Hernán Valdés - Zoom

Здесь есть возможность читать онлайн «Hernán Valdés - Zoom» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Zoom: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Zoom»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Publicada originalmente en 1971, en México, esta novela de Hernán Valdés tuvo una escasa repercusión en Chile, donde es la obra más silenciada de su literatura por circunstancias históricas y políticas, no por su calidad. Por esta tendría que estar entre sus altas cumbres. Por aquellas se adelantó a su tiempo y vio en un viaje a la Checoslovaquia de los sesenta el fin del proyecto comunista.
Novela de formación en la que dos personajes –uno el maestro, en el que se percibe el perfil de Teófilo Cid; el otro el discípulo, en el que se adivina al autor joven– se toman el escenario en un juego de correspondencias. A ellos se suman como otros personajes la memoria, la musa y la ciudad, ofrecidos al lector con el cuidadoso empleo del lenguaje, en el que se reconoce la huella del poeta de Apariciones y desapariciones.
Enrique Lihn, uno de los pocos que hizo una lectura crítica en 1972, y quien con ella estimuló post mortem al autor a reescribirla, señala: «La lectura de Zoom incita a una polémica con respecto de la cual la novela se desentiende. Pues ella cumple con una función a la vez inquietante y receptiva, desplegándose en un plano rigurosamente literario».
Un ejercicio refrescante de ensamblaje de distintos enfoques teóricos para abordar un problema tan longevo: la construcción de mejores arreglos sociales que combinen estabilidad, gobernabilidad y justicia social. Mediante una pluma precisa y llana, su autor hilvana un agudo examen del contexto político chileno y ofrece una propuesta para pensar sus desafíos.
Yanira Zúñiga, Universidad Austral de Chile
Guillermo Larraín pone en un completo, reflexivo y muy oportuno libro un conjunto de ideas muy importantes para entender el Chile de hoy y para pensar nuestro futuro conjunto. Presenta su visión como académico, hacedor de políticas, intelectual y ciudadano de un modo cercano, y con ello estimula conversaciones sobre nuestro contrato social.
Francisco Gallego, Pontificia Universidad Católica
Desde el 2019 han proliferado estudios que intentan explicar por qué Chile, uno de los países más prósperos de América Latina, entró en una severa crisis de legitimidad. Echando mano de la economía política y otras ciencias sociales, Larraín ofrece un novedoso aporte para entender los orígenes —y posibles salidas— a la encrucijada en que se encuentra el país.
Javier Couso, Universidad Diego Portales y Utrecht University.

Zoom — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Zoom», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Che, ¿me vas a decir que en la vida te has cogido a una negra? En los quilombos de Montevideo no hay más que negras y chilenas.

—Y, contale mejor la curda que nos mandamos antes de abandonar la decadente vida de occidente. Aquello fue divino.

Vio que el camarero venía desnudo con una espada de fuego y que su voz tronaba, diciendo terminamos-cerramos. Ni una cerveza más, la menor piedad.

En un instante las sillas fueron sentadas sobre las mesas, las escobas se pusieron a formar montículos de puchos, servilletas, escupitajos. ¿Sería sábado? El goce de imaginarse, presente e impalpable, distanciado de sí por el grueso volumen de la cerveza. El pequeño grupo de borrachos expulsados, se dispersó en las sombras, en las callejuelas que conducían directamente al campo, y ellos tres, en silencio, sacaron taciturnamente sus miembros y mearon largamente en medio de la plaza, al pie de la torre de piedra, construida en conmemoración de alguna de esas habituales epidemias de peste del siglo diecisiete ¿o dieciséis?

—Pero, decíme vos, ¿la gente qué hace?

La torre, en el centro de la plaza empedrada, rectangulada por edificios de dos pisos con algunos portales abiertos en las plantas bajas. Sería sábado, y algo más de las once. Las tres meadas siguieron rumbos trivergentes, la ligera embriaguez se pasaría pronto, y no tenía ganas de volver todavía a la cama. Sin embargo, no había ninguna otra cosa que intentar.

—Che, Gordo, va para un mes que yo no cojo.

—Y, la piba del barco, aquella.

—Ma, qué piba, era una antigüedad.

—Y, mirá —guarda su pene y tira el cierre de la cremallera con el cuidado que se presta a un maletín sobrecargado, alza los hombros y mira alrededor de la plaza: las dobles ventanas están herméticamente cerradas, no hay un perro en las calles, el viento agita irregularmente el lienzo trabajamos por el comunismo, el minutero del reloj de la torre cae un minuto más abajo con un ruido seco—. Mirá, hermano, en este pueblo tenés que hacer como en el tango: o pensás en la viejecita, o te cortás las bolas.

Se encaminaron hacia el hogar de estudiantes, pateando un viejo zapato que estaba en el camino, con ganas de cansarse en algo. De pronto, el Gordo se detuvo, se sujetó el vientre y se puso a reír. No supieron cuál era el motivo, pero igualmente se pusieron a reír con él hasta que les dolieron las mandíbulas.

2. Los altoparlantes y el ruido de las turbohélices

Los altoparlantes y el ruido de las turbohélices y las conversaciones y los llamados producen en ti una confusión de la realidad, un aislamiento sensorial, ya estás viendo el presente como pretérito. En la noche te has ido a dormir a casa de tu mujer, como en un último don de tu presencia antes de ese viaje, después de años de separación imprecisa, con una vaga intención de conservar un puente en caso de nostalgia, ahí estás con ella en el aeropuerto, como un hombre que hace las cosas correctamente y, sin embargo, no puedes evitar que todo eso tan tangiblemente presente —el peso de las maletas, el certificado de vacuna, sus dedos que se hunden en tu brazo, como para obligar el paso de una pasión que nunca ha convenido a su naturaleza—, no puedes evitar que todo eso se convierta de inmediato en un remoto pasado, en una imagen que has visto indiferentemente en uno u otro film en un cine de barrio, no tienes paciencia con esa lentitud de la realidad. Además, todo se convierte en algo insensato, la fantasía de lo real se hace inverosímil e insoportable: estás viendo, a pocos metros de ti, justamente a Octavia, la misma Octavia, que en el mismo momento viene a despedir a un amigo, que sin duda viaja en el mismo avión. Demasiado complicado y calculado para la realidad, es insensato que Octavia despida a un amigo que quizá es el amante que no eres tú y que tu mujer despida a un esposo que tampoco eres. Te has puesto rígido, como si así no pudiera vertirse tu emoción. Hay alguien que está físicamente demás en ese cuarteto —¿probablemente tú?—, hay algo en su distribución que un simple intercambio de personas no remediaría. Y, no obstante, hace dos días o menos, Octavia reapareció en tu cuarto, desesperada de tu partida, reanimada de aquella caprichosa pasión y avidez de otro tiempo.

¿Y si todos los actos, todas las posibilidades hubieran sido para ella igualmente legítimos? Esa caída de tu estómago hacia un abismo submarino, ese mareo de la contención erótica, esa lentitud en partir. No puedes reconocer que la ves, has elegido que sea tu mujer quien te despida —¿qué habría hecho Octavia si se lo hubieras pedido?—, a tu mujer los abrazos, las promesas, pero comprendes que al abrazarlo a él ella también te está abrazando, que al abrazar a tu mujer la abrazas a ella, con esa otra emoción que crea el tacto de Octavia en tu memoria, y mientras caminas por la pista hacia el avión, y mientras él camina a unos pasos tuyos —el ruido de los motores y el viento de los reactores enmudece todas las voces, deforma todas las expresiones, y los rostros gesticulan y las manos se alzan en un territorio que ya está fuera del espacio sensorial—, mientras caminas ves ambos rostros en la vidriera de los visitantes y sus múltiples expresiones hacia atrás, agitas tu mano en dirección a ellos y, enseguida, todo eso entra a formar parte del pasado con una vertiginosidad que te desespera y excita.

3. El mayordomo del kolej

El mayordomo del kolej les representó su más absoluta ignorancia: adelantó el mentón, alzó las cejas y los hombros, puso los ojos en blanco y tornó las palmas hacia arriba. No, él no sabía nada. Dio a entender, siempre gesticulando, que eso dependía únicamente del Ministerio, allá, en Praga. Le instaron, en esa misma forma, a que llamara por teléfono, para obtener alguna información sobre el comienzo de los estudios, pero entonces él adoptó una actitud casi escandalizada, como si acabaran de decir un despropósito. Viendo el desconcierto de ellos, intentó explicarse: tal intervención podría ser mal considerada, una falta de tacto, una demostración de desconfianza, justamente cuando allá todos estarían preocupados y conocerían mejor que ellos mismos sus conveniencias y necesidades. ¿Qué podrían pensar de su prudencia, y qué de su impaciencia, cuando, en fin, no les faltaba nada? Además, todavía quedaban unos días de sol y podían libremente pasear, jugar al fútbol, descansar. ¿No era eso enteramente agradable antes de que se iniciaran las clases de idioma y de que comenzara el duro invierno? Más tarde, echarían de menos esa libertad.

Semanas después, vieron llegar a un joven melancólico, alto, desarreglado, con un saco de viaje en la espalda, que dijo ser un profesor. Hablaba español e inglés, y fue asediado a preguntas. Fue prácticamente forzado, esa misma tarde, a dar una clase de checo, pues ya nadie soportaba seguir viviendo en la aldea sin tener algún contacto con sus habitantes, sobre todo con las muchachas. El hombre enseñó como pudo una veintena de frases, que nadie consiguió pronunciar, pero no respondió adecuadamente a ninguna pregunta. Él mismo parecía no saber si estaría en condiciones de dictarles una próxima clase, el Ministerio no le había dado ninguna instrucción precisa a ese respecto. Tampoco sabía si vendrían otros profesores pronto, eso dependía de una sección especial a la cual él no tenía acceso. No pudo tampoco explicar nada sobre la aldea ni sobre las razones de su elección para albergarlos. Dijo que era la primera vez que pasaba por allí y que a lo más podía suponer que su nombre, Dobruška, podía significar “buenísima” o algo parecido. Numerosos muchachos, que pertenecían en sus países a organizaciones comunistas, le pidieron que los relacionara con el partido local, para ser de alguna manera útiles a la aldea, o para conocerse simplemente con los jóvenes, pero él afirmó no pertenecer al partido y explicó que, aun en el caso de haber pertenecido, no podría haberlo hecho sin una autorización especial de Praga, refrendada por el Ministerio. ¿No podía entonces promover personalmente una reunión, presentarlos, servir de intérprete en alguna conversación con los jóvenes de la aldea? No, él no estaba autorizado ni era conocido allí. Era mejor esperar alguna circunstancia propicia, que se diera espontáneamente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Zoom»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Zoom» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Alisa Valdés Rodríguez - El Club De Las Chicas Temerarias
Alisa Valdés Rodríguez
Sarah Veronica Lovling - Über Nacht, Mr. Zoom?
Sarah Veronica Lovling
Tony Lonk - ZOOM
Tony Lonk
Humberto Reyes Valdés - La caída del Imperio ruso
Humberto Reyes Valdés
Ariel Álvarez Valdés - Nuevos enigmas de la Biblia 3
Ariel Álvarez Valdés
Luz Hernández Hernández - Customer Experience. Guía práctica
Luz Hernández Hernández
Phil Simon - Zoom für Dummies
Phil Simon
Armando Palacio Valdés - La Espuma
Armando Palacio Valdés
Отзывы о книге «Zoom»

Обсуждение, отзывы о книге «Zoom» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x