BIBLIOTECA JAVIER COY D’ESTUDIS NORD-AMERICANS
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DIRECTORA
Carme Manuel
(Universitat de València)
Las voces de Theresa Hak Kyung Cha: trauma, silencios, balbuceos
© Ana Pol Colmenares
1ª edición de 2021
Reservados todos los derechos
Prohibida su reproducción total o parcial
ISBN: 978-84-9134-676-0 (papel)
ISBN: 978-84-9134-677-7 (ePub)
ISBN: 978-84-9134-678-4 (PDF)
Depósito legal: V-3030-2021
Imagen de la cubierta y del interior sin créditos: Ana Pol Colmenares
Imágenes de la obra de Theresa Hak Kyung Cha han sido cedidas por Berkeley Art Museum/Pacific Film Archive BAM/PFA, que los conserva desde el año 1992, año en el que su familia los donó a esta institución. BAM/PFA es, así la depositaria de los vídeos, documentación de las performances y textos de la artista.
Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera
Publicacions de la Universitat de València https://puv.uv.es
publicacions@uv.es
Impreso en España
Índice
CASI UN PRÓLOGO
1. GIRAR Y TORCER: MARCEL DUCHAMP
2. EL TRAUMA. BALBUCEOS
3. INTRODUCCIÓN A LAS VOCES DE THERESA HAK KYUNG CHA
4. AUTOBIOFONÍAS CORPORALES, LAS H/HISTORIAS EN EL CUERPO
5. DICTÉE , LA ESCRITURA EN EL ENTRE
6. TRANSMISIÓN, STORYTELLING-MACHINE
7. EPÍLOGO (APERTURA…………….)
BIBLIOGRAFÍA
Agradecimientos
Agradezco a todas las personas que han contribuido ha esta investigación, con sus consejos, confianza, relecturas y afinidades.
Quiero reconocer el apoyo a lo largo de todos estos años de Tonia Raquejo, directora de la tesis que supone el proyecto previo a este libro. Mi agradecimiento también a Nora Levinton, responsable, sin duda, de que encontrara las palabras para esta escritura. Y dar las gracias muy especialmente a Carme Manuel, que con su entusiasmo ha tomado parte importante en este proceso de transformación a libro y es la gran responsable de que se edite.
Señalar también mi agradecimiento a la Fundació Antoni Tàpies, despositaria de varios archivos de audio y vídeo de obras de Theresa Hak Kyung Cha en España.
Y, por supuesto, al Berkeley Art Museum/Pacific Film Archive BAM/PFA que ha cedido generosamente las imágenes de su archivo para esta publicación, particularmente a Stephanie Cannizzo que ha realizado las gestiones.
A todas aquellas conspiradoras que alientan
(…..)
,,,,, 1
¿….?
… balbuceos
Cuando escriban respiren profundo. Es una artesanía, es un gesto de trabajadora. Y cuando lean lo que escribieron, vuelvan a respirar hasta sentir que hay un ritmo. Los textos tiene que aprender a bailar .
SILVIA RIVERA CUSICANQUI
CASI UN PRÓLOGO
it is almost that (es casi eso/a/e) esto/este/esta/ es casi eso/ese/esa
«Es casi eso» es una posible traducción del título de It is Almost That , una obra de Theresa Hak Kyung Cha (1951-1982), es casi ese/o/a es una reivindicación de un lenguaje que constantemente muta de sentidos y remisiones. Mutable, indeterminado, se mueve en el tatareo, el tartamudeo de una palabra hecha imagen que funciona como un contenedor vacío, susceptible de ser llenado, o transferido a otras significaciones. Al tipo particular de vocablos que se caracterizan por estas cualidades se le llama deíctico, aunque en el caso de Cha, parece que no sólo los deícticos desplazan su sentido, sino que toda palabra es susceptible de experimentar la deixis, de mudar. Para ella las palabras sufren una suerte de deslizamiento que las enlaza y vincula con otras realidades.
Las formas deícticas son cautivadoras por los vínculos que establecen con el contexto. Sitúan los elementos del discurso (los señalan) en relación a las personas que intervienen en el acto comunicativo (al hablante y al oyente). Por ello, en tanto que cambian las relaciones, giran también los contenidos que designan. Las palabras o incluso lo que omiten se pueden entender así como algo que media, como un espacio membrana, un entre , algo que trama el tejido de la situación.
«Es casi eso» me sirve aquí, por un lado, para mediar, para comenzar a establecer una situación y un nexo con quienes os disponéis a leer, en el que las palabras y sus silencios irán construyendo la comunicación. Hablar y escuchar es conspirar un pacto (en el sentido literal de respirar conjuntamente). Y, por otro lado, «es casi eso» me sirve para mascullar un prólogo a un texto que trata, también, de ser algo aproximado, un roce o un balbuceo.
Por lo general en los prólogos van las palabras que preceden las palabras, de forma que son un anticipo, algo descolocado en el tiempo de la lectura. En los ensayos, el prólogo trata muchas veces de condensar el libro, de coagularlo. No se propicia la cautela ni la confidencialidad que se dan en la narrativa, que cuida su trama porque esta tiene un pulso en el tiempo de lo escrito y también de su revelación (escucha ritmos).
Tengo un recuerdo asociado a la ficción de este tipo de preámbulos, se trata de un libro de Stanisław Lem, Magnitud imaginaria . El texto es una colección de prólogos a libros inexistentes, un chute de ciencia ficción desbordada ya en los preliminares, en lo que casi hubiera podido ser, o es casi eso. Un desbordamiento que tiene también mucho que ver con las características anacrónicas, ucrónicas, circuncrónicas … tanto de la literatura que desafía la temporalidad lineal como de sus prólogos. Algo similar se produce en toda escritura viva, que sufre sus desórdenes, alteraciones propias de un relato que se sabe no-lineal, que otras palabras previas o finales tratan de socorrer para remediar el caos.
Este prólogo tiene algo de esa petición de socorro, algo de advertencia y algo también de reparación ante una composición truncada por los cambios anímicos y subjetivos que han ido metamorfoseando el relato, abriendo paréntesis: (en un tiempo de escritura que, no sólo es dilatado sino que, ha atravesado muy diferentes vínculos con la trama).
El que traigo aquí trata de ser un puente entre lo que fue este texto y lo que ahora está siendo tras una pequeña mutación. Los gestos de los que arranca su trazo ya no podrían articularse igual en el presente. Es por ello que he mantenido gran parte de la estructura original. Para no perder aquella forma de unir los puntos que creo sigue siendo útil al dibujo de la constelación, al catasterismo del texto. En su origen había dos decisiones: hablar del trauma y acercarme al trabajo de Theresa Hak Kyung Cha, especialmente Dictée . Pensar en el trauma como una forma del lenguaje que describe nuestras relaciones intersubjetivas y con el mundo tiene que ver aquí con abandonar el empeño de separar que tanto ha caracterizado nuestra cultura.
Probablemente ahora escribiría asumiendo planteamientos que en ese momento atendían a cierta intuición. Sin duda los últimos años despejaron mucho aquellas impresiones y hoy dudo poco a la hora de describir nuestra sociedad como traumática, o postraumática si quisiéramos matizar la siguiente transformación, que se corresponde con los últimos años. Por otra parte, sigo pensando que el arte es un buen sensor que augura casi siempre certero los cambios que están por venir. O más bien, amplifica lo que está ya pasando de forma que algo que todavía se corresponde con una percepción sutil consigue revelarse con otro rango, más agudo. Quizás por ello me detuve de aquellas, en las prácticas artísticas de comienzo de siglo, para escuchar el rumor que dejan en la distancia (desde una distancia relativa , que diría Cha). La elección de Marcel Duchamp como punto de partida puede que sea para muchas personas un desatino epocal y un aparente desajuste con otro tipo de sensibilidades que luego priorizo en el texto. Para mi sigue atendiendo a una comprensión que creo facilita el desarrollo posterior y un giro necesario para el rumbo del argumento. Gran parte de los estudios del siglo veinte se acercaban a los lenguajes más encriptados o deshechos, también a sus silencios, como un asunto desligado de problemáticas más amplias que el terreno de lo estético. La propia Susan Sontag escribe un ensayo sobre la estética del silencio entendiendo su empleo, o su supuesta emergencia, como un desinterés por lo humano, o la adopción de una postura elitista, por encima del público.
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