Especial atención merece, con ocasión del centenario del nacimiento de Thomas Merton, la publicación del Diccionario de Thomas Merton de William H. Shannon, Christine M. Bochen y Patrick F. O. Connell (Mensajero, Bilbao, 2015) con un apartado al final dedicado a la obra de Thomas Merton.
Los estudiosos encontrarán recursos bibliográficos de suma utilidad en la herramienta de búsqueda del Thomas Merton Center de la Universidad de Bellarmine, en Louisville, Kentucky: http://www.merton.org/Research/bibresources.aspx
Además, en la actualidad es posible obtener numerosas grabaciones sonoras de lecciones y conferencias monásticas impartidas por Thomas Merton a sus novicios o a sus hermanos de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia en torno a temas específicamente monásticos además de otros, desde la perspectiva monástica, sobre los escritores Franz Kafka, T.S. Eliot, John Milton, Edwin Muir, William Faulkner, James Joyce, Rilke, etc., en: https://www.nowyouknowmedia.com/categories/thomas-merton.html
Introducción
Thomas Merton (Francia 1915-Bangkok 1968) es una figura singular en el panorama del pensamiento contemporáneo. Como su vida y pensamiento han tenido un alcance inusitado en las esferas públicas de la cultura, la política y la religión, en ocasiones se ha leído su obra de manera sesgada, escogiendo aquello que pudiera satisfacer una inclinación parcial, en menosprecio de una consideración global del conjunto de su trayectoria y de su obra. Es cierto que el carácter plural y lo prolífico de la última han abonado el terreno para un abordamiento fragmentario; no lo es menos que a su ingente producción acompaña una dimensión de profundidad que emerge de una disposición contemplativa, y por eso su crítica desborda el ejercicio de la sola reflexión. Sus años de formación ya anunciaron las que después habrían de ser sus exploraciones fundamentales. Hijo de artistas, estudiante brillante, residente en Francia e Inglaterra antes de su asentamiento en los Estados Unidos, miembro de las juventudes comunistas durante un corto periodo de tiempo, amigo bien pronto de un monje hindú que le señaló la riqueza de sus propias raíces cristianas y, en fin, poeta y ensayista, su curiosidad y la agudeza de su mente nunca le abandonarían. Desde el claustro monacal mantuvo una fecunda relación epistolar con cientos de personas así como un recuento diario de su vida, que se hizo público después de cumplir su voluntad de que sus diarios no salieran a la luz antes del año 1993, una vez transcurridos veintinco años desde su fallecimiento. Al término de su vida, su simpatía por personajes de la vida contracultural, su abierta admiración por representantes del budismo y del islamismo y su relación con figuras destacadas de los ámbitos zen o sufí, dieron lugar a toda suerte de especulaciones y rumores. Lo cierto es que su influencia crece con el paso del tiempo, y ello parece estar haciendo justicia a su obra rica y controvertida, a un tiempo ortodoxa y radical, tributaria de una tradición que se remonta a los padres del desierto pero enraizada en su tiempo, crítica en extremo desde la pasión y la compasión, desde la razón y la contemplación. 1
Thomas Merton, más tarde Father Louis, pero también Uncle Louis, Tom, Uncle O’remus, Ottaviani, Wang, Llwellen, Marco J. Freesbee, Happy, Joe Zimmerman, 2 de acuerdo al destinatario o la ocasión, alcanzó su popularidad con The Seven Storey Mountain , que pronto se convertiría en un best-seller en el que su joven autor relataba, desde el claustro del monasterio trapense de Nuestra Señora de Gethsemani, en Kentucky, su propio proceso de conversión al catolicismo. También a España llegó enseguida ese impactante aunque maniqueo relato, y a él acompañaron, a continuación, algunos ensayos de tono devoto así como una selección de sus diarios monásticos; de su último periodo, sin duda alguna el más universal y de una madurez renovada, contamos con las traducciones de su adaptación personal de los poemas de Chuang-Tzu y con un interesante diálogo con el estudioso y prestigioso divulgador del zen D. T. Suzuki; 3 en Sudamérica muchos de sus ensayos y poemas se encuentran traducidos en revistas literarias y quedaron recogidos en libros de naturaleza miscelánea, y en España se viene realizando un importante esfuerzo editorial de recuperación, a la espera todavía de que vean la luz sus ensayos literarios y de que prosiga la publicación de su producción epistolar y poética, esta última felizmente asumida por Sonia Petisco. 4 Cabe destacar la publicación en nuestro idioma de su último diario, el que recoge su peregrinaje asiático, así como de un compendio de sus diarios completos que en el original inglés se han publicado en siete volúmenes.
Merton heredó de sus padres su sensibilidad hacia toda forma de belleza en la naturaleza y el arte. A través de sus diarios prosiguió una disciplina de autoescrutinio incesante que ya iniciara su propia madre tomando notas de los progresos del niño desde su nacimiento. 5 Cuando apenas contaba con seis años, esta murió, y con su padre inició una sucesión de cambios de residencia que en muy poco tiempo le hicieron conocer experiencias educativas diferentes en Francia e Inglaterra, y familiarizarse por igual con los idiomas de ambos países. A los dieciséis años, su padre muere de un tumor cerebral en Londres y queda huérfano. Dos años más tarde, el joven Merton emprende un breve viaje a Roma, y después de pasar el verano en los Estados Unidos regresa a Cambridge para estudiar francés e italiano. En 1935 se desplaza definitivamente a Estados Unidos para residir con sus abuelos maternos y estudiar en la Universidad de Columbia donde colabora en diversas publicaciones internas y redacta la tesis requerida para completar su Máster ( Master of Arts ), sobre el arte y la naturaleza en William Blake. En 1938, por propia decisión, y tras una primera juventud febril, resuelve recibir el bautismo en la Iglesia católica y comienza sus estudios de doctorado interesándose por la obra del poeta Gerard Manley Hopkins. Ese mismo año viaja a Cuba donde una profunda experiencia religiosa, que relata en su propia autobiografía, le hace plantearse seriamente emprender un noviciado monástico; la posibilidad de ingresar en la orden franciscana quedó descartada al confesar su involuntaria paternidad aunque, tras participar brevemente como voluntario en la obra social de la Baronesa Catherine de Hueck en Harlem, pasa un tiempo de retiro en la Abadía de Gethsemani siguiendo el consejo de su mentor Daniel Walsh, y finalmente, en diciembre de 1941, ingresa en ese monasterio trapense, como se conoce a la rama de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia.
Su periodo monástico comprende varias etapas netamente diferenciadas: noviciado (1942-1944), primeros votos hasta la ordenación sacerdotal (1944-1949), maestro de escolásticos (1951-1955), maestro de novicios (1955-1966) y finalmente una etapa de eremitismo (1966-68) y lo que pudiera considerarse monacato universal (1968). Diez años después de su ingreso en la abadía adopta la nacionalidad norteamericana, y a través de sus escritos comienza a pronunciarse contra la discriminación racial y hace públicas sus severas objeciones a la intervención del gigante americano en Vietnam y al uso destructivo de la fuerza atómica. En 1965 se le concede un permiso largamente esperado para vivir como ermitaño a tan sólo una milla de la abadía, en los terrenos de la misma. Tres años más tarde, en 1968, asume el encargo de buscar nuevas ubicaciones para futuras ermitas y se desplaza a Nuevo México, California y Alaska. Ese mismo año viaja por distintos puntos de Asia con motivo de un encuentro de monjes benedictinos y cistercienses en Bangkok. Allí muere en circunstancias confusas, al ser electrocutado accidentalmente por un ventilador, según una versión oficial que cincuenta años después de su muerte ha sido puesta en tela de juicio por Turtley y Martin (2018).
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