Alas nuevas
Poemario Azul
Alas nuevas
Poemario azul / Alas nuevas. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-2130-9
1. Poesía Argentina. I. Título.
CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A mi familia, a mis hijos David, Ian y Gabriel
a mis verdaderos amigos y amigas,
a los seres amados que ya no estan -madre y abuelos-
quienes acompañan desde otro plano
y en especial a mi compañero y amor Martin,
quien ha inspirado, apoyado y acompañado en este proyecto.
Casa, hogar, techo, corazón y abrigo
Casa, hogar, techo,
corazón y abrigo;
morada de ensueño,
cuerpito gentil;
ventanales, barrotes y alas.
Espacio en que el alma
se mueve liviana
desplegándose con libertad,
a sus anchas.
casa, hogar, techo
corazón y abrigo.
Angosto pasillo,
paredes blancas,
baldosas pedradas
refugio de mis hijos,
sombrita callada,
arbolito silvestre,
lucerito del alba,
cuevita gigante,
cunita de hadas.
Casa, hogar, techo,
corazón y abrigo
que guardan mis quejas,
secretos, añoranzas.
Jaulita pequeña,
jaulita abrigada,
cajita sencilla,
compañera silenciosa
de mañanas, tardes,
noches de soledades largas.
Camino sin sombra.
Gris es la mañana que anuda los tendones,
mirando el dorado remolino de hojas muertas, yo.
Poseen el suficiente brillo como para despertar el alma del poeta.
Poesía blanca, poesía negra;
¡qué sé yo!, ¿qué más da?
Solo pocas sensaciones bastan para descargar el cuerpo,
batirse a duelo con tinta a vida o muerte,
pocas líneas para constatar aquí
que camino sin sombra.
Caricias al alma que en ti he encontrado;
abracadabra de mis ojillos cerrados.
caricias al alma encontrar en tus brazos
el calor, el abrigo que había olvidado.
Yace la tarde, llueve, hace frío
llega el estío, tú, lejos de mí.
Tiemblo de miedo, no estás a mi lado.
Caricias al alma, aún no has llegado,
Transcurren las horas, espero soñando
que abras la puerta, irrumpas en casa,
presa de tus besos sentir que me abrazas.
Como si Poseidón arrasara con la costa,
como si Afrodita desencantara el corazón de
un infante enamorado.
Así… así se sintió aquel pequeño alfil
que abandonaba a su señor, a su amo,
así se sintió cuando la torre arremetió sin clemencia
y destrozó su coraza de madera vieja, dejando en el tablero
un rey desprovisto de espada, cayendo enloquecidamente
vencido, loco, oliendo a la muerte sobre el tapiz.
Si el acertijo soy yo
deberías preguntarte
por qué no me descifras,
si la incógnita eres tú
seré yo quien tenga
la misión de desnudarte.
En cada rincón hay misticismo
y ensoñaciones.
Dudas, intrigas, confusiones
capaces de cegar el alma del poeta
y alimentar el espíritu del mago.
En cada esquina se bifurca
casi sin sentido la razón,
fluyen emociones:
las tuyas, las mías, las nuestras.
Desbordan las ideas
que deben hacer de ti o de mí
un ser especial, inteligente,
admirado, o no.
En este torrente de magia
y escepticismo no hay nadie,
¿o acaso estamos todos?
Podemos hacer de él un circo
o desarrollarnos en su interior
tan solos como en una madriguera.
No sé cuál es el sentido:
si me descifras,
si te descifro,
ambos formamos parte del laberinto.
Los cuervos se llevaron mi mirada
vaciando los cuencos que la contenían.
Feroces alimañas me dejaron sin piel, solo huesos.
Aun así tus caricias desesperan y enloquecen.
Grilletes mohecidos sostienen mis muñecas
y sigo palpándote.
Fantasmas y delirios ensordecieron mis noches
y todavía te busco.
Vaciaron mi olfato, amputaron mi lengua
y aún percibo tu presencia…
Me acompañas a todas partes
y sigo sin encontrarte.
Sin sentidos sigo amándote, sigo odiándote…
Te persigo enloquecidamente,
como un karma, una obsesión.
Sin corazón se desatan todos mis demonios,
me sucede por humana, por haberme sentido contigo
salvajemente viva.
Poesía es sentir la brisa fría, helada como la escarcha
y quedarse transeúnte, vagabundo, como si nada.
Poesía es dejarse caer suavecito, medio loco,
escuchar su voz y no musitar palabras.
Poesía es saber que giró una vez más el sol
y celosa la luna se estampó a la madrugada.
Poesía es la estela de una noche mojada.
Poesía son los sueños de una musa encantada.
Poesía es sentir que tienen sabor las caricias.
Poesía es llorar, es reír, es dejar desnuda el alma.
Poesía es volar hasta el país de las hadas.
Poesía es sentirme junto a ti ¡tan cobijada!
Poesía es encontrarte en una calle solitaria.
Poesía es escuchar la llovizna tan lejana…
Poesía es saber que estás ahí, donde ayer te buscaba.
Poesía es creer que hoy pude lo que ayer no me animaba.
Poesía es encontrarte a la vuelta de la manzana
llenarte de besos, colmar de dicha el corazón que se escapa.
Poesía es estar aquí con mi cabeza enamorada.
Poesía son aquellas cosas que traducen en las mañanas
los rosales, sus espinas, la claridad, las campanas.
Aquella vieja capillita, los montes, las montañas
y esta pequeña plumita que cayó desde mi almohada…
Me gustan mis manos
porque son hacedoras de cosas buenas.
Me encanta mi cuerpo
porque cobijó dentro de sí a mis hijos.
Me contento con mi cabello
aunque se parece a la virulana acerosa,
y mi piel, mi piel es un viejo pergamino sabio
surcado por caminos intransitables y desolados.
Es un paisaje donde los volcanes están a punto de bullir
y en tanto desierto y aridez lo más parecido a un río
son aquellas lágrimas que desembocan en mis labios
cada mañana.
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