[1]Shelley escribió magníficamente sobre él en un nuevo tipo de prosa, que había dejado de ser irónica para mostrarse estrictamente consciente de la base clasista de la pena capital. El título del ensayo, We Pity the Plumage but Forget the Dying Bird [Nos apiadamos del plumaje, pero olvidamos el pájaro moribundo], es una cita de la abrumadora acusación de Tom Paine contra Edmund Burke.
[2]J. Binns, Recollections of the Life of John Binns, Londres, 1854, p. 280.
[3]V. A. C. Gatrell, The Hanging Tree: Execution and the English People, 1770-1868, Oxford, 1994, p. 51. La trampilla nueva fue instalada por dos sheriffs evangélicos. Se describió con precision clínica en Gentleman’s Magazine 2, 1783, p. 991.
[4]El 14 de julio de 1800, James Ridgway publicó el libro de Bannantine, New Joe Miller; or, the Tickler, Containing Five Hundred Good Things, que era un libro de humor lleno de anécdotas, sátiras, chistes y afirmaciones incongruentes. Un estudioso de Ciudad del Cabo me informa de que «el libro de chistes de Bannantine» todavía circula en Mauricio.
[5]T. Paine, Rights of Man, Londres, 1969, 2a pt., pp. 225, 240.
[6]V. A. C. Gatrell, cit.
[7]Esta práctica se mantuvo a pesar de que el Deuteronomio (21: 23) prohibía dejar a los condenados colgados toda la noche.
[8]C. Steedman, Labours Lost: Domestic Service and the Making of Modern England, Cambridge, 2009, p. 44.
[9]Su nombre no aparece entre las peticiones de clemencia presentadas ante la Secretaría de Interior, de modo que parece que además de ser sentenciada a la horca fue de hecho ahorcada. NA, HO 47.
[10]E. Thompson, Whigs and Hunters: The Origin of the Black Act, Londres, 1975, p. 256; 168 Eng. Rep. 665 (1743-1865).
[11]The Times, 23 de febrero de 1803.
[12]V. A. C. Gatrell, cit., pp. 339-343.
[13]E. Thompson, «Moral Economy Reviewed», Customs in Common, Londres, 1991, p. 330.
[14]J. L. Hammond y B. Hammond, The Village Labourer: 1760-1832: A Study in the Government of England before the Reform Bill, Londres, 1927.
[15]J. Bannantine, cit.
[16]J. Townsend, Dissertation on the Poor Laws, Londres, 1786.
[17]Véanse P. Mantoux, The Industrial Revolution of the Eighteenth Century: An Outline of the Beginnings of the Modern Factory System in England, Londres, 1961; o J. L. Hammond y B. Hammond, The Skilled Labourer, 1760-1832, Londres, 1919.
[18]El libro de E. P. Thompson titulado The Making of the English Workings Class, Nueva York, 1963, se basó especialmente en las pruebas aportadas por dichos trabajadores.
[19]A. Randall, Before the Luddites: Custom, Community and Machinery in the English Woolen Industry, 1776-1809, Cambridge, 1991, pp. 171 y ss.; K. G. Ponting, The Woollen Industry of South-West England: An Industrial, Economic and Technical Survey, Nueva York, 1971, p. 103.
[20]J. Bannantine, cit.; T. Paine, cit., pt. 2, cap. 5, p. 289.
[21]J. Dugan, The Great Mutiny, Londres, 1966, p. 36.
[22]Ibid., p. 64. Véase R. Wells, Insurrection: The British Experience, 1795-1803, Gloucester, 1986, pp. 90-91, 96-97, 102-103, 145-151.
[23]J. Dugan, cit., p. 356.
[24]N. Frykman, «The Wooden World Turned Upside Down: Naval Mutinies in the Age of Atlantic Revolution», tesis doctoral, Universidad de Pittsburgh, 2010, pp. 250 y ss.
[25]V. Harding, There Is a River: The Black Struggle for Freedom in America, Nueva York, 1983, pp. 55-58.
[26]H. Aptheker, American Negro Slave Revolts, Nueva York, 1993, pp. 223-224.
[27]J. Epstein, «Politics of Colonial Sensation: The Trial of Thomas Picton and the Cause of Louisa Calderon», American Historical Review, junio de 2007.
[28]F. F. M’Callum, Travels in Trinidad during the Months of February, March and April 1803, Liverpool 1805. Véase también J. Epstein, «The Radical Underworld Goes Colonial: P. F. McCallum’s Travels in Trinidad», en M. Davis y P. Pickering (eds.), Unrespectable Radicals? Popular Politics in the Age of Reform, Aldershot, 2008.
[29]W. Fullarton, A Statement, Letters, and Documents Respecting the Affairs of Trinidad, Londres, 1804.
[30]J. Genesio, Portland Neck: The Hanging of Thomas Bird, Portland, ME, 2010.
5. Manzanas del árbol verde de la libertad
Durante la época revolucionaria de la larga década de 1790, Despard tuvo buenos ejemplos de cómo morir honorablemente en la horca: Wolfe Tone, Thomas Russell, William Orr y Robert Emmet murieron en otoño, la época de recolección de las manzanas. Se dice que por sus frutos los conoceréis. Estos son solo algunos de los revolucionarios irlandeses que dieron su vida por la liberación de Irlanda en la Rebelión de 1798. Además de ellos añado una manzana podrida, Joseph Wall, del condado natal de Despard, Laois.
La doctrina de la soberanía popular, en contraste con la monarquía, expresaba su forma constitucional en forma de república. Res publica es el cognado latino. Significa cosas de lo público, en contraste con la res comuna, o cosas de la comunidad pertenecientes a los plebeyos. Por citar un manual renacentista sobre ciencias políticas, la res plebeia «significa solo la multitud en la que se contienen los habitantes mezquinos y vulgares» [1]. Es una distinción crucial. Políticamente, fue una época de repúblicas nacientes y monarquías deterioradas. Las repúblicas triunfaron en Haití (1804), Francia (1792) y Estados Unidos (1789), pero fracasaron en Irlanda (1798), Escocia (1794) e Inglaterra (1803), donde se impuso la monarquía. Económicamente, fue una época de cercamientos, ante los cuales desaparecieron por igual los bienes comunales de subsistencia y el común ideal, y los habitantes se vieron obligados a convertirse en esa multitud de los mezquinos y los vulgares. El significado de lo común cambió en consecuencia. El esfuerzo de Despard, su conspiración de 1802, quedó atrapado en este dilema, y sucumbió ante él. Irlanda era una colonia y un lugar de bienes comunales. Despard se unió a los Irlandeses Unidos, cuyo líder militar era el «ciudadano» Edward Fitzgerald.
Fitzgerald era un vástago de los estratos más privilegiados de la aristocracia. Como militar, sobrevivió a la guerra gracias a la ayuda de Tony Small, el antiguo esclavo afroamericano que le salvó la vida en la batalla de Eutaw Springs. Viajaron con raquetas de nieve y canoa desde la costa de Maine hasta Detroit, donde Fitzgerald fue adoptado por la Nación Seneca con el nombre de Egnidal, antes de dirigirse a Michalmackinac y embarcarse por el Mississippi hasta Nueva Orleans. Regresó a Irlanda para crear y comandar el ejército de los Irlandeses Unidos, y fue asesinado el 4 de junio de 1798.
Los ilotas eran la clase de trabajadores agrícolas de la antigua constitución espartana. Esclavos de la tierra, daban su producto al Estado y se les exigía servir como soldados. Ilota era el término usado por William Drennan para describir la masa de la población irlandesa [2]. Hombres y mujeres irlandeses cosechaban el grano durante las temporadas de trabajo agrícola intensivo en Inglaterra. Hombres y mujeres irlandeses sirvieron de peones para excavar los canales. Hombres irlandeses proporcionaban carne de cañón para el ejército y la armada. Drennan (1754-1820) fue un poeta (acuñó la expresión «la isla esmeralda», en referencia a Irlanda), un arquitecto de los Irlandeses Unidos (compuso su himno) y un obstetra que asistía a mujeres irlandesas en el parto.
El 19 de noviembre de 1798, el cirujano de la cárcel (emigrado francés) susurró sobre el cuerpo gravemente debilitado de Wolfe Tone que, si intentaba moverse o hablar, le llegaría la muerte al instante. Habiéndoles escrito ya a su esposa e hijos para despedirse, Tone simplemente preguntó: «¿Para qué iba a desear vivir?». Y de esa forma expiró debidamente el primer gran líder de la lucha por una república irlandesa independiente, negándoles a sus enemigos, como había hecho Richard Parker, la satisfacción de ahorcarlo.
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