EL ORDEN DEL CAOS
LITERATURA, POLÍTICA Y POSTHUMANIDAD
EN LA NARRATIVA DE THOMAS PYNCHON
BIBLIOTECA JAVIER COY D’ESTUDIS NORD-AMERICANS
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DIRECTORAS
Carme Manuel
(Universitat de València)
Elena Ortells
(Universitat Jaume I, Castelló)
EL ORDEN DEL CAOS
LITERATURA, POLÍTICA Y POSTHUMANIDAD
EN LA NARRATIVA DE THOMAS PYNCHON
Francisco Collado Rodríguez
Biblioteca Javier Coy d’estudis nord-americans
Universitat de València
©Francisco Collado Rodríguez
El orden del caos: literatura, política y posthumanidad
en la narrativa de Thomas Pynchon
1ª edición de 2004
2ª edición de 2020
Reservados todos los derechos
Prohibida su reproducción total o parcial
ISBN: 978-84-9134-619-7
Permiso de reproducción de la cubierta de Mason & Dixon de Thomas Pynchon
de The Random House Group Ltd.
Ilustración de la cubierta: Sophia de Vera Höltz
Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera
Publicacions de la Universitat de València
http://puv.uv.es
publicacions@uv.es
Edición digital
A toda mi familia y a todos mis amigos: a los que son y a los que, habiendo sido, continúan siendo en mi mundo interior
Agradecimientos
Este libro es el resultado de varios años de trabajo específicamente dedicados a la obra de Thomas Pynchon, pero también recoge los frutos de mucho tiempo aplicado al estudio de la narrativa contemporánea en lengua inglesa en el contexto de un grupo de investigación del Área de Filología Inglesa de la Universidad de Zaragoza. En este contexto y gracias a la colaboración de colegas como Susana Onega, Celestino Deleyto, José Ángel García Landa, Ramón Plo, Chantal Cornut-Gentille, Constanza del Río, Marita Nadal, o Mª Dolores Herrero, entre otros, he podido desarrollar, con mayor o menor acierto, una perspectiva crítica que me ha permitido finalmente abordar la inmensa tarea de completar un libro de conclusiones necesariamente abiertas sobre la narrativa de uno de los autores más difíciles de toda la literatura occidental. Vaya a ellos mi agradecimiento más sincero, así como a la persona que primero me encauzó por la narrativa contemporánea, Carmen Pérez Romero, y a otra “pynchoniana” de pro que me hizo ahondar mucho más en la obra del autor norteamericano, Carmen Pérez-Llantada.
Este estudio tampoco hubiese sido posible sin contar con la financiación que en su día representaron las ayudas a la investigación de la Universidad de Zaragoza, de la Diputación General de Aragón y de un proyecto de investigación del Ministerio de Ciencia y Tecnología (BFF 2001–1775). Expreso mi agradecimiento a todas estas instituciones.
Índice
INTRODUCCIÓN Sobre historia literaria, caos y otras construcciones humanas
CAPÍTULO 1 A la busca de un autor original o de una repetición textual: el lento aprendizaje
CAPÍTULO 2 Sobre posthumanidad, bifurcaciones, nostalgia paródica e incertidumbre metaficcional: V .
CAPÍTULO 3 En busca de la energía perdida de V.: laberintos metaficcionales, entropía y revelación en The Crying of Lot of 49
CAPÍTULO 4 El ciclo que no retorna: el final de la historia humana y el imperio de la posthumanidad literaria en Gravity’s Rainbow
CAPÍTULO 5 Vuelta al corazón del sueño norteamericano: Vineland y las trazas de V. en la California de la Nueva Derecha
CAPÍTULO 6 El legado es Norteamérica: Mason & Dixon o la resolución de los opuestos. El futuro escrito en el pasado
CONCLUSIONES INCONCLUSAS Múltiples dimensiones para retratar una realidad compleja. El ciclo vital detenido
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Introducción
Sobre historia literaria, caos y otras construcciones humanas
La historia de la novela anglosajona está íntimamente ligada, según la crítica tradicional, al desarrollo de la clase media inglesa y británica y a un posterior y progresivo rechazo de la ideología mantenida por ésta. De esta clase media es preciso destacar el hecho de que comenzó su gran asalto al poder político ya en el siglo XVII, anticipándose con ello al predominio burgués en muchos otros países europeos. No en vano fueron los ingleses los primeros de la época moderna en derrocar y ejecutar a un rey por medio de una revolución burguesa. También es necesariamente destacable el hecho de que la burguesía inglesa manifestó pronto su rebeldía contra la convencional Iglesia papista. Cuando los colonos anglosajones se trasladaron a las tierras norteamericanas que habrían de conocerse como Nueva Inglaterra, se llevaron con ellos, además de su esperanza de iniciar una nueva vida, una fe religiosa que abjuraba asimismo de la rigidez e hipocresía de la Iglesia de Inglaterra. Los puritanos que se asentaron en Nueva Inglaterra transportaron así un bagaje cultural que combinaba el deseo de triunfo material con la necesidad de demostrarse a sí mismos que estaban entre los elegidos de Dios. Religión, clase media y economía, tras la experiencia luterana, eran ya factores íntimamente relacionados: la famosa leyenda “In God We Trust” formó desde el principio una combinación muy eficaz con el sueño norteamericano, combinación que llevaría a un sostenido progreso económico en el que, sin embargo, se dejarían entrever frecuentemente las tensiones existentes entre el puritanismo y la Ilustración, entre la fe y la razón sobre las que se había asentado el nuevo país norteamericano.
Elegidos y condenados, ricos y pobres, hombres libres y esclavos se constituyeron en el discurso como pares de opuestos cuyo análisis ocupó muchas páginas de la literatura de la nueva nación. Por lo que respecta a la historia de la novela, el siglo XIX vio el “enfrentamiento” entre dos tipos de narraciones aparentemente distintas: el romance y la novela realista, Hawthorne o Melville contra Howells; en tanto que los primeros encontraron agujeros desconocidos y fantásticos en la realidad que simbolizaban sobre el papel, el segundo y, con él, la escuela de naturalistas que siguió en cierta manera sus huellas, insistió en la descripción de una realidad concebible en términos burgueses y racionales. De la mano de Henry James, la introspección modernista condujo a una narrativa psicológica que para algunos como Faulkner o Steinbeck podía ser combinada con el naturalismo. Comenzado el siglo XX, el optimismo de los racionalistas ilustrados hacía ya varias décadas que había sido derrotado por una novela más proclive a descubrir el detritus social, la corrupción política, la miseria de los trabajadores o, en términos socio-científicos, la entropía de la cultura norteamericana. La novela del país americano había ido gestando así una interpretación paralela a la de la Historia sobre la cultura y las tensiones ocultas del país. El optimista reductivismo newtoniano, que interpretaba el funcionamiento del universo a partir de un limitado número de leyes naturales, fue progresivamente erosionado por las fuerzas termodinámicas del universo de fuerza del siglo XIX y por las dudas de conocimiento que continuamente asaltaban a la mente modernista. Tras la Segunda Guerra Mundial, los acontecimientos se precipitaron hasta convertir culturalmente el sueño norteamericano en una auténtica pesadilla: puritanismo, Ilustración, entropía, consumo, bomba atómica. Algo había venido fallando desde los días en que los padres de la República aceptaron, en su Declaración contra el rey inglés, elevar el deseo de felicidad a la categoría de bien público. La realidad se atisbaba ya mucho más compleja de lo que el mismo Franklin hubiese podido pensar. Presionada por la termodinámica a un lado y por la energía atómica a otro, la concepción newtoniana del Universo había fallado en su búsqueda de la verdad última sobre la vida ¿No se podría encontrar tampoco ya la verdad última sobre los Estados Unidos y su sueño de libertad y felicidad? La postguerra volvió a poner de evidencia la complejidad de ese fenómeno que llamamos realidad, y un joven marinero que estaba viajando de un sitio para otro en un buque de guerra comenzó a pensar en la historia de la novela, en la cultura, en la incertidumbre de la existencia y en su propio y complejo país. Su diagnóstico comenzaría a ver la luz en unos pocos años, pero de manera tan compleja como la realidad misma que analizaba en su obra: ya había descubierto que el caos era el objeto más serio de estudio al que se podía dedicar.
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