Raul Zaldivar - El Team Leader (versión color)

Se dice que, al comienzo de la Asociación Evangelística Billy Graham, hubo una reunión en la que analizaron cuáles eran las conductas de los ministros religiosos que estaba afectando a la Iglesia. Ellos hicieron un pacto de guardar un código de ética que cumplieron hasta la muerte. Billy Graham puede ser acusado de aspectos de interpretación teológica o bíblica o de paradigmas ministeriales, pero nunca de un escándalo que haya traído vergüenza a todo lo que él representaba.

Sabemos que el team leader puede ser un militar, el C.E.O. de una corporación, el director de un centro de enseñanza y el ejemplo que nosotros hemos puesto aquí es del mundo religioso. Lo cierto es que no importa el ámbito en el cual nos desenvolvamos: si vamos a liderar un equipo de trabajo, debemos observar un código de ética que nos proteja de los escándalos, de lo contrario, no solo dañaremos a nuestro equipo de trabajo, sino que traeremos vergüenza a todas aquellas personas que han creído en nosotros sobre todas las cosas y que nos admiran.

2. Usando el lenguaje correcto y evitando el profano

El lenguaje es uno de los medios de comunicación más importante y fundamental en el ejercicio del liderazgo. La forma como una persona habla revela el carácter de esta y nos está diciendo mucho de ella. Damon Buffini una vez señaló: “La buena comunicación me recuerda siempre a un iceberg. Escuchar a alguien hablar es siempre la punta del mismo…”. En palabras simples: detrás del lenguaje y de lo que hablas per se hay un mundo que revela quién eres tú en realidad.

El hombre común y corriente se caracteriza por usar un lenguaje profano cuando se dirige a las personas a las cuales lidera. Esto es muy común en el mundo militar, en los deportes, en la política y por qué no decirlo, algunas veces en el mundo religioso se utiliza el lenguaje profano para dirigirse al equipo de personas a las que se lidera.

La historia registra lo siguiente del celebérrimo General George Patton: Se caracterizó por su lenguaje vulgar y profano cuando les hablaba a las tropas, pero era refinado, educado y con una cultura exquisita cuando la situación lo requería. Él decía que para comunicarse con los soldados había que hablar como ellos, y vaya si lo hacía bien. Pero en las reuniones sociales era todo un caballero, con una fluida conversación sobre las artes y las letras, incluso en francés, idioma que dominaba perfectamente.

Cualquiera podría estar de acuerdo con esta política de Patton, porque en los deportes, en la guerra y en la política difícilmente se puede ser cortés y afable en la forma de hablarle al grupo, sin embargo, el team leader con una filosofía de vida fundamentada en los principios judaicos adoptados por el cristianismo no puede ni debe hacer uso del lenguaje profano porque se mira mal él mismo y hace ver mal a la otra persona.

En un sector del mundo secular es parte de la cultura hablar con lenguaje profano o vulgar y algunos lo consideran como un estilo de vida aceptable y normal. Es menester evitar a toda costa caer en este error, pues no es normal ni correcto el uso del lenguaje profano y menos para tratar a su equipo de trabajo.

Hace algunos años cuando daba un curso de Homilética en el Seminario Teológico de Honduras, a una de mis alumnas le tocó dar un sermón para ser evaluada tanto por mi persona como profesor, como por los otros alumnos. Aunque han pasado muchos años, recuerdo como si fuera ayer el título y la ilustración del sermón: Bella presencia, fundamentada en el texto de Génesis donde se refiere a José como una persona con una bella presencia. En la ilustración usada, mi alumna Iris Barrientos, mencionó a un joven apuesto a quien ella miraba con frecuencia en el autobús y que externamente tenía una bella presencia y atraía la mirada de los parroquianos que allí venían, especialmente de aquellos de sexo femenino. El día que este joven apuesto habló fue para decir groserías usando un lenguaje profano y la aureola de bella presencia que le daba su aspecto físico se desvaneció como la niebla.

El texto bíblico señala: Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina … (Eclesiastés 10:12) … porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:45) De manera que un team leader debe conducirse por estos principios antes de hablarle a su equipo de trabajo.

3. Predicando con el ejemplo

El team leader, sin lugar a duda, debe ser un modelo para el equipo al cual lidera. El modelo no solamente inspira y causa admiración, sino que orienta los pasos de las personas a las cuales dirige. Por esa razón aquella frase haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago no cabe en este caso. La conducta del team leader determinará siempre el rumbo que el equipo de trabajo tome.

Nadie puede ser el líder de un grupo de personas si este no predica con el ejemplo al grupo. El predicar con el ejemplo al grupo es precisamente lo que le da la autoridad, entre otras cosas, de digirirlo. Este es un axioma válido en cualquier campo de la vida, sea este militar, deportivo, político o corporativo, entre otros.

Uno de los ejemplos de team leader es James Carney, conocido como el padre Guadalupe Carney. Un jesuita que llegó como misionero a Honduras en 1962. Al darse cuenta de la miseria en la que vivía la mayoría de hondureños decidió tomar acciones para revertir dicha realidad. Lo primero que hizo fue capacitar a los campesinos creándoles una conciencia social, luego organizó cooperativas para que estos tuvieran medios de subsistencia e incursionó en organizaciones campesinas de las cuales se convirtió en team leader. Su apostalado consisitió en defender los intereses de los pobres frente a los explotadores y, para estar en consonancia con su ministerio, dio un ejemplo de kenosis o despojamiento. El padre Guadalupe Carney renunció a su ciudadanía americana y adoptó la hondureña, y decidió vivir como vivía la mayoría de los hondureños de aquella época, en casas de adobe con piso de tierra, lavando su ropa en los ríos de la campiña hondureña. Guadalupe Carney se encarnó en los campesinos, en los pobres de los pobres y materializó el pasaje de la kenosis como muy pocas veces ha sido hecho … haya pues en vosotros ese mismo sentir que hubo en Cristo. Que, teniendo la forma de Dios, no se valió de tal hecho, sino que tomó la forma de siervo, se despojó así mismo y se humilló… Un ciudadano de los Estados Unidos y con la educación de Guadalupe Carney no necesita vivir en una casa de piso de tierra, sin duda, se había despojado y se había humillado por amor a la gente a la que servía. El Jefe de Estado, Policarpo Paz García, le revocó la ciudadanía hondureña y lo expulsó de Honduras enviándolo a Estados Unidos sin pasaporte hondureño ni americano. En otras palabras: era un hombre apátrida. El padre Guadalupe regresó a Nicaragua desde donde salió de regreso a Honduras donde fue capturado y desaparecido en el año 1983. El ejemplo de kenosis del padre Guadalupe inspiró y sigue inspirando a los campesinos y a todos aquellos apóstoles que defienden los derechos de los menos favorecidos. En aquel momento, el padre Guadalupe era el team leader del movimiento campesino de Honduras por amor del cual ofrendó su vida.

4. Reflejado mis valores en mi familia

Vivimos en un mundo que se empeña en divorciar el matrimonio y la familia de su actuación pública como team leader ya sea en la política, en lo militar, en los deportes o en la iglesia. Lo cierto es que la familia refleja los valores que ostenta el líder, de ahí que de un líder político que le miente a la esposa no se pueda esperar que no le mienta al país al cual sirve. El capitán de un equipo no puede hablar de responsabilidad si este tiene a otra mujer y actúa irresponsablemente con la que es su esposa. Es incongruente que trate de mantener un equipo de trabajo unido si ha descuidado a su familia y cada cual ha tomado su camino.