Título original: Tanis y la esfera dorada
Primera edición: 2004
Segunda edición: Febrero 2022
© 2022 Editorial Kolima, Madrid
www.editorialkolima.com
Autor: Sixto Paz Well
Ilustraciones: Yearim Selah Paz Torres
Dirección editorial: Marta Prieto Asirón
Maquetación de cubierta: Beatriz Fernández Pecci
Maquetación: Carolina Hernández Alarcón
ISBN: 978-84-18811-66-1
Producción del ePub: booqlab
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A mis amadas hijas Tanis y Yearim, que me hicieron en todo sentido el papá más feliz y orgulloso del universo, y que colaboraron en la confección de este libro.
Primero aprendemos a «oír», luego aprendemos a «mirar»..., mucho más tarde y quizás después de media vida..., comenzamos a «escuchar», y después de comenzar a escuchar es posible que comencemos a «ver».
Al «ver» nos enamoramos de la vida y con ese amor nos hacemos sabios, pues con amor se convierte la inteligencia y el conocimiento en sabiduría. Al comenzar a conocer la sabiduría, pareces frío y distante para algunos, y, sin embargo el corazón arde en compasión con difícil disimulo.
En cualquier caso todo está bien...
PEPE CABOT GIBERT
Prólogo
Una extraña luz
La esfera dorada
El viaje astral
La nave
Aprendiendo a volar
Un mundo muy importante
Preparándome para una cita
La pantalla verde
La Ciudad de Cristal
«Sombra oscura» al acecho
La partida del abuelo
La puerta luminosa
Clases en otro planeta
Alo largo de la vida, por mi trabajo y mis libros he viajado muchísimo por todo el mundo dando múltiples conferencias y seminarios, lo cual me ha mantenido mucho tiempo alejado físicamente de mi adorada familia: mi esposa Marina y mis dos hijas, Yearim y Tanis. Esto me motivó a desarrollar una forma que me aliviara del intenso estrés –a pesar de que practicaba la meditación– y a la vez me permitiera compartir con ellas un diario de mis viajes y experiencias. Por ello me decidí a dibujar unos personajes que contaran con humor todo lo que me tocaba vivir. Esos dibujos se los entregaba a mi familia al llegar a casa, y los personajes eran las muñequitas con las que mis hijas jugaban y con las que solía contarles cuentos cuando eran pequeñas sentado a su lado antes de que se durmieran por las noches, fingiendo su voz y dando una personalidad especial a cada una.
De estos cómics caseros existen varias carpetas y de los cuentos contados con las voces de las muñequitas, cantidad de casetes. Ese juego me permitió mantenerme en su mundo e incluir a mis hijas en el mío a pesar de la distancia. Obviamente, quien más celebraba las «historietitas» era mi querida esposa Marinita, que se reía mucho con mis ocurrencias.
Durante el tiempo que llevo escribiendo y publicando libros, estos han girado en torno a temas relacionados con el fenómeno OVNI, la espiritualidad y las profecías, tratados de forma muy seria y orientados a un público en general adulto. No tenía ninguno dirigido a los niños, razón por la cual, y obedeciendo a las energías que están llegando a nuestro mundo, sentí la necesidad de escribir una historia que reuniera todo lo que he escuchado y aprendido, no solo en contacto con los extraterrestres, sino con la gente, sus familias y niños en todos los países.
Hay tantas historias interesantes y tantas que se repiten que son una suerte de patrón general que requiere ser expuesto de la manera más sencilla y responsable. Además, hay muchos temas que deben de ser encarados de una vez por todas. Y esto es precisamente lo que humildemente pretendo con esta obra.
Escogí como protagonista a una niña de cinco años que vive en estos tiempos, porque ahora son los niños los que nos están enseñando a los adultos. Porque son espíritus viejos en cuerpos jóvenes que están naciendo en nuestros hogares y muchos de ellos son hijos de las estrellas que vienen a cumplir una labor, que debemos facilitar cumpliendo nosotros la nuestra.
No podremos guiar a estos niños, que son el futuro de la humanidad, si antes nosotros mismos no cambiamos de actitud frente a la vida y aprendemos a escuchar.
Finalmente quiero expresar mi agradecimiento a esos cientos de niños que compartieron conmigo sus experiencias con sus relatos o dibujos, confiando en que algún día las sacaría a la luz como guía y orientación para todos.
Les invito a acompañarme en esta nueva aventura desde los ojos y el corazón de un niño.
El autor
Ese día era ya tarde. Nos encontrábamos en pleno otoño, temporada de hojas secas y viento fuerte. Aunque aún hacía calor por el día, empezaba a refrescar por las noches.
Hacía varias horas que mi mamá me había acostado en la cama. Me había arropado con mucho cariño y, tras contarme un hermoso cuento de hadas y gnomos –como era su costumbre–, me había dado un amoroso beso en la frente invitándome a dormir.
Recuerdo que nada más apagar la luz me quedé inmediatamente dormida. Había jugado y estudiado todo el día en el colegio y tras el baño y la cena estaba rendida de cansancio. Me fui adormeciendo. No sé cuánto rato pasó, pero de pronto algo me hizo despertar.
La habitación estaba iluminada pero mi mami no estaba allí... Era una luz diferente, como de un color entre celeste y plateado que, como el agua, lo inundaba todo.
Mi habitación se encuentra en el segundo piso, tiene una puerta blanca de madera con una vidriera como de catedral de la mitad hacia arriba, y da a un pequeño corredor. Es un cuarto amplio pintado de azul, con algunas estrellitas de plástico pegadas en el techo y en la pared que se tornan fosforescentes cuando se apaga la luz. Es muy bonito. Del otro lado del pasillo está la habitación de mi hermana mayor, Yaya. Así la llamamos nosotros cariñosamente. Tiene cuatro años más que yo, es alta, tiene el pelo muy largo y le gusta mucho el deporte. Un poco más allá está el baño principal y luego la habitación de mis padres. La puerta de mi cuarto estaba entreabierta, aunque mi mamá la había cerrado. Era muy extraño; no veía por ningún lado cuál podía ser el origen de aquella extraña luz.
Me levanté de la cama poniéndome las zapatillas de estar por casa, que tienen forma de conejitos blancos. Me las habían comprado hacía poco. En la tienda donde las conseguimos hay todo tipo de zapatillas con forma de animales. Mi hermana tiene unas que parecen las patas de un tigre, muy peludas y graciosas.
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