[el conocimiento que ambos tienen…] el conocimiento que ambos tienen de su alma es inversamente proporcional al conocimiento de las almas ajenas; por eso el contrato es exacto y justo : uno entrega su belleza para ser quebrada por las manos visitantes si se mira bien, la víctima convierte al victimario en víctima [ : no es otra cosa un asesino– el otro sabe que su belleza es un sol terrible despiadado y oferta la exigida precisión de las caricias compradas [ : la experiencia es también un crimen alevoso–
[en la oscuridad de los cines…]
[fuman sobre el pasto verde…]
[no hay miedo ni…]
[su insolencia es a veces una isla…]
[la ventaja de tener su amor…]
[él había llegado a la ciudad…]
[de noche mira las estrellas…]
[aquello aún no se autonombraba …]
[será que los oficios viejos…]
[el valle de la cuaba…]
[no se reconocen …]
[no iba a dormir con él…]
[pensaba en un camaleón…]
[hablan de amor con urgencia…]
[también a veces…]
[hubo mañanas en que se ponía…]
[bebió de su vaso mientras …]
[hay una parte a donde van solos…]
[salen poco por el día…]
[su sensualidad es otra cosa…]
[algunos duelen más…]
[no sabrás nunca si lo encontraste…]
[con ellos no compite ni el verano…]
[eran un club extraño…]
[no sólo él…]
[entran a cualquier cuerpo…]
[ellos y yo a veces fuimos los mismos…]
[edifican miradores de salitre…]
[en las lagunas del crudo…]
[sus plazas las tienen definidas…]
[el siete de coloma es…]
[esta noche no hay…]
[algunas noches llora…]
[sí pero la carne es otra cosa…]
[el día seminublado…]
[el siete de coloma…]
epílogo
[su mayor compromiso es un instinto…]
notas
MUCHACHOS QUE NO BESAN EN LA BOCA
en ellos no hay peces
ni cumple función alguna
el agua y su misterio evolutivo
[su nado mejor es la paciencia–
no guardan asombros en los ojos
aunque los habitan dioses y mitologías
derrumban portentos de piedra volcánica
y son expertos en carencias
–propias y ajenas
sus sábanas no son algas azules
ni espejean sus pieles en la piazza [aquí sólo hay parques –a veces– y siempre una heladería– i
saben que la ternura es un pretexto
para la seducción de perros apaleados
se cree sí
que estas criaturas
no besan en la boca
no besan en la boca
pero tienen la habilidad de intercambiar objetos de profundo valor sentimental por una prenda fina. nueva. de marca. simplemente llamativa. jamás se refieren al objeto –vaya palabra extraña distante. es el muñequito miniatura que desde niño arropan sus bolsillos. la pequeñísima piedra que la abuela les entregó antes de entregarse a la muerte. un mínimo trozo de hierro que logró doblar su hermanito menor. el parapléjico. para entonces han dicho ya papeles. teléfonos. andanzas. [recorrieron el vía crucis de lo incierto] y con una gracia angélica dicen yo sé qué é lo que tú quiere llámame cuídate te quiero ¿oíte?
son expertos en cualquiercosa a
saben de qué hablan los militares los mecánicos los panaderos los taxistas
pasan horas acompañando a los mendigos
hablando con los mudos
aunque la gente piensa lo contrario
suelen ser tan felices [tan (tan) felices
–si ven a rabillo de ojo es porque el manual
para despertar interés así sugiere]
van todos los días a los parques
caminan sin prisa el resto de las calles las zonas
por donde nadie pasa
gustan de ver a lo lejos las luces de los apartamentos
y el gruñir de los barcos que a media tarde
violenta la bahía
quieren al mundo entero no discriminan
particularmente se inclinan por los feos
los obesos la mal fingida arrogancia
cualquier extranjería
están bien enterados saben sin falta
lo que acontece en miami italia o venezuela
y tratan de mantenerse al día
sobre las acciones de las marcas
traídas desde el yuma ii
les gustan los colmillos de lacoste
la violencia neoavantgarde de rabanne
el rugir de un par de pumas
para arañar la casta
también suelen ser cultos
visitan cementerios [las tumbas de famosos
son un tema] tienen un directorio
de anticuarios de la ciudad
y paladares económicos
conocen al dedillo a los libreros
de plaza de armas
visitan monumentos museos galerías
e iglesias [sólo las de valor histórico
para iniciar charlas]
y cuando entran a la habitación
despliegan su ritual de encantamientos para dar paso
a la ternura
de desnudarse como quien hace un cuento
de la santa cuya tumba tiene siempre flores
porque hace procrear a las estériles
no besan en la boca
pero saben su nombre: santa amelia
[y saben que la iglesia no la reconoce–
luego
pero
antes
de despeñar su espuma blanca
gimen como ángeles en pijama
bufan como quien sabe que dios se les parece tanto
a cualquiercosa es eso
: cualquiercosa [no dejan espacio
entrepalabra] no refiere a la especificidad
de oficio o profesión alguna.
: lo saben todo
porque todo ya lo imaginaron.
el paso acelerado descubre
siempre al visitante
: el miedo es su documento
de identidad
el olfato del cazador
pone el acento
[por escenografía si gusta
puede sumar un bolso grande
las sandalias
la piel rosada que devela playas
bloqueador solar en mano
como si fuera una cerveza
–o una cerveza– -
: el cuadro está hecho
hay bocas que besan
apretadas contra el alma
que dejan siempre en un papel
apresurado
el número telefónico de una vecina
el móvil de la cómplice
nunca reciben el timbrazo que esperan
–la repetición es aburrida en tan
grande mercado de la carne
yo lo miré una tarde
reflejado en el cristal de una licorería
boca con corazón al centro
y semiabiertos los dientes frontales
él me miró con discreción
de santero
y ligeramente se apretó la portañuela
[saberlo todo es continuar la marcha–
: con la primera escalerilla
alcanzamos de seis pisos
la azotea
se veía el mar de aquella altura
sentí que me besaba como aprisionando
mis labios a sus aspiraciones
[que me tragaba un poco–
a tres o cuatro pasos asomaba el abismo
nos fuimos hacia él e hicimos algo
muy parecido al amor mirando calle abajo
bajamos al cielo y después del edificio
nos despedimos con un beso final
[boca de amargos
visitantes que heredan el aliento de frambuesa
para dibujar lejanías a la memoria–
un beso final una escalera
muda que garabateaba
unos números
no lo llamé
nunca volví a verlo
siempre me han dado miedo
las alturas
Para Pinty, hasta Matanzas, hasta siempre .
en sandino
también todos los días
pasa la nada
[salvo cuando murió el abuelo
carcomido de a poco por fumarolas
pequeñísimas que enlistaba la libreta iii
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