Nuevas noches árabes
Título original: New Arabian Nights
D. R. © 1920, Robert Louis Stevenson
D. R. © 1995, 1996, María Kodama, por el prólogo, cedido por Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.
D. R. © 1950, Cesare Pavese, por el epílogo
D. R. © 2009, Miguel Temprano García, por la traducción, cedida por Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.
Ilustración de portada: Eduardo Cruz
Primera edición: agosto de 2020
D. R. © 2020, de la presente edición en castellano para todo el mundo:
Perla Ediciones ®, S.A. de C.V.
Venecia 84-504, colonia Clavería, alcaldía Azcapotzalco, C. P. 02080, Ciudad de México
www.perlaediciones.com/ contacto@perlaediciones.com
Facebook / Instagram / Twitter: @perlaediciones
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
ISBN: 9786079889821
Conversión eBook:
Mutāre, Procesos Editoriales y de Comunicación
ÍNDICE
Página de título
Página de créditos Nuevas noches árabes Título original: New Arabian Nights D. R. © 1920, Robert Louis Stevenson D. R. © 1995, 1996, María Kodama, por el prólogo, cedido por Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U. D. R. © 1950, Cesare Pavese, por el epílogo D. R. © 2009, Miguel Temprano García, por la traducción, cedida por Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U. Ilustración de portada: Eduardo Cruz Primera edición: agosto de 2020 D. R. © 2020, de la presente edición en castellano para todo el mundo: Perla Ediciones ®, S.A. de C.V. Venecia 84-504, colonia Clavería, alcaldía Azcapotzalco, C. P. 02080, Ciudad de México www.perlaediciones.com / contacto@perlaediciones.com Facebook / Instagram / Twitter: @perlaediciones Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. ISBN: 9786079889821 Conversión eBook: Mutāre, Procesos Editoriales y de Comunicación
Prólogo , por Jorge Luis Borges
Nota
El Club de los Suicidas
Historia del joven de los pasteles de crema
Historia del médico y el baúl
La aventura de los cabriolés
El diamante del rajá
Historia de la caja de sombreros
Historia del joven sacerdote
Historia de la casa de las persianas verdes
La aventura del príncipe Florizel con un detective
El pabellón de las dunas
I. Donde se cuenta cómo acampé junto al mar, en el bosque de Graden, y vi una luz en el pabellón
II. Donde se narra el desembarco nocturno del yate
III. Donde se cuenta cómo conocí a mi mujer
IV. Donde se narra el extraño modo en que averigüé que no estaba solo en el bosque de Graden
V. Donde se cuenta una conversación entre Northmour, Clara y el que esto escribe
VI. Donde se narra cómo conocí al hombre alto
VII. Donde se cuenta lo que nos gritaron por la ventana del pabellón
VIII. Donde se narra el final del hombre alto
IX. Donde se cuenta cómo Northmour cumplió su amenaza
Un sitio donde pasar la noche
Una historia de François Villon
La puerta del señor de Malétroit
La Providencia y la guitarra
I
II
III
IV
V
VI
Epílogo , por Cesare Pavese
Acerca del autor
Acerca de este libro
NOCHES PASADAS, me detuvo un desconocido en la calle Maipú.
—Borges, quiero agradecerle una cosa —me dijo.
Le pregunté qué era y me contestó:
—Usted me ha hecho conocer a Stevenson.
Me sentí justificado y feliz. Estoy seguro de que el lector de este volumen compartirá esa gratitud. Como el de Montaigne o el de sir Thomas Browne, el descubrimiento de Stevenson es una de las perdurables felicidades que puede deparar la literatura.
Robert Louis Stevenson nació en Edimburgo a principios de 1850. Sus padres fueron ingenieros constructores de faros; una línea famosa rememora las torres que fundaron y las lámparas que encendieron. Su vida fue dura y valerosa. Guardó hasta el fin, como él escribió de un amigo suyo, la voluntad de sonreír. La tuberculosis lo llevó de Inglaterra al Mediterráneo, del Mediterráneo a California, de California, definitivamente, a Samoa, en el otro hemisferio. Murió en 1894. Los nativos lo llamaban Tusitala, el narrador de cuentos; Stevenson abordó todos los géneros, incluso la plegaria, la fábula y la poesía, pero la posteridad prefiere recordarlo como narrador. Abjuró del calvinismo, pero creía, como los hindúes, que el universo está regido por una ley moral y que un rufián, un tigre o una hormiga saben que hay cosas que no deben hacer.
Andrew Lang celebró en 1891 “las aventuras del príncipe Floristán en un Londres de cuento de hadas”. Ese Londres fantástico, el de los dos relatos iniciales de nuestro libro, fue soñado por Stevenson en 1882. En la primera década de este siglo lo exploraría, venturosamente para nosotros, el Padre Brown. El estilo de Chesterton es barroco; el de Stevenson, irónico y clásico.
El alter ego, que los espejos del cristal y del agua han sugerido a las generaciones, preocupó siempre a Stevenson. Cuatro variaciones de ese tema están en su obra. La primera, en la hoy olvidada comedia Deacon Brodie, que escribió en colaboración con W. E. Henley y cuyo héroe es un ebanista que es también un ladrón. La segunda, en el relato alegórico Markheim, cuyo fin es imprevisible y fatal. La tercera, en El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, cuyo argumento le fue dado por una pesadilla. Esa historia ha sido llevada más de una vez al cinematógrafo; los directores invariablemente encargan a un solo actor el papel de ambos personajes, lo que destruye la sorpresa del fin. La cuarta, en la balada Ticonderoga, donde el doble, el fetch, viene a buscar a su hombre, un highlander, para encaminarlo a la muerte.
Robert Louis Stevenson es uno de los autores más escrupulosos, más inventivos y más apasionados de la literatura. André Gide ha escrito de Stevenson: “Si la vida lo embriaga, es como un ligero champagne”.
JORGE LUIS BORGES
DEBO ANTEPONER UNA PALABRA de agradecimiento para el caballero que condescendió a prestar la esencia de una de mis historias e incluso a honrarla con la incorporación de su firma. Esta muestra de aprecio me alentó a reunir la presente colección.
R. L. S.
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