Michel Wieviorka - El antisemitismo explicado a los jóvenes

3. En un hotel de la ciudad balnearia de Pinamar se halló la siguiente pintada en el auto de un huésped judío: “Judío p… vende tierra. Aguante Jesús”.

Tercer encuentro. Antisemitismo moderno y obsesión del complot

Este razonamiento falaz, de conspiración constante o de falta de lealtad “genética” de los judíos, dio lugar en la Argentina a posiciones ultranacionalistas con las que se los acusa de traidores a la patria. Esto llevó a que tuvieran que demostrar su “argentinidad” y su no connivencia con fuerzas ocultas.

Por ejemplo, en política migratoria, y a pesar de que en el Preámbulo de nuestra Constitución se convoca a “todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino”, figuras tales como Juan B. Alberdi y Domingo F. Sarmiento establecían diferencias según el origen de los migrantes, al discriminar entre la Europa anglosajona, que aportaría “civilización”, por un lado, y la de tradición latina española e italiana, la de Europa Oriental y los asiáticos, como “exóticos”, por otro.

Quizás la más clara combinación de xenofobia, reacción clasista y, también, antisemitismo fue la que derivó en la llamada “Semana Trágica” de enero de 1919. En esa ocasión, la organización Liga Patriótica Argentina, conformada por representativos dirigentes de grupos empresariales de capitales nacionales y extranjeros, figuras de la Iglesia católica y oficiales retirados de las Fuerzas Armadas, llevó adelante actos de tanta violencia hacia los judíos que los testigos de los hechos los calificaron de pogromo, como los que ocurrían en la Rusia zarista. Hubo ataques antisemitas a negocios, viviendas y asociaciones de residentes judíos en el país.

También hubo en Argentina una fuerte influencia de las ideas del nazismo en otros grupos nacionalistas —como la Legión Cívica Argentina—, periódicos —como Clarinada, La Fronda, Bandera Argentina, Crisol, El Pampero— y políticos —como el senador Marcelo Sánchez Sorondo y el gobernador de la provincia de Buenos Aires Manuel Fresco.

Otra esfera del Estado que recibió considerables influencias de los nacionalismos extremos europeos contemporáneos fue el Ejército argentino.

El gobierno peronista (1946-1955) significó la continuidad de algunas políticas en relación con la comunidad judía, pero también ciertas modificaciones.

Durante el período 1955-1973, de fuerte inestabilidad económica y política, la expansión del antisemitismo fue considerablemente nacionalista. Las actividades de bandas como Tacuara o la Guardia Restauradora incrementaron los actos de violencia contra la comunidad judía, y el hecho más grave fue el secuestro y tatuaje de la joven estudiante Graciela Sirota, en 1962.

Otro rasgo de antisemitismo fue el llamado Plan Andinia, vigente en el presente, que es una teoría conspirativa antisemita creada por la extrema derecha en 1971, en la cabeza de un profesor de Economía de la uba, Walter Beveraggi Allende, en la cual se actualizan acusaciones de Los protocolos de los sabios de Sion, un libelo virulentamente antijudío que empezó a circular en la Rusia zarista y fue una de las apoyaturas teóricas que impulsaron la ejecución de terribles pogromos. Adaptado a la versión local, los judíos tendrían un plan para tomar la Patagonia.

Durante el gobierno peronista de 1973-1976, mediante la figura de la “sinarquía”, se profundizó la difusión del antisemitismo.

Con mucha violencia, se expresó también este odio durante la última dictadura militar (1976-1983), sobre los judíos detenidos desaparecidos, y en la guerra de Malvinas, hacia soldados judíos que fueron brutalmente torturados por sus superiores al ser acusados de traidores a la patria.

Al retornar la democracia en 1983, siguió habiendo episodios antisemitas, como amenazas a instituciones y miembros de la comunidad.

El 17 de marzo de 1992, se produjo el atentado terrorista contra la Embajada de Israel en Buenos Aires, con un saldo de 23 víctimas fatales y más de 300 heridos.

El 18 de julio de 1994, tuvo lugar el atentado terrorista contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (amia)-daia en Buenos Aires. Hubo 85 víctimas fatales y centenares de heridos.

La dimensión de estos atentados impactó fuertemente en la rutina de la comunidad judía y en las medidas de seguridad a adoptar. Más allá de la participación de actores internacionales, no son desconocidas las conexiones locales que los hicieron posibles.

Hasta la fecha, ambos casos siguen sin ser esclarecidos, entre otras causas, por la lenta e ineficiente actividad de la Justicia.

Los informes sobre antisemitismo en la Argentina que desde 1998 elabora el ces de la daia cuentan y analizan cada una de las denuncias que se reciben. Son una excelente herramienta para que la sociedad conozca la realidad del antisemitismo en el país y para exigirles a las autoridades medidas tanto legales como pedagógicas para combatirlo. Si lo expresamos en números desde el primer informe hasta hoy, ¡existieron 7.500 hechos!

Con los años, apareció el fenómeno de las redes sociales. Se volvieron el espacio privilegiado de las expresiones discriminatorias de todo tipo y, por supuesto, también del antisemitismo. Lamentablemente son de muy difícil control y contribuyen una enormidad a la reactualización de teorías que, en su repetición geométrica y al infinito, terminan teniendo apariencia de verdad.

Casos en los informes del ces de la daia

1. Se denunció una noticia publicada por Diario Registrado titulada: “La oscura hipótesis sobre el avión malasio de la que no hablan los medios”, culpando a los judíos por la desaparición de la nave.

2. Se denunció una noticia publicada por Infocon.com titulada: “El secuestro y asesinato de jóvenes israelíes según Los protocolos de los sabios de Sion”. Allí se acusa al Estado de Israel de haber asesinado a tres jóvenes afirmando, entre otras cosas, que “para los judíos sionistas existe una licencia religiosa para matar niños preferentemente palestinos o gentiles”.

3. Se denunció una nota publicada por Infocon.com titulada: “Congreso judío: Mauricio Macri iniciará estrechas relaciones con Israel”. Entre otras, se realizan las siguientes afirmaciones: “Mauricio Macri cada día más cerca de Israel, mientras prepara su futura candidatura a presidente, mantiene encuentros y reuniones con el lobby judío, asimismo financia con el impuesto que pagamos todos los argentinos y junto a Cristina Fernández Wilhelm, la organización sionista daia y entrega nuestra soberanía argentina, hoy más prostibularia que nunca”.

Cuarto encuentro. El nazismo, el antisemitismo y el genocidio de los judíos

Vamos a pensar ahora en la Shoah y el impacto que tuvo en la Argentina. A propósito de eso, el ces de la daia armó un archivo de más de 70.000 folios que se llama Proyecto Testimonio y documenta cómo reaccionaban el Estado argentino con su política migratoria, los medios de comunicación y la sociedad civil a lo que se sabía estaba pasando en Europa con la persecución de los judíos. También habla sobre el ingreso de criminales de guerra nazis que escaparon de la Justicia y se refugiaron con nombres falsos en nuestro país.

Esta ideología influyó en muchos sectores de la sociedad y tuvo su más alta expresión en un acto masivo con simbología nazi en el Luna Park, el 10 de abril de 1938.

Es importante entender esto como el resultado de un proceso en el que se fueron naturalizando prácticas discriminatorias toleradas o negadas por la sociedad que dieron lugar al aumento de la violencia. Es probable que los antecedentes ya arraigados del antijudaísmo y antisemitismo facilitaran determinados patrones de conducta para que las medidas nazis encontraran las condiciones necesarias para instalarse. Los campos de concentración y exterminio no se construyeron de la noche a la mañana; no cualquier Estado ni cualquier sociedad aceptan esa realidad como normal. Antes de las cámaras de gas, pasó de todo. Es por lo que hay que estar tan atentos a los discursos de odio que constituyen el primer paso.