Las características de la toxicidad baja son:
✓ Angustia para tomar decisiones
✓ Falta de claridad en las prioridades
✓ No saber decir no
✓ Poco tiempo para lo importante
✓ Brincar en el pasado, en el presente y en el futuro, sin gozar de ninguno
✓ Poca inversión en uno mismo
✓ Baja inteligencia emocional
✓ Represión de emociones
✓ Adicción a la tecnología, imposibilidad de desconectarse
✓ Falta de plenitud y realización personal y profesional
Este es solo un breve análisis para que descubras el grado en que te ubicas. De cualquier manera, en capítulos posteriores podrás encontrar herramientas para bajar el grado de tu toxicidad, sea cual sea en la que te halles.
Efectos secundarios de hacer un detox emocional : ¿qué se logra?
La primera vez que hice un detox en mi vida fue hace unos nueve años. En ese momento hice la famosa cura con sirope de savia que consiste en solo alimentarte con una mezcla de dicho sirope, agua, limón y cayena, y algunos tés herbales. Fueron diez días intensos. No probé nada más que eso.
Nunca se me va a olvidar que, cuando inicié el proceso, mi coach me pidió que comprara una libreta para anotar todas las emociones, sensaciones y pensamientos que surgieran a partir del primer día.
Yo no sabía de qué me hablaba, pues lo único que quería era bajar unas libras. Pero ella me lo aclaró: «Cuidado, van a salir todos tus demonios. Vas a conocer partes de ti que no conocías y hay que tener mucha claridad al respecto».
Pues tenía razón, sí salieron (no todos) muchos de mis demonios. Pasé por el enojo, la tristeza, la frustración, el coraje, la alegría, la excitación en todos esos días.
La verdad es que las crisis personales o los puntos de quiebre pueden ser las mejores «excusas» para hacer cambios en tu vida, y qué mejor que hacerlo consciente cuanto antes.
Más allá de que ahora no me parece la mejor vía para desintoxicarse, no puedo negar que fue muy liberador.
¿Por qué te cuento esta historia? ¿Saldrán tus demonios?
Porque si bien los candidatos para un detox somos todos, pocas son las personas que toman con seriedad y responsabilidad su éxito y su bienestar. Si tú eres de ese grupo, primero que nada quiero darte la bienvenida y un gran aplauso.
Pero también deseo ser lo más transparente y honesto contigo, y tengo la obligación moral de confesarte lo siguiente: cada vez que uno inicia un detox , y mucho más cuando el tema no es físico sino emocional, existen efectos secundarios.
Sí, sí pasan cosas después de seguir este método, sale la parte que te encanta pero también la que no te gusta de ti, sale lo que has mantenido en la oscuridad, pero también aquello que te hace brillar.
La buena noticia es que estos efectos son valiosos beneficios y, en general, tu vida en perspectiva no volverá a ser la misma de antes; no por mí, mucho menos por este libro, sino por las decisiones que tomes, los compromisos que asumas y las acciones que emprendas de ahora en adelante.
¿Cuáles son algunos de estos efectos secundarios?
✓ Introspección y reflexión personal
✓ Cerrar círculos y concluir etapas
✓ Dejar algunas personas en el camino
✓ Vivir más desapegado a lo material
✓ Moverte de lugar, hacer cosas diferentes
✓ Resolver asuntos pendientes del pasado
✓ Ser más consciente
✓ Aumentar tu capacidad de resiliencia
✓ Enfrentarte a tus sombras
✓ Mayor sensibilidad e intuición
Si seguimos haciendo lo que siempre se ha hecho, continuaremos consiguiendo los mismos resultados .
Williams Edwards Deming, estadista estadounidense
Una de las cosas que más le decían a la psiquiatra, escritora de origen suizo e impulsora de la tanatología, Elisabeth Kübler-Ross, cuando dialogaba con pacientes terminales, era: «Me hubiera gustado atreverme más en la vida».
¿El detox emocional se da por arte de magia? Por supuesto que no. Hay que atreverse y ponerse las pilas. Lo que está en juego es tu felicidad y lo vale, ¿no?
¿Para qué esperar a estar en una situación límite, si hoy podemos actuar?
También hay que irse poco a poco, paso a paso, para que el reinicio de vida sea perdurable y no solo, como decimos en México, una «llamarada de petate».
Recuerda que ningún cambio importante es inmediato. Como en cualquier proceso de detox físico , en donde para lograr el éxito se requiere de disciplina y dedicación antes, durante y después de empezar, en el caso del detox emocional sucede de forma muy similar.
Por tal razón, y para que además fuera más práctico para ti, decidí separar este libro en tres etapas:
Preparar:antes de empezar a colocar los cimientos, hay que desmontar el terreno. Aunque yo sé que muchos preferirían ir directo a la segunda parte, es importante primero hacer una radiografía de vida para conocer honestamente lo que hay por dentro, por ejemplo: el grado de toxicidad en el que estás.
Desintoxicar:aquí te doy el banderazo de salida para iniciar el proceso en el que irás poco a poco deshaciéndote de las cajas y archivos tóxicos que no necesitas.
Mantener:el verdadero éxito del detox no está en hacerlo sino en su seguimiento y mantenimiento. Aquí se da una etapa de reorganización de vida sumamente interesante y productiva.
Aunque desde que empiezas este método comienzas a sentirte de maravilla, no te desesperes ni te angusties si no logras ver cambios impactantes a los primeros días de haber iniciado.
Robin Sharma, el afamado autor de El monje que vendió su Ferrari, lo dice de forma clara y contundente: «Si vas demasiado aprisa, en realidad haces más lento el proceso».
Ve a tu ritmo, tómate tu tiempo, pero no dejes de avanzar y de ir vaciando de tu carreta todo aquello que no necesitas.
CAPÍTULO 2
Los personajes tóxicos
Reinventarse es transformar tu forma de ser, no quien eres, no es convertirse en una persona diferente porque ya eres un ser completo .
Mario Alonso Puig, médico cirujano y autor español
Siempre me interesé por la medicina. Pero no como aquel que dice: «Quiero ser bombero, futbolista, policía o astronauta», y quien después de un tiempo olvida la idea. Lo mío era muy en serio.
No sé de dónde saqué la idea o en qué momento surgió, pero desde que era muy niño pasaba horas jugando con artilugios médicos.
Con decir que, en uno de mis cumpleaños, mi mamá y yo nos confabulamos y decidimos hacer una fiesta de disfraces (en pleno mes de marzo) que sirviera de pretexto para usar mi recién adquirida bata de doctor.
Toda la fiesta era alusiva al mundo médico: la piñata y el pastel tenían forma de ambulancia, los dulces estaban dentro de unos botecitos con etiqueta que figuraban ser medicinas, hasta tenía mi propio estand para atender con mi estetoscopio, mi termómetro y mis jeringas de plástico a todo aquel invitado que se dejara.
En esos años devoraba libros de medicina para niños. Todavía guardo algunos de ellos. Me asombraba el diseño tan preciso del cuerpo humano, la cantidad de huesos, de órganos y cómo todo funcionaba como una máquina perfecta. Ir al médico para mí no era un asunto de miedo o angustia, sino de aprendizaje y asombro. Al día de hoy sigo admirando a quien entrega su vida para ayudar a sanar a otros.
Читать дальше