Miguel Ángel Asensio - La parábola argentina

Здесь есть возможность читать онлайн «Miguel Ángel Asensio - La parábola argentina» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La parábola argentina: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La parábola argentina»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En un recorrido parabólico de más de dos siglos como nación, que tras superar dolorosos conflictos reconoció un ascenso que se aceleraría en la segunda mitad del siglo XIX y se extendería varias décadas en el XX, Argentina perdió impulso y comenzó a retrasarse relativamente dentro de distintos contextos sociales, internacionales e institucionales. El país que había despertado expectativas desmesuradas distaría mucho de concretarlas.
Tras intentos anteriores, en los que incluso abordaría comparaciones clásicas con otras experiencias nacionales, el autor retoma el tema del enigma o misterio argentino procurando llamar la atención sobre aspectos humanos, culturales, relacionales, internacionales, políticos, económicos y sociales que conforman una trama múltiple y lo hacen remontar a los orígenes formativos, el posterior aluvión inmigratorio, los logros y las transformaciones y convulsiones posteriores que concluyeron en una inocultable declinación, que hace tiempo no solo ha concitado la preocupación de propios, sino también, y en no pocos casos, de extraños premios nobel, estudiosos, personalidades, literatos que lo han registrado con expresiones aleccionadoras y también indelebles. Ello permite evocar un recorrido que conecte el arribo inicial y posterior de fragmentos o desprendimientos primariamente europeos, luego diversificados, y la evolución acaecida hasta una frustrante contemporaneidad, donde un pasado de inmigración ya ha conocido expresiones de lo opuesto.

La parábola argentina — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La parábola argentina», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Sea que reciba la influencia del medio natural como del medio cultural preexistente, por una parte, o solo del medio natural y casi nada del humano, la cultura del fragmento importaba. Importaba porque podría reproducir o no sus pautas de origen, imponiéndolas o replicándolas, o, por el contrario, solo incidiendo en la formación de nuevas, con mayor o menor componente original. De nuevo, los casos de trasplante podrían significar los de mayor “pureza”.

Esto es aplicable a las costumbres, normas y convenciones que toda sociedad acepta. Estas normas, acuerdos, escritos o no escritos, pero al fin respetados, conforman los entornos institucionales que condicionan la acción social. De ahí que la concepción hartziana concluye entrelazándose con las percepciones concorde a las cuales lo determinante son la cultura y las instituciones.

A nuestros fines, si de transfusión cultural se trata, y si con ello se agiganta la cultura del fragmento, cabe recordar que este no es entendible sin el todo del cual deriva. Concordantemente, aludir a la cultura del fragmento implica la imprescindibilidad de entender su procedencia. En el mismo sentido, la idea de que, aunque parezca paradojal, existen fragmentos del éxito y fragmentos del fracaso. Esto implica naciones, pero también épocas.

Decimos que quedan implicadas naciones –o sociedades– pero también épocas, porque las traslaciones culturales podrían no coincidir con el cenit. Es obvio que queda implicado el concepto de cenit, que en términos de la historia que nos interesa podría diferenciar a sociedades en el pináculo de su potencia o sociedades en el pináculo de su prosperidad, ambas cosas, o ninguna de ellas. Las transmisiones y los contagios culturales, sociales, tecnológicos e institucionales pueden haber abarcado también varios momentos. Algunos en el cenit, otros en el ascenso, otros en los declives y quizá otros en el nadir.

Las experiencias de ascenso, estancamiento y declive son tantas como las naciones que los experimentaron. La historia y hasta la literatura los han documentado de manera o con tonos y estilos más o menos explícitos. Por eso importan los todos (y “todos” menores) y los entornos o marcos organizacionales o institucionales que implantaron en las naciones que colonizaron, ocuparon o influyeron.

Desde luego que hubo influencias. Influyeron con la dotación de “marcos” e influyeron con la dotación de hombres. Sin embargo, no siempre el fragmento debería representar al todo, si bien es obvio que de un modo u otro pudieron hacer traslación explícita de los elementos cultural-tecnológicos de sus ámbitos de procedencia.

También importa dar un paso más y preguntarse si esas transferencias proceden de “todos” avanzados o de “todos” en avance. Ello implica considerar como distintos al desarrollo –de época, se entiende–, como estado o situación, con relación al desarrollo como proceso o como dinámica. Una es una percepción estática y la otra, una percepción dinámica.

Quizá el más célebre ejemplo de expansión y declive es el del Imperio Romano. En este caso, obviamente, el marco temporal cubre varios siglos. Constituye además un caso típico entre los expansionismos “viejos”, donde el carácter predatorio, como en otros antes, introduce una diferencia sobre algunas experiencias menos antiguas.

Colonias había introducido Fenicia, colonias desarrolló Grecia y colonias poseyó Roma. Luego, fueron implantaciones institucionales e implantaciones humanas, a veces más militares que humanas. Plantación de avances y plantación de hombres derivados de la sociedad avanzada, lo cual no implica siempre o necesariamente lo mismo.

Sin embargo, con relación a esplendores y pináculos, el trabajo de los estudiosos nos sorprende al colocarnos ante situaciones y categorías que iluminan con curiosa claridad experiencias del presente. Entre las claves de la grandeza, obviamente, figuran un grado notable de organización como atributo sistémico; también la generalización de un régimen jurídico y contractual homogéneo en un vasto confín y la adopción de un signo monetario común, entre otras, han sido instituciones esenciales para el funcionamiento de un conjunto societal en términos históricos.

Pero, si de Roma se trata, también nos pone ante el hecho de que cierta tecnología fue compatible con tal modelo antiguo, 2como el arado mediterráneo, la disponibilidad de trirremes o galeras para la guerra o el transporte por mar, una afinada infraestructura de caminos para las comunicaciones por tierra, diseños arquitectónicos como el arco romano y técnicas de abastecimiento de agua como las implícitas en los grandes acueductos diseminados en la vasta geografía de los territorios que rodeaban al gran mar que también se comportó igualmente como “lago romano”.

Estos claros atributos del esplendor, que corrieron paralelos al refinamiento de las costumbres y la vida al menos en un conjunto determinado de la población, han sido también útiles para comprender las opacidades o prolegómenos del declive. Desde síntomas tales como la progresiva relajación de la voluntad ciudadana para cumplir con el deber de “defender a Roma”, el creciente papel del “Estado fiscal” para recaudar impuestos y sostener las legiones de un inmenso y extendido ejército y pulsiones inflacionarias como la de tiempos de Diocleciano, las antesalas para el derrumbe estaban preparadas. 3

Un poco más cerca, el caso de Bizancio despierta asombro. El Imperio Romano de Oriente prolongó una “romanidad orientalizada” durante diez siglos más respecto de su homólogo de Occidente. Llegó a capturar todo el próspero comercio del este del Mediterráneo y ser la llave de contacto de Europa con Asia. Sin embargo, según algunos, por debilitamiento de su maquinaria estatal y una imprudente desprotección de sus intereses mercantiles marítimos derivada del descuido de su poder naval, fue cediendo progresivamente su primacía comercial a Venecia, que terminó capitalizando todo su comercio y poderío.

En el sur de Europa Occidental, las ciudades del norte de Italia fueron modelo inexcusable de crecimiento en las antesalas del mundo moderno. Eran el norte de Italia, pero el sur de Europa. Por ello, antes habían sido el eje del intercambio de los bienes tanto sofisticados como toscos de los Países Bajos septentrionales y meridionales del norte de Europa y los países bálticos, con los bienes suntuarios y de lujo procedentes del Oriente y Asia. Sin embargo, en algún momento, la maquinaria comenzó a fallar. Los brillos de los Países Bajos y el predominio de las ciudades italianas tendrían alguna mengua. Las cimas no han sido eternas.

Y antes que Inglaterra, recalquémoslo: antes que Inglaterra , los Países Bajos septentrionales constituyeron un ejemplo histórico de tenacidad y voluntad nacional que conformaron un modelo propio que les permitiría ser la primera potencia del siglo XVII. Si el modelo de “incitación y respuesta” es válido, es obvio que tanto los fenómenos naturales, como la anegabilidad que motivaba la entrada de agua en las tierras bajas neerlandesas, como la voluntad de autonomizarse, otorgaron un rol singular a las Provincias Unidas, otrora dependientes de España. 4

Parecen falaces los argumentos que depositan solo en la iniciativa y habilidad comercial de los holandeses la fuente de su extraordinaria prosperidad y predominio en la centuria mencionada. Es cierto que transportaron no solo sus mercaderías sino que también fueron los transportistas globales del mundo de entonces. Pero tales naves exigieron una concepción, diseño y planeamiento previos.

Hubo una actividad constructiva enlazada con el movimiento de bienes. Sus navíos no solo fueron útiles para liderar la pesca del arenque en el norte de Europa. También se demostraron superiores respecto de ingleses, franceses y otros para trasladar bienes consignados por otras naciones, con mayor velocidad y eficiencia. La flota mercante holandesa llegó a superar a la de las principales naciones de Europa sumadas, con 80.000 marineros y miles de navíos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La parábola argentina»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La parábola argentina» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La parábola argentina»

Обсуждение, отзывы о книге «La parábola argentina» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x