HISTÒRIA I MEMÒRIA DEL FRANQUISME / 60
DIRECCIÓ
Ismael Saz (Universitat de València)
Julián Sanz (Universitat de València)
CONSELL EDITORIAL
Paul Preston (London School of Economics)
Walter Bernecker (Universität Erlangen, Núremberg)
Alfonso Botti (Università di Modena e Reggio Emilia)
Mercedes Yusta Rodrigo (Université Paris VIII)
Sophie Baby (Université de Bourgogne)
Carme Molinero i Ruiz (Universitat Autònoma de Barcelona)
Conxita Mir Curcó (Universitat de Lleida)
Mónica Moreno Seco (Universidad de Alicante)
Javier Tébar Hurtado (Arxiu Històric de Comissions Obreres de Catalunya, UB)
Teresa M.ª Ortega López (Universidad de Granada)
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© Iñaki Fernández Redondo, 2021
© De esta edición: Universitat de València, 2021
Publicacions de la Universitat de València
http://puv.uv.es
publicacions@uv.es
Coordinación editorial: Amparo Jesús-María
Ilustración de la cubierta: Exposición de Auxilio Social
en Bilbao, 1938. Obra anónima. Imágenes procedentes de los fondos
de la Biblioteca Nacional de España
Maquetación: Celso Hernández de la Figuera
Corrección: Letras y Píxeles
ISBN: 978-84-9134-774-3
Edición digital
Para mi padre, a quien le hubiese encantado leerlo
ÍNDICE
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
SIGLAS Y ABREVIATURAS EMPLEADAS
PUNTUALIZACIONES SOBRE TERMINOLOGÍA
PARTE I EL FASCISMO EN EL PAÍS VASCO DE LA II REPÚBLICA
I. IMPLANTACIÓN Y DINÁMICA POLÍTICA FASCISTA
1. Los dos modelos de Falanges vascas
2. Los militantes falangistas: número y composición
PARTE II FALANGE EN LA GUERRA CIVIL. REPRESIÓN Y COMBATIENTES
II. LA REPRESIÓN EN LA GUIPÚZCOA Y VIZCAYA REPUBLICANAS (JULIO DE 1936-JUNIO DE 1937)
1. La represión contra Falange Española
III. LA MOVILIZACIÓN DE COMBATIENTES DE FALANGE ESPAÑOLA
1. Incidentes derivados de la competencia por el reclutamiento
PARTE III FALANGE Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA DICTADURA FRANQUISTA EN EL PAÍS VASCO
IV. LA UNIFICACIÓN. EL NACIMIENTO DE FET DE LAS JONS
1. FE entre la Guerra Civil y el decreto de Unificación
2. La Unificación en el País Vasco. La actitud de Falange
V. EL PARTIDO ÚNICO DURANTE EL PRIMER FRANQUISMO EN EL PAÍS VASCO
1. Los primeros pasos de FET. Conflicto e institucionalización
2. La pacificación de las provincias
3. Los intentos de revitalización de FET
4. El fin de las políticas de integración carlista
5. El largo camino del franquismo
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
ÍNDICE ONOMÁSTICO
PRÓLOGO
En Cómo se hace una tesis , Umberto Eco cuenta lo que es una tesis doctoral: «Una tesis de doctorado es un trabajo mecanografiado de una extensión media que varía entre las cien y las cuatrocientas páginas, en el cual el estudiante trata un problema referente a los estudios en que quiere doctorarse. Según la legislación italiana, la tesis es indispensable para doctorarse». Adaptado al siglo XXI podríamos decir que una tesis es un trabajo escrito a ordenador que tiene una extensión variable (menos de cien páginas en el caso de las ciencias experimentales, entre trescientas y quinientas en el caso de las ciencias sociales y humanidades), que resulta indispensable para doctorarse. Debe hacerse en torno a tres años de tiempo máximo según la legislación actual, si bien hay un plazo extra que se puede pedir. Es respaldada por una o dos directoras o directores, que se encargan, una vez la han supervisado y aprobado, de proponer un tribunal que la evalúe que deberá ser avalado por el departamento universitario en que sea presentada. Se trata este de un momento particularmente sensible y, como luego veremos, quienes dirigen las tesis han sido elegidos, en ocasiones, con la mira puesta en salvar este trámite. La celebración del tribunal evaluador de la tesis doctoral tiene un fuerte componente ritual, desde el protocolo de intervenciones que en él tienen lugar hasta la manera en que el tribunal dictamina su parecer. En muchas ocasiones el ritual no suele considerarse completo si el doctorando no asume, posteriormente, la invitación a dar de comer al tribunal, fracción final de una liturgia en la que, también en ocasiones, no se tiene en cuenta la situación económica de quien se doctora. El acto final de defensa de una tesis doctoral tiene como propósito igualar a quien la presenta al resto de doctores que componen los equipos de trabajo de la Universidad española. Esa igualación es meramente formal, dado que probablemente no haya institución más alérgica a la igualdad que la Universidad, en donde cada día transcurrido en ella (de acuerdo a cada tipo de contrato vigente) es susceptible de contar a efectos de marcar la jerarquía a la hora de optar a plazas, repartir docencia o designar libranzas para actividad investigadora.
Lo que Iñaki Fernández presenta aquí es la versión en libro de la tesis doctoral que Luis Castells y un servidor tuvimos la fortuna de dirigir. Hay muchas cosas que se pueden decir de una tesis doctoral y quiero utilizar este prólogo para hacer algunas reflexiones que creo que son pertinentes a la hora de introducir la investigación en que se basa este libro. Dado que es una investigación que va a ser mayoritariamente leída por doctoras y doctores, o aspirantes a serlo, lo que aquí voy a escribir busca generar una reflexión que echo en falta cuando se aborda este formato de investigación, probablemente el más exigente que establece la Universidad española.
Toda tesis doctoral tiene una épica y una poética. La épica es creada y recreada por cada postulante una vez supera este reto iniciático. Se compone, fundamentalmente, del recuerdo de los sinsabores, los (escasos) placeres y las (múltiples) vivencias atesoradas en el transcurso de su elaboración y defensa final. La alimentan los congresos a los que se asistió, las comunicaciones que defendió, el interés que su trabajo pudo generar en personas de renombre, el vértigo ante el folio en blanco y la desorientación ante consultas documentales siempre excesivas. A ello pueden sumarse las torres de documentos y las horas invertidas en su lectura para, al final, quedar reducidos a una pulpa mínima incapaz de reflejar la cantidad industrial de horas invertidas en su recolección, lectura y análisis...
Convengamos, por tanto, en que la épica de la tesis es un ejercicio de memoria personal (inevitablemente subjetiva, cambiante, caprichosa en su selección de los acontecimientos y detalles evocados) que es compartido a lo largo de la vida. El espacio en que se comparte es el académico, el de los colegas y amigos de profesión, el de los congresos y sus horas de atonía. Fuera de esos espacios la tesis doctoral es una experiencia inaprensible por los sentidos para la mayoría de la población. Esta mayoría puede entender que una persona pase ocho o diez horas diarias trabajando en una oficina, un taller, una fábrica o un supermercado, sometida a todo tipo de maltratos laborales y condicionantes ambientales, pero es incapaz de comprender que pase esas mismas horas en un laboratorio, un archivo o una biblioteca, sentada ante un ordenador, normalmente en silencio, durante meses y años, muchas veces sin beca, en cuyo caso aumenta considerablemente la proporción de tiempo que es robado por el doctorando al descanso, a la familia, a la pareja, a los amigos, al ocio, a las aficiones e incluso a los vicios. Ese mismo robo, en proporción menor, lo cometen quienes disfrutan de una beca, y como todo robo no es reversible, el tiempo invertido no nos vuelve, los cuidados y afectos no cultivados no pueden recuperarse y todo lo perdido queda invertido en esa documentación con la que, pasados los años, uno no sabrá qué hacer y que, en muchos casos, acabará alimentando las plantas de papel reciclado...
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