Florencia González Collado
El Salto
No se trata de saltar al abismo, sino a una nueva forma de vivir
González Collado, Florencia
El salto, no se trata de saltar al abismo, sino a una nueva forma de vivir / Florencia González Collado. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-1693-0
1. Autoayuda. I. Título.
CDD 158.1
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com
© FLORENCIA GONZÁLEZ COLLADO
Todos los derechos reservados
Comunicación con el autor:
maflogonzalezcollado@gmail.co @flogonzalezcollado
Revisión de textos: Gastón Córdoba.
Ilustración: Aimé Nieto.
Fotógrafos: Luis Maria Castro Medina (portada e interior) y Facundo Berta (interior).
No se permite la reproducción total o parcial, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del autor o el editor.
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Este libro fue posible gracias a mi esposo, Gonzalo, de quien aprendí a vivir de forma pacífica, y quien me cocinó una y otra vez mientras yo me dedicaba a navegar por estas páginas. Se encargó de cuanto fuese necesario para que pudiese abocarme día y noche sin interrupciones al proyecto.
A mi amada familia:
Mis padres Luis y Laura, de las personas más valientes y fuertes que conozco, quienes nos transmiten día a día que el amor en su esencia más pura existe, y que ningún obstáculo es tan grande cuando abunda este sentimiento. Son pilares incomparables en cada paso que me propongo dar.
Hermanos, Luis, empresario nato, mi consejero excepcional, con una sorprendente habilidad para hacerme ver con claridad y positivismo la vida; Lourdes, mi querida hermana, amiga, amante de las aventuras y los viajes en bicicleta, quien conoce a la perfección cada pedacito de mi alma; Juan Ignacio, el menor, mi bebé, a quien llevo catorce años y que me considera su segunda mamá, artista de la música, que con sus acciones nos demuestra que si te propones una meta y te enfocas en ella lograrás alcanzar aquello que anhelas.
Abuelos, Lucho y Zulema, quienes me acercaron al extraordinario mundo de los libros desde muy pequeña, y abrieron el portal a mi imaginación al invitarme a tomar mi primer taza de té con los duendes en el Parque Percy Hill, abuela Paquita de quien heredé el amor y el don por las plantas, y abuelo Gringo, quien me relató, desde muy pequeña, innumerables historias que hacían viajar a mi mente hacía tierras lejanas de un mundo sin fin.
Tíos y primos, presentes en distintos momentos de mi vida, acompañándome en mi crecimiento y con quienes compartí anécdotas, charlas y vivencias inolvidables.
A mis amigas que con los años lograron comprender mi forma de ser.
A los seres especiales con quienes tuve la dicha de tropezarme durante este recorrido.
Al universo, por supuesto, por ser el autor de estos enriquecedores encuentros.
A todas aquellas mujeres que no tuvieron la posibilidad de publicar sus obras, o que, simplemente, fueron ignoradas en la época en que vivieron, que las excluía de todo lo interesante, excepto de las tareas del hogar. En parte, es por su lucha que hoy gozamos de libertad para crear y desenvolvernos con avidez en el ámbito que deseemos, sin necesidad de contar con ninguna autorización más que la iniciativa propia.
Al escribir mi alma baila,
porque es posible escribir y danzar simultáneamente.
Es la libertad de un espíritu rico.
Te invito a bailar y a soltar lo que tienes en mente.
Hazlo, comienza de una vez.
Florencia González Collado
En algún momento, muchos de nosotros llegamos a preguntarnos si estamos haciendo lo correcto con nuestras vidas y todo lo que le rodea, como ser la salud, los hábitos, las relaciones, el medio ambiente. Aunque este interrogante puede a veces convertirse en letanía, solemos dejarlo pasar por «estar demasiado ocupados», «no ser lo suficientemente buenos» o por considerar que «sería un fracaso emprender algo nuevo». Estos pensamientos nos anclan a una situación no siempre cómoda, son obstáculos para el cambio y generan emociones que también se convierten en obstáculos. Aprendemos a vivir y relacionarnos con ellos de una forma no saludable e intentamos evitarlos, sin posibilidades de incorporar cambios, ya que nuestros conceptos nos llevan a creer que está bien intentar hacer esto que tanto mal nos hace (evitar, escapar, etc.), lo que genera que no afrontemos las contingencias habituales e inherentes a nuestra vida. De esta manera, aprendemos a perpetuar y naturalizar el sufrimiento. Pero, en algún momento, esa necesidad de cambio nos va llevando a buscar más y distintas herramientas para afrontar la situación adversa. Ahí es donde solemos buscar que nos escuchen, queremos expresarnos y escuchamos, lo que produce un ida y vuelta enriquecedor, con tonalidades «serendípicas». «¿Sabes cuál es el costo de sacrificar la vida que quieres a cambio de los inservibles intentos de regular tu dolor emocional?».
Este ejemplar llegó a mis manos en el momento y la forma en que debía hacerlo. Aún recuerdo el primer día que vi a Flor entrar al consultorio, su primera consulta con un psiquiatra, con toda su transparencia y espontaneidad, planteando situaciones cotidianas que atormentaban su pasado, presente y ¿futuro? El principal eje era la ansiedad. A medida que nos adentremos en la lectura, encontraremos una detallada descripción de su impacto. Florencia hace que lo sintamos, con una generosidad magna, y propia de su misma esencia, hasta que nos toca en lo más profundo del alma. Transmite, además, entre otros valores y direcciones valiosas, que la salud mental debiera ser un tema tratado cotidiana y periódicamente en cada mesa, living, habitación, café, parque, etc. Nos conduce a viajar en la lectura y con pinceladas de paisajes y versos, nos hace reflexionar y resignificar lo que estamos y nos estamos haciendo. Resignificar nuestros vínculos en su totalidad, es decir, con nosotros, nuestros pares, los seres vivos y el planeta. Un punto de inflexión necesario para nuestra evolución como seres humanos y nuestra posibilidad de trascender, dejando un mejor planeta.
Como la germinación de una luffa, estas preguntas que siembra la lectura darán sus frutos y serán sustentables. Los frutos tendrán el poder purificador del espatifilo. Nos contagiaremos del compromiso de revisar, de aprender a elegir y de sanear todos nuestros vínculos (todos). Solemos escuchar frases del tipo «hay que aprovechar las oportunidades que nos presenta la vida», y aun así, casi nunca las aprovechamos. Hoy tenemos una nueva oportunidad, volcadas en este nuevo mar de tinta. Yo la tuve y la aproveché. Sabremos que «no lo hemos arruinado todo» y que «aún estamos a tiempo». Cuando logremos incorporar esta idea, gracias a que decidimos aprovechar nuestras oportunidades, el cambio será inevitable y se multiplicará.
Quien tiene el privilegio de conocer a Florencia puede experimentar su energía renovadora, el modo en que la transmite. La emana como si fuera un fenómeno de la naturaleza, transformando el entorno y la reparte en herramientas que serán perennes, por ejemplo, cuando dice «no debemos escapar de las emociones negativas, pues solo lograrán que se experimenten con mayor intensidad. Huir de ellas o tratar de negarlas puede parecernos lógico, pero no lo es, realmente no lo es. Debemos sentir las emociones y las sensaciones corporales plenamente sin fragmentarlas ni evitarlas». Esto es un eje para la construcción de una salud mental que nos permite expandirnos y acercarnos más a nuestros dones, como el de la creatividad y la escucha, tan importantes para el cambio.
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