y se quedaba sin nada
gozaba haciendo favores
así era Teresa Mercedes
siempre Teresa Mercedes
Tenía algo que regalar
y daba lo que tenía
y se quedaba sin nada.
Oye Teresa Mercedes
que dice Juana Canal
que le prestes cinco pesos
y le des un poquito de sal.
Muy contenta y alegre
viene Teresa Mercedes
ya regaló hasta su casa
y ahora sí que está feliz.
Lo cantaba en la emisora de Víctor Roberto Pereira, al presentar al negrito Figurín, su ahijado, que salía a bailar, disfrazado de rumbero, en la pista del radioteatro.
Decía así:
El negrito Figurín
es un rey para bailar
canta bien los paseos
y es un as en la cumbiambas.
Sócrates Antonio Villero
en mala noche te veía,
tus ojos como luceros
tenían fuego y calor
y yo te ofrecía un trago
de media botella de ron.
Qué mala noche pasamos
al pie de un negro cajón
el muerto se hacía el pesado
Y sin media botella de ron.
El negrito Figurín
es un rey para cantar
y al escuchar un paseo
abandonó aquel velorio
para ponerse a bailar.
Entre otros acetatos perdidos, con piezas de su autoría, se encuentran “La rosca”, dedicado a los reinados del carnaval cuando estos eran dirigidos por “un monopolio de una estirpe que imponía autoridad y mando en la jurisdicción social carnestoléndica”; así como “Los choferes”, que dedicó a los taxistas de la ciudad, especialmente a su cuñado Francisco Feoli Dilioni, Chicho Feoli, dueño de una flota de carros de plaza y de un bus que recorría la ruta Ciénaga-Santa Marta-Ciénaga, que él mismo manejaba. En la canción mencionaba, en forma jocosa, a todos los choferes de la época.
Sin embargo, es en ritmo de vals que hace uno de sus más bellas páginas musicales, inspirado por la hermosura de una dama cienaguera, que era todo un primor de dulzura y belleza. La conoció una noche del mes de diciembre, en un cumpleaños de Dubys, en casa de la familia Pipán. Ella jamás supo del flechazo, ni de la devoción de Buitrago, cautivado por su rostro angelical.
Linda nena tus ojos me hacen soñar
Linda nena tu mirada es consuelo sin par
no comprendes que te amo con loca pasión
no comprendes que mi alma te llora,
te canta y te implora le entregues su amor.
Tus sonrisas la noche del baile
extasiaron mi fiel corazón,
en tus ojos yo leí la esperanza
que anhelaba sediento de amor.
Hoy tu imagen indeleble en mi mente
me deja inconsciente por tu fiel mirar.
Linda Nena no puedo olvidarte
no puedo arrancarte de mi corazón.
La pieza fue grabada en pasta de acetato en los estudios de Juancho Armenta Vázquez, en Ciénaga. Posteriormente sería reeditada para el sello Atlantic, K-5565, lado B.
Las mujeres a mí no me quieren
Para algunos amigos entendidos resulta incomprensible que Guillermo haya compuesto este tema. Sin ser un mujeriego incorregible, casi nunca fue rechazado en sus pretensiones. El merengue, más allá de su contenido real, de los motivos del músico para componerlo, se constituyó muy pronto en un éxito, al que contribuyeron la picardía de la letra y la cancha de Buitrago al interpretarlo.
Las mujeres a mí no me quieren
porque es que yo no tengo plata
las mujeres se van con los ricos
siempre le resultan lata.
Y este verso no es pa´ mi
desde lejos lo conocí
Las mujeres en el amor
se parecen al acordeón
ay si se afloja la boca
se le aprieta el diapasón
Y este verso no es pa´ mi
desde lejos lo conocí
La cartagenera Argénida fue uno de los amoríos del músico. “Era una mujer simpatiquísima, y entre las cosas que llamaba la atención era que tenía muchos vellos, y ese distintivo preocupaba mucho a Buitrago”, comentaba Darío Torregroza, conocedor de intimidades de su protegido. Una tarde discutieron y hubo reventazón en los amoríos y Guillermo, despechado, la comparó con una araña con pelo. Al poco tiempo le compuso la canción en ritmo de paseo:
Yo vi una araña con pelo
Yo vi una araña con pelo
en el alar de mi casa
con rabo y con cuatro patas
con rabo y con cuatro patas
y tenía forma de cangrejo.
La araña te va a picá
agárrala por detrás
la araña te va a morder
agárrala por los pies
la araña pico a Gustavo
porque le tentaba el rabo
borracha araña atrevía
ayer asustó a María.
Esa araña inteligente
esa araña inteligente
es una friega pa´ mí
de pronto la veo subir
de pronto la veo subir
haciendo mueca a la gente.
La araña te va a picá
agárrala por detrás
la araña te va a morder
agárrala por los pies
la araña pico a Gustavo
porque le tentaba el rabo
borracha araña atrevía
ayer asustó a María.
Gustavo Rada, por su parte, manifestaba ser el autor de la letra de la canción. Refiere cómo se originó. “Yo llegué a Barranquilla procedente de Bogotá, para el nacimiento de mi hija Alicia Mercedes, en 1946, e invité para festejar ese día a Efraín Torres, Numa Pabón, Ángel fontanilla y Guillermo Buitrago, entre otros. La canción se origina porque al costado de la casa donde vivía, en el callejón del Matadero, había un grupo de pelados festejando la muerte de una cipote araña negra y pelúa”. Gustavo Rada se da cuenta, “porque había ido al patio a orinar, y se sorprendió al ver ese cipote animal”. Este fue el motivo para que empezara a tararear el primer verso:
Yo vi una araña con pelo
en el patio de mi casa
con rabo y con cuatro patas
tenía forma de cangrejo…
Llamó a Fontanilla para que escuchara los primeros versos. Se acercaron, entonces, Numa Pabón y Buitrago, que le dijo que esa canción estaba buena para grabarla. Término Gustavo de hacerla y ese mismo día la montaron.
Cuando habla de “Borracha araña atrevida// ayer asustó a María”, se refiere a María Flores, entonces su mujer, y cuando dice “La araña picó a Gustavo// porque le tentaba el rabo...”, no es porque lo haya picado, ni él le hubiera tocado el rabo, como él mismo manifestaba, sino que los agregó para hacer el acoplamiento de los versos, cuadrar la melodía. El resto, termina diciendo Gustavo, lo hizo El Mono Guille. Además de una tremenda letra, sencilla y pícara, como la mayor parte del repertorio de la música de Ciénaga y la región, Buitrago le imprimió a la interpretación una gracia difícil de superar o de encontrar en otras composiciones de la música popular colombiana. Es uno de sus clásicos. Surgido, como se deprende de las confesiones de Gustavo Rada, de un episodio de la vida cotidiana e infantil en un barrio popular, pero que sus compositores le dieron una pícara vuelta de tuerca para trascender el motivo inspirador inicial y pasar a ser una metáfora que el entendido pueblo colombiano disfruta y goza, sin distingos de clases y edad.
Por supuesto que no faltaron aventuras en la vida de Buitrago. Guillermo era metódico, pues cada vez que salía de su casa, decía para dónde iba o dónde iba a estar, y así, siempre se le encontraba cuando se le necesitaba.
Un día, Ciénaga fue alegrada con la llegada de un circo, precedido de mucha fama y procedente de Méjico. Era el Circo Atayde. Había llegado a mediados de los años cuarenta. Armó sus carpas, tres grandes carpas, en el viejo playón6 de la antigua estación del ferrocarril, por los lados del entonces Salón Colonial y del extinto Teatro Córdoba. Llamaba la atención por lo grande y espectacular que era y por la variedad de animales que trajo.
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