Ante las fuertes crisis económicas que vivieron muchos países latinoamericanos recientemente –asociados en gran medida a las caídas de los precios de los commodities y las limitaciones para sostener gastos por parte de los gobiernos de la región– la mayoría de los gobiernos latinoamericanos de izquierda fueron reemplazados por gobiernos de derecha. Es previsible que el ascenso de la derecha, tal como sucedió a inicios de siglo con la izquierda, no esté ocurriendo por cambios ideológicos en el electorado y si como un intento de sancionar a gobiernos (de izquierda) que están presidiendo en situaciones económicas precarias y crisis políticas (por ejemplo, escándalos de corrupción).
En este sentido, es importante en una primera instancia y como objetivo central de este capítulo, explorar si el auto-posicionamiento del público general está asociada a sus opiniones frente importantes temas económicos, políticos y sociales. A continuación, analizaremos –ahora en el contexto de gobiernos de derecha– a dos países: Colombia y Brasil.
Opinión púbica y auto-posicionamiento ideológico en dos casos latinoamericanos
En esta sección analizaré la relación entre el auto-posicionamiento ideológico y las posiciones frente a temas comúnmente asociados a posiciones ideológicas en dos países, Colombia y Brasil. La selección de estos países sigue la siguiente lógica: ambos países han experimentado recientemente un incremento en los niveles de polarización política. En el caso de Colombia, el conflicto central era la negociación y posterior acuerdo de paz entre el gobierno y la ahora desmovilizada guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). En Brasil, el proceso que llevó a la destitución ( impeachment ) de la presidenta Dilma Rousseff y las elecciones presidenciales del 2018 mostraron fuertes divisiones entre personas políticamente activadas y entre élites políticas. Mientras la polarización debería favorecer una mayor relevancia y congruencia entre el auto-posicionamiento ideológico y opiniones frente a temas políticos en estos países, la naturaleza de los sistemas de partidos en ambos debería tener un efecto negativo sobre la estructuración ideológica de las opiniones políticas.
Si bien el sistema de partidos brasileño logro niveles aceptables de estabilidad hasta el 2014 (Mainwaring et al. 2018), la crisis política reciente llevó –por lo menos temporalmente– a altos niveles de volatilidad electoral. Esto se ve con gran claridad a través de la elección de un presidente apoyado por un partido anteriormente microscópico y que pertenecía a los denominados partidos de alugel 3(Hunter y Power, 2019). En el caso colombiano, desde mediados de los años noventa inició un proceso de desinstitucionalización del sistema de partidos, que desde entonces se ha caracterizado por altos y persistentes niveles de inestabilidad (Albarracín et al., 2018). La ausencia de opciones partidarias estables en ambos casos reduce la posibilidad que tienen las élites políticas para poder señalizar efectivamente y consistentemente a la opinión pública que constituyen ideas de “izquierda” y de “derecha”.
Para realizar el análisis se utilizó datos de las encuestas del Latin American Public Opinion Project (LAPOP), liderado por Vanderbilt University (EE.UU.). Los datos de las encuestas utilizadas para Colombia y Brasil fueron levantadas en el 2012 (ambos países), 2016 (Colombia) y 2017 (Brasil). Siguiendo la estrategia trazada por Zechmeister (2015), escogí preguntas de la encuesta que me permiten medir el auto-posicionamiento ideológico de cada encuestado, así como sus opiniones frente a temas económicos (el grado de intervención deseable del Estado en la economía), sociales (apoyo al matrimonio igualitario), de seguridad y legislación penal (apoyo a penas más severas para criminales) y políticos (grado de apoyo a la democracia). Igualmente, para cada caso escogí temas de gran relevancia contextual. Para Colombia, busco relacionar el apoyo al acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC con el auto-posicionamiento ideológico. En el caso de Brasil, se explorará si existe una asociación entre la posición frente al impeachment de Dilma Rousseff con la posición que toma el encuestado en la escala ideológica.
En ambos casos se realiza un análisis de la distribución de opiniones por grupo ideológico (izquierda, centro y derecha). Esto se complementa con regresiones que estiman la relación entre el auto-posicionamiento ideológico y posiciones frente a temas políticamente relevantes. En ningún caso, este análisis empírico pretende establecer relaciones causales entres estas variables. Sin embargo, como se verá a continuación, si nos muestra la poca asociación que hay entre opiniones y el auto-posicionamiento ideológico.
Colombia: la continuidad de la derecha
Colombia fue una excepción en la región. Mientras gobiernos de izquierda fueron electos desde finales de los años noventa, gobiernos de derecha y centro-derecha han controlado el poder ejecutivo en Colombia y la izquierda no ha tenido una opción real de ganar las elecciones presidenciales, con la debatible excepción de las elecciones de 2018. La longevidad del conflicto armado entre el Estado, grupos guerrilleros y paramilitares, así como las visiones opuestas de como superarlo han sido el clivaje central de política en Colombia. Particularmente a partir de 2002 con la elección de Álvaro Uribe, las opiniones frente al conflicto armado empezaron estar fuertemente asociadas con el auto-posicionamiento ideológico. Personas que se identificaban como cercanas a la izquierda tendían a apoyar una resolución negociada al conflicto, mientras que personas que afirmaban ser de derecha expresaban que el conflicto debía resolverse por medios militares.
Antes de la elección presidencial de 2002, los partidos tradicionales en Colombia (Liberal y Conservador) no habían dado señales consistentes al electorado, expresando apoyo y llevando a cabo tanto a acciones armadas como a negociaciones como potenciales soluciones al conflicto armado. Sin embargo, después de la elección del 2002, las elites políticas empezaron a indicarle a la opinión pública con más claridad que la posición que se tomará frente al conflicto reflejaba el ser de “izquierda” o “derecha”. Figuras claves de la izquierda como los candidatos presidenciales Luis Eduardo Garzón (2002) o Carlos Gaviria (2006) basaron sus campañas a la presidencia en la defensa de la opción negociada al conflicto. Representantes de la derecha política, en particular el presidente Álvaro Uribe, defendían inequívocamente una resolución militar al conflicto armado (Albarracín, 2013).
El conflicto armado era el eje central de la política en Colombia. No es sorprendente entonces que las posiciones frente al conflicto armado estuvieron fuertemente asociadas a el auto-posicionamiento ideológico y que predijeran el comportamiento electoral de los votantes (Olivella y Rodriguez Raga, 2009). A pesar de que el conflicto armado y el acuerdo de paz siguió siendo el clivaje central de la política colombiana (Milanese y Serrano, 2019) la clara alineación entre la posición ideológica y la posición frente al conflicto se diluyó en el gobierno de Juan Manuel Santos. El hecho de que un representante de la política de seguridad democrática del presidente Uribe y una figura de la élite tradicional bogotana buscará y lograra un acuerdo con las FARC rompió con las claras señales que enviaban las élites políticas a la opinión pública: por lo menos para una parte de ésta, se le indicaba que se podía ser de centro o centro-derecha y apoyar la negociación como salida al conflicto.
Читать дальше