BLASCO IBÁÑEZ EN NORTEAMÉRICA
BIBLIOTECA JAVIER COY D’ESTUDIS NORD-AMERICANS
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DIRECTORAS
Carme Manuel
(Universitat de València)
Elena Ortells
(Universitat Jaume I, Castelló)
BLASCO IBÁÑEZ EN NORTEAMÉRICA
Emilio Sales Dasí
Biblioteca Javier Coy d’estudis nord-americans
Universitat de València
Emilio Sales Dasí
Blasco Ibáñez en Norteamérica
1ª edición de 2019
Reservados todos los derechos
Prohibida su reproducción total o parcial
ISBN: 978-84-9134-564-0
Ilustración de la cubierta: Fotograma de The Four Horsemen of Apocalypse (1921) Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera
Publicacions de la Universitat de València
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Edición digital
Als qui sempre estan al costat en el viatge
PRESENTACIÓN
LA CONEXIÓN NORTEAMERICANA
«Ha llegado su hora»
«His life, a fascinating story of adventure»
Los largos itinerarios
Camino de Hollywood
En México
De nuevo en Nueva York
El águila y la serpiente
Marchar para volver
Las obras de asunto norteamericano
Blasco publicado y comentado en los Estados Unidos
La fascinación por el cine
Impulsado por un ideal
PALABRA DE BLASCO: COLABORACIONES PERIODÍSTICAS, ENTREVISTAS Y UN RELATO BREVE
The hermit of Amerongen ( The Outlook , 23-7-1919, pp. 469-471)
Ben Franklin and diplomacy ( Great Falls Daily Tribune , 27-7-1919)
American army amazed older nations ( The Richmond Palladium and Sun Telegram , 5-9-1919)
America before the eyes of Europe ( Hearst’s , noviembre 1919, pp. 28 y 88)
C. Montoliu, «Oyendo a Blasco Ibáñez» ( Nuestro Tiempo , nº 252, 12-1919, pp. 263-268)
Your mistakes in South America ( Hearst’s International , enero 1920, p. 29)
Francisco José Ariza, «El cinematógrafo es la novela de las imágenes: Blasco Ibáñez» ( Cine Mundial , enero 1920, pp. 86-88)
Emilio Uribe Romo, «La visita de Blasco Ibáñez a Guadalajara: una interesante entrevista» ( El Informador , 6-4-1920)
Agustín Rasave, «Algunas opiniones de V. Blasco Ibáñez» ( El Informador , 18-4-1920)
Wars for fire, for coal, for oil ( The New York Times , 8-9-1920)
Bolchevism as a tiranny ( The New York Times , 26-9-1920)
What I have learned about you Americans ( The American Magazine , octubre 1920, pp. 7-9 y 152-161)
Latin Quarter becoming Americanized ( The Chattanooga News , 3-12-1920)
Novelists as business men ( The New York Times , 2-1-1921)
La vida nocturna de París ( La Prensa , 3-3-1921)
The future of the novel ( The New York Times , 15-5-1921)
Trembling Europe ( Hearst’s International , septiembre 1922, pp. 53-54 y 130-131)
The great inventors ( Hearst's International , septiembre 1923, pp. 118-120)
Are we Don Quixotes or Sancho Panzas? ( The Literary Digest , 15-12-1923)
Ariadne ( The Green Book Magazine , agosto 1919, pp. 33-34 y 109)
De forma semejante a como los grandes libros suscitan numerosas interpretaciones con el paso del tiempo, hay artistas y escritores cuya biografía y producción literaria difícilmente pueden encapsularse en un número definido de páginas. Si se intenta, los biógrafos y estudiosos de la literatura desafían la perseverancia del lector con unos ingentes volúmenes donde, supuestamente, está recopilada toda la información que el más intrépido investigador ha podido recopilar después de muchos años de pugna con las más diversas fuentes y repertorios bibliográficos. Aun así, cuando el personaje del que se pretende ofrecer una visión de conjunto posee una naturaleza excepcional, siempre se corre el peligro de que cualquier descubrimiento ponga patas arriba los mismos cimientos del edificio levantado con teórica infalibilidad. Si esto puede ocurrir en los casos de autores con una vida pletórica en acontecimientos o con una prolija creatividad, la cuestión se torna más compleja cuando por unos motivos u otros tales criaturas desfilaron por el mundo generando, seguramente de manera inconsciente, polémicas que dividieron la opinión pública en dos bandos: el de los más devotos admiradores y el de los más acérrimos detractores.
Todo lo dicho podría aplicarse en el estudio de la vida y obra de Vicente Blasco Ibáñez, una figura que todavía hoy nos transmite la sensación de resultar inabarcable, pese a que su protagonismo en los manuales de historiografía literaria ha ido erosionándose por variadas circunstancias, muchas de ellas ajenas a las lógicas mutaciones en las preferencias del lector, hasta el extremo de privársele de los privilegios de la fama de que gozó antaño. ¿Estarían tal vez sugestionados por un extraño e inexplicable hipnotismo todos los miles y miles de lectores, de los más distintos países, que auspiciaron las continuadas reimpresiones de cada nueva obra del novelista valenciano? De lo que podemos estar convencidos es que la popularidad de Blasco Ibáñez no fue el fruto exclusivo de lo casual, de alguna moda de esas que arrecian con una fuerza arrolladora para declinar como un fenómeno efímero. Por el contrario, hubo un tiempo en que, por cuestiones de índole dispar, su nombre apareció con una frecuencia inusitada en la prensa nacional e internacional. Desde luego, no siempre como acreedor de los juicios más elogiosos, porque, en el entusiasmo con que defendió sus criterios, sus actuaciones y manifestaciones chocaban frontalmente con los intereses sancionados desde arriba.
Precisamente, la consulta de la hemeroteca de la época se revela como instrumento fundamental de este volumen, centrado en la reconstrucción de uno de los episodios biográficos más trascendentes en la biografía del escritor: el de su experiencia norteamericana. Ha sido este un capítulo obligado en las biografías más habitualmente citadas sobre Blasco: por ejemplo, las de José Luis León Roca 1, Ramiro Reig 2y, más recientemente, Javier Varela 3; fue motivo central de diversos artículos de especialistas en la obra del autor como Paul Smith 4, Agustín Remesal 5o Fernando Millán 6; pero, asimismo, la recepción de sus obras en los Estados Unidos ha interesado en los últimos años ediciones y tesis doctorales 7. Deberá tenerse en cuenta, además, que el cotejo de los diarios y revistas norteamericanas publicados, aproximadamente, entre 1918 y 1928, suministra una información sobre el escritor de una riqueza asombrosa, de tal calibre que nos permite aventurar la viabilidad de nuevos estudios futuros que ahonden aún más en el predicamento alcanzado por Blasco tanto en prensa anglosajona como en los periódicos hispanos de aquel país. Y es que al novelista valenciano no solo se le prestó la atención que parecía exigir un escritor encumbrado a las cimas de la gloria literaria, sino que él mismo supo responder a las expectativas de la prensa estadounidense sobre aquello que se esperaba de él. Como señalaba Ramiro Reig, durante ese viaje de varios meses del que ahora se cumple el primer centenario, Blasco supo adaptarse sin problemas al papel que los medios y la agencia de conferencias que le había contratado le atribuyeron 8. Merced a su talante llano y extrovertido, no le costó demasiado representar un guion a través del cual las partes contratantes obtenían un buen rédito de una celebridad publicitada como noticia.
Leila Usher, Retrato de medalla de Blasco Ibáñez, Lotus Magazine (julio 1919), p. 438
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