San Alfonso María Ligorio - Práctica del amor a Jesucristo

Здесь есть возможность читать онлайн «San Alfonso María Ligorio - Práctica del amor a Jesucristo» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Práctica del amor a Jesucristo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Práctica del amor a Jesucristo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

San Alfonso vuelve a sorprendernos con un magnífico ensayo en el que evoca un canto a la caridad, y una invitación para amar a Jesucristo, en humilde correspondencia al amor que Él nos ha mostrado y nos muestra con su Pasión, y al quedarse como alimento en la Eucaristía. La mayor parte del libro está dedicada a exponer el íntimo sentido de las dotes de la caridad, que describe San Pablo, y con ese espíritu, el autor llama a amar a Cristo con todas sus consecuencias. Porque quien ama al Señor ama la mansedumbre; huye de la envidia y de la tibieza; es humilde y no se ensoberbece; no se apega a nada de lo creado y no ambiciona más que a Jesucristo; no se irrita contra el prójimo, y todo lo sufre por el Señor, especialmente la pobreza, las enfermedades y los desprecios. En suma, sólo quiere lo que quiere Cristo, cree cuanto Él ha dicho, y todo lo espera de Él.

Práctica del amor a Jesucristo — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Práctica del amor a Jesucristo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Sabiendo Jesús que era llegada su hora de pasar de este mundo al Padre, como hubiese amado a los suyos, los amó hasta el extremo [1]. Sabiendo nuestro amantísimo Salvador que era llegada la hora de partir de esta tierra, antes de encaminarse a morir por nosotros, quiso dejarnos la prenda mayor que podía darnos de su amor, cual fue precisamente este don del Santísimo Sacramento.

Dice San Bernardino de Siena que las pruebas de amor que se dan en la muerte quedan más grabadas en la memoria y son las más apreciadas. De ahí que los amigos, al morir, acostumbren dejar a las personas queridas en vida un don cualquiera, un vestido, un anillo, en prenda de su afecto. Pero vos, Jesús, mío, al partir de este mundo, ¿qué nos dejasteis en prenda de vuestro amor? No ya un vestido ni un anillo, sino que nos dejasteis vuestro cuerpo, vuestra sangre, vuestra alma, vuestra divinidad y a vos mismo, sin reservaros nada. «Se te ha dado por entero –dice San Juan Crisóstomo–, no reservándose nada para sí».

Según el Concilio de Trento, en este don de la Eucaristía quiso Jesucristo como derramar sobre los hombres todas las riquezas del amor que tenía reservadas. Y nota el Apóstol que Jesús quiso hacer este regalo a los hombres en la misma noche en que éstos maquinaban su muerte [2]. San Bernardino de Siena es de la opinión de que Jesucristo, «ardiendo de amor a nosotros y no contento con aprestarse a dar su vida por nuestra salvación, se vio como forzado por el ímpetu del amor a ejecutar antes de morir la obra más estupenda, cual era darnos en alimento su cuerpo».

Por eso Santo Tomás llamaba a este sacramento sacramento de caridad, prenda de caridad. Sacramento de amor, porque sólo el amor fue el que impulsó a Jesucristo a darse a nosotros en él; y prenda de amor, porque si alguna vez dudáramos de su amor, halláramos de él una garantía en este sacramento. Como si hubiera dicho nuestro Redentor al dejarnos este don: ¡Oh almas!, si alguna vez dudáis de mi amor, he aquí que me entrego a vosotras en este sacramento; con tal prenda a vuestra disposición, ya no podréis tener duda de mi amor, y de mi amor extraordinario.

Más lejos va todavía San Bernardo al llamar a este sacramento amor de los amores, pues este don encierra todos los restantes dones que el Señor nos hizo, la creación, la redención, la predestinación a la gloria, porque, como canta la Iglesia, la Eucaristía no sólo es prenda del amor que Jesucristo nos tiene, sino también prenda del paraíso que quiere darnos. Por eso San Felipe Neri no acertaba a llamar a Jesucristo en el Santísimo Sacramento sino con el nombre de amor, y al cabo de su vida, cuando le llevaron el Viático, exclamó: «He aquí el amor mío, dame a mi amor».

Quería el profeta Isaías que por todas partes se pregonasen las amorosas invenciones de nuestro Dios para hacerse amar de los hombres [3]; pero ¿quién jamás se hubiera imaginado, si Dios no lo hubiera hecho, que el Verbo encarnado quedara bajo las especies de pan para hacerse alimento nuestro? «¿No suena a locura –dice San Agustín– decir: Comed mi carne y bebed mi sangre?». Cuando Jesucristo reveló a sus discípulos este sacramento que nos quería dejar, se resistían a creerlo y se apartaban de Él, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su sangre? [4]. Duro es este lenguaje. ¿Quién sufre el oírlo? [5]. Pues bien, lo que los hombres no podían pensar ni creer, lo pensó y ejecutó el grande amor de Jesucristo. Tomad y comed, dijo a sus discípulos, y en ellos a todos nosotros; tomad y comed, dijo antes de salir a su pasión. Pero, ¡oh Salvador del mundo!, y ¿cuál es el alimento que antes de morir nos queréis dar? Tomad y comed –me respondéis– , éste es mi cuerpo [6]; no es éste alimento terreno, sino que soy yo mismo quien me doy todo a vosotros.

Oh, ¡y qué ansias tiene Jesucristo de unirse a nuestra alma en la sagrada comunión! Con deseo deseé comer esta Pascua con vosotros antes de padecer [7], así dijo en la noche de la institución de este sacramento de amor. Con deseo deseé: así le hizo exclamar el amor inmenso que nos tenía, comenta San Lorenzo Justiniano. Y, para que con mayor facilidad pudiéramos recibirle, quiso ocultarse bajo las especies de pan. Si se hubiera ocultado bajo las apariencias de un alimento raro o de subido precio, los pobres quedarían privados de él; pero no; Jesucristo quiso quedarse bajo las especies de pan, que está barato y todos lo pueden hallar, para que todos y en todos los países lo puedan hallar y recibir.

Para que nos resolviéramos a recibirle en la sagrada comunión, no sólo nos exhorta a ello con repetidas invitaciones: Venid a comer de mi pan y bebed del vino que he mezclado [8]. Comed, amigos; bebed y embriagaos, queridos [9], sino que también nos lo impone de precepto: Tomad y comed; éste es mi Cuerpo [10]. Y para inclinarnos a recibirle nos alienta con la promesa del paraíso: El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna [11]. El que come este pan vivirá eternamente [12]. En suma, a quien no comulgare, le amenaza con excluirlo del paraíso y lanzarlo al infierno: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros [13]. Estas invitaciones, estas promesas y estas amenazas nacen todas del gran deseo que tiene de unirse a nosotros en este sacramento.

Mas, ¿por qué desea tanto Jesucristo que vayamos a recibirle en la sagrada comunión? He aquí la razón. El amor, en expresión de San Dionisio, siempre aspira y tiende a la unión, y, como dice Santo Tomás, «los amigos que se aman de corazón quisieran estar de tal modo unidos que no formaran más que uno solo». Esto ha pasado con el inmenso amor de Dios a los hombres, que no esperó a darse por completo en el reino de los cielos, sino que aun en esta tierra se dejó poseer por los hombres con la más íntima posesión que se pueda imaginar, ocultándose bajo apariencias de pan en el Santísimo Sacramento, Allí está como tras de un muro, y desde allí nos mira como a través de celosías [14]. Aun cuando nosotros no lo veamos, Él nos mira desde allí, y allí se halla realmente presente, para permitir que le poseamos, si bien se oculta para que le deseemos. Y hasta que no lleguemos a la patria celestial, Jesús quiere de este modo entregarse completamente a nosotros y vivir así unido con nosotros.

Mas no bastó a su amor el haberse dado por completo al género humano en su encarnación y en su pasión, muriendo por todos los hombres, sino que inventó el modo de darse todo a cada uno de nosotros, para lo que instituyó el sacramento del altar, a fin de unirse a cada uno de nosotros, como Él mismo dijo: El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece y yo en él [15]. En la sagrada comunión, Jesús se une al alma y el alma a Jesús, siendo esta unión no de mero afecto, sino muy real y verdadera. Ello hizo decir a San Francisco de Sales: «En ninguna obra puede considerarse al Salvador ni más tierno ni más amoroso que en ésta, en la que se aniquiló, por decirlo así, y se redujo a alimento para penetrar nuestras almas y unirse enteramente al corazón y hasta al cuerpo de sus fieles». Dice San Juan Crisóstomo que Jesucristo, por el ardiente amor que nos profesaba, quiso unirse de tal manera a nosotros, que no fuéramos más que una sola y misma cosa.

Hablando San Lorenzo Justiniano con Jesús, le dice: «¡Oh Dios!, enamorado de nuestras almas, por medio de este sacramento dispusiste que tu corazón y el nuestro fueran un solo corazón inseparablemente unido». Y San Bernardino de Siena añade que «el dársenos Jesucristo en alimento fue el último grado del amor, porque unión más cabal y completa no puede darse cual la que hay entre el manjar y quien lo come». ¡Oh, cuánto se complace Jesucristo en estar unido con nuestra alma! Él mismo lo dijo cierto día, después de la sagrada comunión, a su querida sierva Margarita de Iprés: «Mira, hija mía, la hermosa unión que entre nosotros existe; ámame, en adelante permanezcamos siempre unidos en el amor y no nos separemos ya más».

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Práctica del amor a Jesucristo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Práctica del amor a Jesucristo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Práctica del amor a Jesucristo»

Обсуждение, отзывы о книге «Práctica del amor a Jesucristo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x