El Coro es su verdadera Causa.
Hay días que la vemos llegar algo tristona pero apenas comienza con la vocalización ya sus ojos dejan translucir una alegría y, aunque sea por dos horas se olvida de los dolores que pretende esconder. Ella es frontal y tenaz. tiene el dominio del grupo. Conoce nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Baja la cabeza en señal de desacuerdo cuando se nos escapa algún tono desafinado. Sabe imponer el respeto y nos alienta a seguir adelante. Es muy puntual y nos reclama la puntualidad.
Nuestro día normal de ensayo puede comenzar así:
-Blabla…blabla…blabla
- Jaja…ja…ja
-¡Atiendan! Dice la profe.
-¡Si, Profe responden algunos. Otros, acatan la orden en silencio.
Otros ni contestan, pero interrogan todo el tiempo:
-¿Qué dijo?
-Dijo que estamos por empezar
-Aaaa…Eeee…Iiii…vocalizamos
-Ahora con la letra
-Sí, Profe
-¿Qué dijo? Siguen preguntando
-Ah mi Corrientes poráaa…iniciamos el ensayo
-Paren ¡Escucheeeen! ¡A-tien-daaan! Dice la profe con más ¡énfasis!
Y…por enésima vez re comenzamos. Porque el ensayo no es una jodita. Necesita de las estrategias. Necesita de la concentración.
Pero te reitero, hoy, ya es 18 de agosto ¡¡Ya estamos en Carlos Paz!!
El viernes 19 ocurrió algo insólito. Muchos opinan que los cordobeses cuidan al turista porque somos la fuente de la vida de ellos. Es para poner en duda esa teoría. En nuestro primer día de desayuno a Kiki se le perdió su pastillero. ¿Cómo? ¿Cómo? Nos repreguntamos ¿Dónde dejaste Kiki?-En la mesa-dijo con total convicción. Pero ella repreguntó a los mozos y ellos no supieron responder. Pero che, en ese lugar cerrado y privado…¿Qué podes deducir?
Desde el comienzo Kiki fue la más comprometida y entusiasta por el viaje. Ella es el apoyo de nuestra Profe. Es, la que usa la diplomacia y la voz destacada de nuestro Coro.
Sin dudas que el Primer Premio por las voces destacadas se lo mereció ella por “El día que me quieras”.
Para muchas personas la vida se les termina cuando les llega la jubilación.
Para otras, gracias a la jubilación tenemos el tiempo para afianzar los talentos que hemos dejado en suspenso porque debimos ocuparnos del trabajo, de los hijos, de las mascotas que traen los hijos a la casa ¿viste? Y, de… (tantas otras actividades que se te suman)
En el “Show de talentos” pudimos admirar cuántas cosas somos capaces de lograr en esta edad.
Aquí estuvieron nuestras provincias contagiándonos de alegría con sus expresiones autóctonas y las delegaciones de los países vecinos que nos hicieron conocer sus tradiciones.
Me dio placer la capacidad de un entrerriano que escribió e interpretó un monólogo donde plasmó con palabras los sentimientos de un nieto por su abuela cuando a él, le había llegado la hora de dejar la casa paterna para ir en busca de su destino.
Van pasando uno a uno los participantes y nosotros estamos esperando nuestro turno mientras acumulamos los nervios propios de un debut.
Hasta que…¡A-ten-ción! ¡Es-cu-chen! ¡Res-pi-ren!¡Yaaa!
Aquí están nuestras voces con emoción, alma y Corazón en las tres canciones seleccionadas.
Entonces el jurado se pone de pie para aplaudirnos ¿viste? Es para que no dudes que hemos cantado bien. Y…que… ¡Aunque sea por esta vez! hicimos un esfuerzo y nos acordamos de las recomendaciones y directivas de nuestra profe.
La alegría se reflejaba en su rostro. Era tanta, pero tanta su satisfacción que dijo a viva voz
-¡¡Por fin!! Salió como yo quería.
Fue por eso que trajimos los Primeros Premios. Los premios son de todos. Pero mucho más, son por la constancia de la profe. El Coro es su Causa y los premios son el Efecto de su Causa.
Por las noches, durante las cenas, los grupos musicales que amenizaban, nos iban transportando a nuestra época de juventud no tan lejana.
La tarde previa al baile de disfraces, Dorita, se la pasó tratando de pegar sus pestañas postizas con boligoma. ¡Cómo se lució! ¿Viste?
Corrió tanta adrenalina en las reuniones que Don Emilio aprovechó para dar clases de canto a Dorita y a Edith y fue en ese momento en que la locutora avisó a viva voz que, en la mesa Nº 15 se había quedado un marido olvidado.
Lo que no se enteró ésta locura es, que, también Carmen lo dejó olvidado a Alberto. Mientras el seguía buscándola, ella estaba en el micro. Bueno, che, hacía frío, era muy tarde para nosotros, había gente con sueño, era la noche del cierre y tratamos de aguantar lo más que pudimos.
En todo momento reinó la algarabía. Y... sí, las presiones arteriales subieron hasta marcar ١٧; Y…sí, los estómagos hicieron sus crisis, Y…sí, la Negrita se cayó, Y…sí, los medicamentos fueron confundidos por el tamaño y el color y algunos no sabían cuál de cuál ya lo habían tomado. Es por la frágil memoria. Nos ocurre a los abuelos.
Pero tenemos a la Reina de la Elegancia ¡Que lujo! ¡Grande Fiorella! Porque sos una Reina como persona, compañera y amiga.
No sé si Marcelino y Jorge-los choferes- escucharon cómo hemos cantado en el camino del regreso. El eco de las voces llegó a las sierras y a los llanos. El repertorio de Roberto es tan amplio que la serenata duró más de 7hs. El canto se hizo movimiento. El viento dispersó las melodías por todos los km de nuestro recorrido.
El más perfecto de los sonidos humanos es la palabra y, la escritura a su vez, es la forma más perfecta de la palabra. Nos quedamos con las letras de tantas canciones, ésas, que alguna vez, algún poeta se inspiró para escribirlas.
Más aun, nos quedamos con los versos de Armando Nervo, ésos versos que recitó Dorita y, que, gracias a ellos recibió el premio como recitadora y que son:
“Vida, nada te debo
Vida, estamos en paz”
Porque todo ésto y mucho, muchísimo más, lo vivimos y lo hemos disfrutado en “El Abuelazo” de 2011.-
El jugo del viaje
Tranquilos pero seguros vamos atravesando las rutas argentinas a bordo de un coche semi cama blanco por fuera y confortable por dentro.
Los viajeros teníamos infinitas expectativas, diversas motivaciones e innumerables datos para elegir esta ruta y formamos un grupo heterogéneo de abuelas y abuelos. Tal vez, nos habíamos cruzado por las calles correntinas, pero tal vez una causalidad nos lleva hoy a intimar en este tours.
Ricardo –el Guía Mayor- narrador de cuentos y conocedor de mundos, contrataron a Carlos y Carlos (los choferes), quienes, junto a Charito, la coordinadora preocupada por nuestro bienestar, nos brindaron a lo largo de una semana infinitos sentimientos solidarios.
Con agradecimientos y peticiones un viajero (Señor de la Oración) eleva salmos y alabanzas con voz segura y nos invita continuamente a imitarlo.
Comprobamos que, casi todos éramos conocidos. Porque compartíamos la misma fe, o nos habíamos relacionado en una misma profesión, o nos unía las mismas afinidades en los diferentes matices de la cultura.
Somos conscientes que aportamos la “buena onda” para sacarle el jugo al viaje.
A esta hora ya los sentidos se exaltan al comprobar que los pintorescos paisajes de una “Tierra del sol y del buen vino” es la consecuencia del esfuerzo de sus pobladores que pregonan con su hacer cotidiano.
Los mendocinos son tan organizados y consecuentes en sus labores que vale la pena recordar para imitarlos.
El guía cuyano muestra sus conocimientos y contagioso buen humor.
Ahora la Cordillera nos espera y - ¡allá vamos!
La demora en la Aduana nos insume una buena dosis de paciencia.
Comenzamos a desechar lo que suponemos es “lo prohibido”. Una niña adolescente pregunta y re pregunta a su abuela si es necesario tirar esos riquísimos emparedados que forman su vianda viajera.
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