Raul Zaldivar - El Team Leader (versión color)

Un ser humano solo no puede hacer nada, necesita hacer sinergia con otras personas; y cuando se tiene el talento y la educación como Ross Perot, entonces existen dos posibilidades: que me ponga en el radar de una persona para ser promovido o que de la nada haga un equipo de trabajo con el cual voy a lograr mis metas, como fue el caso de Ross Perot. En ambos casos el player debe tener un compromiso con el trabajo.

2. Teniendo una actitud enseñable

Se ha dicho hasta la saciedad que el problema más grande que tiene una persona es ella misma y que uno de los demonios contra los que hay que luchar, valga la expresión, es el orgullo. Es creer que lo sabemos todo, que no necesitamos de otras personas y, peor aún, que somos autosuficientes. Un team leader que está en esta situación, más temprano que tarde causará grietas en el grupo de trabajo y, lejos de producir una sinergia, lo que hará será producir una entropía, es decir, una confusión, un escape de energía que impedirá los resultados esperados.

Aunque el ejemplo que se pone a continuación es el de un team leader en funciones, lo hemos incluido para señalar que, antes de llegar a una esfera de poder, el humano muestra humildad, empero cuando alcanza estadios de poder inesperado y esto se logra de manera vertiginosa, es cuando esta actitud se pierde y viene el descalabro. Así que uno de los personajes que nos enseña una lección muy valiosa sobre este tema es el tele-evangelista Jim Bakker, quien creó un emporio religioso sin precedentes en la historia del cristianismo. En su mejor momento este extraordinario team leader llegó a tener más de 3.000 empleados y un presupuesto de 30 millones de dólares allá en el año 1987, es decir, que si existiera a día de hoy sería mucho más dinero. Lo cierto es que todo este emporio se vino al suelo y Bakker no solo lo perdió todo, sino que tuvo que ir a la cárcel. Después de 8 años salió de prisión y para el año 2003 estaba de nuevo en la televisión, no sin antes haber aprendido muchas lecciones. En el año 1996 escribió el libro I was wrong (Me equivoqué). En este libro hace una serie de confesiones que desnudan la naturaleza humana y todas aquellas tentaciones y desafíos que enfrenta un team leader. En la página 465 declara que, aunque comenzó su liderazgo con buenas intenciones, en el camino se extravió a causa del orgullo, la arrogancia y la indulgencia. Exactamente lo contrario al espíritu enseñable que un team leader debe mantener en el ejercicio de su trabajo. Bakker relata que cuando un evangelista llamado James Robison le advirtió sobre su desviación él simplemente se dijo a sí mismo: ¿Quién es él para que venga aquí y me diga tal cosa? y cuando otros le dijeron lo mismo simplemente no hizo caso.

Hay un consejo extraordinario en el libro de proverbios que señala: No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal … (Proverbios 3:7) … ¿Te has fijado en quien se cree muy sabio? Más se puede esperar de un necio que de gente así (Proverbios 26:12). Estas dos declaraciones de la sabiduría judía nos muestran claramente que una persona ―y en el caso que nos ocupa un team leader― que no tenga un espíritu enseñable está condenado a fracasar. Tiene mucho valor el libro de Bakker porque en él reconoce cómo la arrogancia, el orgullo y la indulgencia, elementos contrarios al espíritu enseñable, echaron a perder su ministerio.

3. Sobresaliendo entre los demás

Definitivamente ninguna persona llegará a ser un team leader si antes no ha sobresalido frente a otros aspirantes, y es esto precisamente lo que hace difícil convertirse en team leader, pues hay una férrea competencia frente a otras personas que aspiran a lo mismo y, por lo tanto, debemos probar que somos los mejores y que merecemos la confianza del coach o de la o las personas que toman decisiones.

Uno de los ejemplos más emblemáticos de la historia del fútbol americano es el caso de Tom Brady, quien soñó toda su vida en ser un mariscal de campo. Inició su carrea en la Universidad de Michigan donde jugaba en el equipo de los Wolverines; allí tuvo que ponerse en el radar del coach. Por mucho tiempo lo intentó sin lograrlo. La desesperación de apoderó de él al extremo que tuvo que visitar a un psicólogo para recibir terapia. Después de mucho tiempo, recibió la ansiada oportunidad y comenzó a escalar. Su extraordinario desempeño lo puso en el radar de una de las franquicias de mayor prestigio de la NFL, los Patriotas de Nueva Inglaterra, quienes lo reclutaron cuando terminó sus estudios. Llegó a los Patriotas como el cuarto mariscal de campo del equipo. En el primer año quedó como el segundo mariscal de campo y, debido a una lesión del titular Drew Bledsoe, asumió la titularidad hasta convertirse en una leyenda y ser considerado como el mejor reclutamiento en la historia de la NFL. Tom Brady en este momento ha jugado 9 Super bowls de las cuales ha ganado 6 y ha sido elegido dos veces el MVP del juego. Nadie discute en este momento que Tom Brady ha sido el mejor mariscal de campo o team leader en la historia, no solamente de los Patriotas, sino de la NFL.

Sobresalir no es cosa fácil, especialmente cuando hay otras personas que llegaron antes que nosotros y que tienen igual o mejor talento que nosotros. Este es un proceso en el que es necesario mostrar carácter y enfrentar todos los obstáculos hasta llegar donde queremos llegar. Todos conocemos a Tom Brady, el más laureado mariscal de campo de la historia, pero muy pocas personas saben que tuvo que visitar un psicólogo en los momentos difíciles de su vida cuando era ignorado y no era tomado en cuenta. Lo importante es que, cuando sabemos que hemos sido predestinados para liderar, vamos a enfrentarnos a las dificultades y vamos a sobresalir entre todas las otras personas.

4. Adelantándonos a nuestro tiempo

Este es quizás el más complicado de todos, y lo es porque requiere cierto grado de genialidad del aspirante a team leader. Requiere que sea capaz de leer los tiempos y adelantarse a ellos. Debe discernir las circunstancias actuales y visualizar el futuro y esto, sin duda, lo pondrá en un lugar de privilegio frente a los otros aspirantes.

Cuando una persona que aspira dirigir un equipo de trabajo es capaz de ver el futuro y hacérselo creer a las personas que toman decisiones, tendrá allanado el camino para convertirse en un team leader. A esto se le puede llamar visión, pero también se le puede llamar discernimiento de los tiempos.

Nadie mejor que Steve Jobs para explicar este elemento; un verdadero clarividente en el mundo de la tecnología. Jobs fue el cofundador de Apple y el visionario detrás de los revolucionarios inventos como la computadora Macintosh, el iPod, el iPhone y el iPad.

Tenía apenas 21 años cuando fundó con Steve Wozniak de 26 años la Apple Computer Corporation en el garaje de su casa, en 1976. En el año 1985 se vio obligado a abandonar la corporación y fundó la compañía NeXT Computer, especializada en terminales de trabajo sofisticados para empresas. En el año 1986 cofundó Pixar, que ha ganado varios premios Óscar de la Academia por producir películas tan taquilleras como “Toy Story” y “Buscando a Nemo”.

Como era obvio, Apple decayó tras la partida de Jobs, así que después de una serie de negociaciones Steve volvió en 1996, cuando la compañía compró NeXT por 429 millones de dólares y Jobs ascendió una vez más a la presidencia de Apple. Es a partir de ese momento que vuelve a ser el team leader de Apple desarrollando el concepto “I” I-pod, I-pad, I-phone. El resto es historia y Jobs es sencillamente una leyenda. Después de su muerte, Walter Isaccson publicó la biografía de Jobs y solamente en la primera semana vendió 380.000 copias.