La historia de cómo Andrónico llegó a ser presidente
Autor: Germán Silva Cuadra.Editorial Forja General Bari N° 234, Providencia, Santiago-Chile. Fonos: 56-2-24153230, 56-2-24153208. www.editorialforja.clinfo@editorialforja.cl Diseño y diagramación: Sergio Cruz Edición electrónica: Sergio Cruz Primera edición: febrero de 2021. Prohibida su reproducción total o parcial. Derechos reservados.
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor.
Registro de Propiedad Intelectual: N° 2020-A-253.
ISBN: Nº 978-956-338-511-3
eISBN: Nº 978-956-338-512-0
Gracias por tu paciencia, apoyo y amor en esta aventura
Una historia que no es historia
Este libro es una novela de ficción-realidad, es decir, mezcla hechos reales con diálogos y situaciones que no necesariamente ocurrieron. Aunque no son descartables del todo. La mayoría de los personajes los conoces, pese a que ellos a veces conviven con otros que invité a ser protagonistas de una parte muy crucial de la historia de nuestro país.
Debo confesar que este libro tuve que rehacerlo por completo. Lo tenía listo a mediados de octubre de 2019, y bueno, ya saben todo lo que vino después. Así, sin darme cuenta, terminó siendo un relato que va describiendo prácticamente todo el segundo gobierno de Sebastián Piñera, por tanto, el ambiente previo al 18/O, luego el estallido social, la pandemia y el plebiscito que permitirá cambiar la Constitución firmada en su momento por Augusto Pinochet. Sin duda, el oficio de columnista para varios medios, especialmente en El Mostrador , en que llevo cinco años escribiendo ininterrumpidamente y me siento de la casa –también en Chile Today News y Política Comunicada –, y de panelista en algunos programas de radio, como Twitter Café , Hoy en la Radio y Hoy en la Casa , me permitieron seguir la agitada agenda de los años 2019 y 2020, que de seguro marcarán la historia política de Chile.
Por supuesto, esta no es una novela predictiva. La parte más difícil fue ficcionar el 2021, es decir, hablar del futuro que ocurrirá en los próximos trece meses. Pero me basé en los cambios que hemos visto en estos dos años, en el poder que tomó la gente, en la crisis política del gobierno, la irrelevancia de la oposición y en los ¡catorce! precandidatos que suenan hasta hoy, pese a que el presidente(a) que asuma en 2022, deberá enfrentar uno de los gobiernos más difíciles que alguien podría tener, producto de las demandas sociales insatisfechas, los efectos económicos de la pandemia y, por supuesto, la discusión constitucional.
No tengo idea de quién será el próximo(a) presidente(a) de Chile, ni siquiera quiénes serán los candidatos(as) que estarán en la papeleta y menos si los partidos –oficialistas y de oposición– lograrán ponerse de acuerdo para ir en listas comunes, pese a que sospecho que no lo harán. Tampoco sé cuánto nos puede afectar una segunda ola de coronavirus y si el calendario electoral se desarrollará de acuerdo con lo programado. Pero me animé a imaginarlo y opté por alterar la historia con un personaje que nunca ha dicho si le interesaría ser candidato, pero que siempre he pensado que está haciendo, desde hace un tiempo, movimientos que parecerían apuntar hacia allá. Espero no se ofenda porque lo haya proclamado presidente de Chile.
Tampoco esta es la historia de Andrónico, ni siquiera es el protagonista. Este es un relato que va tocando tangencialmente la crisis de la política chilena, agudizada por el caso de las platas ilegales de campaña y que concluyó una etapa el 25 de octubre de 2020. En momentos en que una candidata sube en las encuestas por presentar un proyecto populista y casi vuela por la sala de la Cámara, otro se instala en la pole position gracias a que en su canal de Facebook afirma que él “pronosticó” el 18/O u otros creen que participando en los matinales van a conseguir el apoyo ciudadano que necesitan, aunque jamás hayan presentado ni una sola idea para mejorar el país.
Debo reconocer que incorporé, como actor secundario, a un personaje histórico del mundo del espectáculo, y no porque yo crea deberíamos tener un presidente humorista, sino porque cuando las crisis políticas son profundas en un país, puede ocurrir cualquier cosa. Y ejemplos en el mundo hay muchos.
Germán Silva Cuadra @gsilvacuadra
Santiago, diciembre, 2020.
PRIMERA PARTE La gestación
Capítulo 1 Felicitaciones, señor presidente
19 de diciembre, 2021
Avanzó rápido por el pasillo del piso 14 del hotel Hyatt, ubicado en uno de los sectores más exclusivos de la ciudad. Venía con la respiración agitada y su cara de ansiedad era evidente. Traspasó la última barrera antes de llegar a la suite presidencial, y aunque no fue necesario mostrar la credencial que colgaba de su cuello, les sonrió con cierta complicidad a los tres guardias privados y al carabinero vestido de civil que habían acompañado al candidato durante los últimos meses. Golpeó fuerte la puerta, introdujo la tarjeta y entró antes de esperar una respuesta desde el interior.
–Parece que estamos listos, me acaban de mandar los resultados a boca de urna –dijo con una voz algo temblorosa y sin mediar pregunta del candidato que lo observaba con un cierto aire de sorpresa, pese a que en el fondo tenía la convicción de que el resultado estaría de su lado.
Andrés, su jefe de campaña y asesor de confianza, era un hombre racional, inteligente, rápido para hacer deducciones con poca información y de escasas palabras. Lo que le faltaba de lenguaje verbal lo suplía con análisis sorprendentes consultando fuentes abiertas, medios y redes sociales. Solo eso le bastaba para diseñar escenarios con todo tipo de caminos a seguir. Su agudeza era muy valorada por el candidato, quien confiaba a ciegas en él.
–La proyección es muy clara –continuó de inmediato, con un aire más sereno y una leve sonrisa–, señor presidente.
Las otras tres personas que estaban en la habitación, incluidos sus hijos Davor, mano derecha en los negocios en Croacia, y Max, se acercaron al futuro mandatario para abrazarlo; sin embargo, él hizo un gesto que se interpretó como de prudencia, miró fijamente a su hombre de confianza y agregó:
–¿Tan seguro estás...? No sé, yo prefiero tener los resultados del primer recuento y para eso queda más de una hora –dijo con mucha calma mientras prendía la TV y ponía la transmisión del canal del que era dueño.
–Con un 60 % de las mesas, créeme que es irremontable –concluyó con un tono muy seguro–. Me voy a poner a rematar tu discurso, ya lo tengo armado. –Solo alcanzó a levantarle su dedo pulgar derecho como señal de triunfo, antes de abandonar la suite , sin embargo, con una actitud más bien cariñosa le dijo–: Tienes una hora para estar listo, deberíamos dar un punto de prensa en cuanto salga el primer cómputo y proclamarte como nuevo presidente de Chile.
Andrónico se quedó mirando fijamente por el gran ventanal del living de la habitación de 180 metros cuadrados, apenas unos pocos autos corrían a esa hora por avenida Kennedy, el sol seguía siendo intenso esa tarde de domingo. Los primeros que se le vinieron a la mente fueron su padre y su hermano. Eran sus referentes, y los extrañó más que nunca, habría dado lo que fuera por compartir ese momento con ellos. Los sentimientos se volvieron contradictorios, recordó las muchas veces que había conversado con su papá en los atardeceres rojos de la terraza majestuosa del hotel Laguna Azul –en Croacia– acerca del futuro de Chile, de las formas que había para potenciarlo. También recordó aquel día que debieron partir fuera del país luego de que algunas personas, ligadas a la elite aristocrática de los setenta, vincularan a su padre con la Unidad Popular.
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