Antonio Malpica - Frankie

Здесь есть возможность читать онлайн «Antonio Malpica - Frankie» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Frankie: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Frankie»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La novela clásica de Mary Shelley, como nunca te la habían contado… (en serio)Víctor Frankenstein, anatomista, químico y… profanador de tumbas, ha decidido violar la ley última de la vida: la muerte. En su improvisado laboratorio (ejem, dormitorio universitario) ha conseguido reanimar un gigantesco ser antropomorfo:
¡UN MOOONSTRUUUO! ¡Qué drama! Ahora Víctor será perseguido por una sombra que le reclamará lo que le toca: vivir, amar, saberse amado, representar a Hamlet… (es decir, lo usual).Y Otto, el fruto del experimento maldito, está empeñado en conquistar a la niña de sus ojos, un plato de panqueques a la vez (¡con mucha miel, por favor!).

Frankie — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Frankie», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Nuestras charlas, por otro lado, han evolucionado bastante desde el primer día. Antes, a mis comentarios del tipo “¿Lloverá hoy?” respondía siempre con un “¡Morirás, maldita criatura del infierno, así sea lo último que haga!”.

Ahora, responde con un “Ojalá llueva fuego y el planeta estalle en mil pedazos”. Lo cual es un avance.

Creo.

En fin. Ya te informaré cómo nos va en esta nueva expedición.

19 de agosto de 17**

Querida hermana:

Creo que te dará gusto saber que al fin se rompió ese hielo metafórico del que hablaba en la carta anterior. Y es que, después de un día muy difícil, en el que el barco se volvió a atorar entre dos témpanos, y los marinos, para matar el tiempo, organizaron un extraño juego al que llamaron “tiro de contramaestre por la borda”, Frankenstein y yo nos retiramos a la bodega a conversar. Desde luego, mi intención era charlar pues en casi dos semanas, a mis inquisiciones respecto a su extraña persecución, yo sólo obtenía respuestas del tipo: “Morirás, bestia del demonio” y “Como que me llamo Víctor Frankenstein que te haré pagar, hijo de Satanás”, que honestamente no me tomaba muy a título personal porque siempre parecía estar mirando en lontananza cuando soltaba tan enternecedoras frases, así estuviésemos encerrados en el camarote.

En cuanto bajamos a la bodega, le serví la usual copita de vodka con la que conseguía serenarlo un poco y esto nos llevó a una borrachera espectacular sobre la que prefiero no abundar en detalles. Sólo diré que, al despuntar el alba, cuando despertamos ambos sobre una pequeña isla de hielo a la que tuvieron que ir a recogernos varios marinos, Víctor ya era otro. Al parecer le estaba haciendo falta un desahogo de ese tipo porque fue capaz de hablar sin levantar la voz y sin dirigirse a un ente imaginario al que evidentemente quería estrangular y apuñalar y hervir en aceite, por decir lo menos.

En cuanto recuperamos la sensibilidad en nuestras extremidades y el azul de nuestras mejillas fue poco a poco mermando en favor de un rosáceo púrpura término medio (gracias a que el cocinero nos puso prácticamente encima del fogón y nos compartió algo de sopa) Frankenstein mismo comenzó a hablar. Por cuenta propia y sin que hubiera presión sobre él de ningún tipo.

“Mi estimado capitán… creo que mi descortesía ha rebasado todos los límites, y creo que es menester compensarle.”

“No se preocupe, Frankenstein. Entiendo que algún espantoso rencor le nubla la razón. Sólo dígame un par de cosas.”

“Con gusto.”

“¿Es verdad lo de la enorme fortuna? Porque mire que los hombres de esta expedición no toman muy bien las bromas de ese tipo.”

“Es tan cierto como que el sol sale todos los días.”

Al instante se dio cuenta de que en esas latitudes su refrán no cobraba mucho sentido. Y se rectificó al instante:

“Bueno, usted me entiende, Walton.”

“Y la segunda… ¿sería mucho pedir que me contara —resumidamente, claro— qué es lo que lo tiene en tal estado de obsesión con ése al que llama monstruo?”

Por un momento pensé que lo perdíamos nuevamente tan sólo por haber mencionado a su némesis. Pero, afortunadamente, se contuvo. Aunque le empezó a salir humo por las orejas, fue sólo un instante y hasta le convino el arrebato pues su piel empezó a parecer piel de nueva cuenta.

“Me parece que se lo debo, capitán.”

“Muchas gracias. Algo breve, nada más. Sólo para matar el tiempo mientras terminamos la sopa.”

“Delo por hecho.”

Y esto, querida Margaret, una vez que extrajo un maltrecho papel doblado de la bolsa de su pantalón, fue exactamente lo que me contó:

¡Cuánto desearía, en verdad, poder hablar de mi vida en otros términos! ¡Cuánto desearía, lo juro por todo cuanto es sagrado, poder decir que tuve un nacimiento, una infancia, una vida escolar y adulta como todo el mundo! ¡Cuánto quisiera poder decir que me casé, tuve hijos, pagué una hipoteca… me enemisté con mis vecinos por hacer fiestas ruidosas… odié a mi jefe en secreto… en fin, todo lo que compete a una persona común y corriente, con una vida común y corriente y cuyo único anhelo es ser feliz y poder retirarse algún día con una pensión digna! Pero eso me es imposible por el simple hecho de que NO soy una persona común y corriente. De hecho, ni siquiera estoy seguro de ser una persona. No me mire así, Walton, porque tengo razones muy poderosas para pensar de este modo. De hecho, es muy probable que usted tampoco sea una persona. Oh… no, no estoy desvariando. Se lo juro. Todo obedece al simple hecho de que yo, a diferencia suya, adquirí hace tiempo una supraconciencia en torno a mi condición real que está, por decir lo menos, de VERDADERO ESPANTO. Una especie de maldición, de anatema, de enfermedad… que me permite verme como EN REALIDAD soy. Y eso es de lo que trata todo este asunto.

¿A qué me refiero exactamente, Walton? Le parecerá una locura, pero le juro que es cierto. Y todo tiene que ver con estas lastimeras hojas de papel que me acompañan a todos lados.

Con toda franqueza… y para acabar pronto, no soy más que un monstruo. Al igual que usted. Y el lugarteniente. Y el cocinero. Y los otros marinos. Y… Oh, no me vea así, Walton, que sé de lo que hablo. Y usted, amigo cocinero, baje el cuchillo, no se lo tome personal. He aquí la explicación.

Ni usted ni yo ni los otros somos personas de carne y hueso.

No es necesario que se palpe el cuerpo. La explicación sigue otro camino.

En realidad, a lo que me refiero, es que no somos más que las creaciones de una mente que nos gobierna. No somos más que ideas. Destellos de ocurrencia. Criaturas de artificio, producto de la inspiración humana, hijos de un ser imperfecto y falaz y no de un ente divino. En resumen…

Somos personajes.

Oh. Distingo en sus ojos esa chispa de descubrimiento que también nació en mí. ¿Ha sentido, en algún momento de su vida, que debe conducir sus actos en cierta dirección, muy a su pesar? ¿Ha sentido, en una o varias circunstancias, que no es su voluntad la que lo guía sino alguna inexplicable necesidad por cumplir con un mandato? Pues bien… si así ha sido, créame… eso se debe a la simplísima razón de que, en efecto, está usted siendo manipulado, impersonado, obligado… a llevar a cabo algo que cumple un fin último: contar una historia.

Eso. Contar una historia.

Un cuento. Un relato en el que estamos usted y yo involucrados… hasta las últimas consecuencias.

Como lo escucha.

No obstante… hay una diferencia de enorme importancia entre usted y yo, como personajes. Y esa diferencia, mi estimado capitán Walton, es la que nos hace completamente disímiles.

La diferencia son estas hojas de papel a punto de desin­tegrarse.

¿Por qué?

Bien… pues porque en ellas está el trazo de mi destino.

Me place que no le cause ningún tipo de divertimento esta aseveración tan trágica. Debo admitir que lo pensé mucho para titularla de ese modo. ¿Lo ve? ¿Aquí arriba, en el primer folio? Tal cual. “El trazo del… umh… bueno… desAtino”. No se fije en la alteración que ha sufrido la palabra destino. Ya le explicaré.

Trágico, ¿no?

Pero cierto. Déjeme contarle cómo fue que adquirí esta supraconciencia, metaconciencia o, para no embrollarnos tanto con los sufijos, conciencia de que no soy más que una marioneta, un juguete, un actor citando parlamentos.

Quisiera poder decir que fue a raíz de una desenfrenada noche de láudano y enervantes. O después de haberme caído de cabeza en la escalera. O quizás, al cabo de haber sido alcanzado por un rayo. Pero la verdad es que no fue así. Sólo sé que un día, repentinamente, me vi viajando en una diligencia con dirección a Ingolstadt y tuve esta noción precisa de quién era yo y para qué exactamente había sido llamado a este mundo. Supe , más que recordé , lo que tenía que hacer con mi existencia. ¡Fue como si alguien hubiese implantado en mi memoria todo el plan de vida que estaba obligado a ejecutar!

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Frankie»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Frankie» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Frankie»

Обсуждение, отзывы о книге «Frankie» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x