio! ¡Quiero hacer una raya en el agua! ¿Qué novedad es esta, venir hoy acá dos veces?

CELESTINA.- Calla, boba, déjale, que otro pensamiento traemos en que más nos va. Dime, ¿está desocupada la casa? ¿Fuese la moza que esperaba al ministro?

ELICIA.- Y aun después vino otra y se fue.

CELESTINA.- Sí, ¿que no en balde?

ELICIA.- No, en buena fe, ni Dios lo quiera. Que aunque vino tarde, más vale a quien Dios ayuda, etc.

CELESTINA.- Pues sube presto al sobrado alto de la solana y baja acá el bote del aceite serpentino que hallarás colgado del pedazo de la soga que traje del campo la otra noche, cuando llovía y hacía oscuro. Y abre el arca de los lizos y hacia la mano derecha hallarás un papel escrito con sangre de murciégalo, debajo de aquel ala de drago a que sacamos ayer las uñas. Mira, no derrames el agua de Mayo que me trajeron a confeccionar.

ELICIA.- Madre, no está donde dices; jamás te acuerdas cosa que guardas.

CELESTINA.- No me castigues, por Dios, a mi vejez; no me maltrates, Elicia. No finjas, porque está aquí Sempronio, ni te ensoberbezcas, que más me quiere a mí por consejera que a ti por amiga, aunque tú le ames mucho. Entra en la cámara de los ungüentos y en la pelleja del gato negro, donde te mandé meter los ojos de la loba, le hallarás. Y baja la sangre del cabrón y unas poquitas de las barbas que tú le cortaste.

ELICIA.- Toma, madre, veslo aquí; yo me subo y Sempronio arriba.

* * *

CELESTINA.- Conjúrote, triste Plutón, señor de la profundidad infernal, emperador de la corte dañada, capitán soberbio de los condenados ángeles, señor de los sulfúreos fuegos, que los hirvientes étnicos montes manan, gobernador y veedor de los tormentos y atormentadores de las pecadoras ánimas, regidor de las tres furias, Tesífone, Megera y Aleto, administrador de todas las cosas negras del reino de Stigie y Dite, con todas sus lagunas y sombras infernales y litigioso caos, mantenedor de las volantes arpías, con toda la otra compañía de espantables y pavorosas hidras; yo, Celestina, tu más conocida clienta, te conjuro por la virtud y fuerza de estas bermejas letras; por la sangre de aquella nocturna ave con que están escritas; por la gravedad de aquestos nombres y signos que en este papel se contienen; por la áspera ponzoña de las víboras de que este aceite fue hecho, con el cual unto este hilado, vengas sin tardanza a obedecer mi voluntad y en ello te envuelvas y con ello estés sin un momento te partir, hasta que Melibea con aparejada oportunidad que haya lo compre y con ello de tal manera quede enredada que, cuanto más lo mirare, tanto más su corazón se ablande a conceder mi petición; y se le abras y lastimes de crudo y fuerte amor de Calisto, tanto que, despedida toda honestidad, se descubra a mí y me galardone mis pasos y mensaje. Y esto hecho, pide y demanda de mí a tu voluntad. Si no lo haces con presto movimiento, tendrasme por capital enemiga; heriré con luz tus cárceles tristes y oscuras; acusaré cruelmente tus continuas mentiras; apremiaré con mis ásperas palabras tu horrible nombre. Y otra y otra vez te conjuro. Y así confiando en mi mucho poder, me parto para allá con mi hilado, donde creo te llevo ya envuelto.

Конец ознакомительного фрагмента.

Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Celestina»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Celestina» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Celestina»

Обсуждение, отзывы о книге «La Celestina» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x