Grenzio quiso salir de esa situación y agitó los brazos desesperadamente para salir de la sala y ésta desapareció; se hallaba caído sobre cubierta, rodeado por un atardecer. La lancha estaba amarrada cerca de un puesto de control militar; todos los pasajeros bajaban a identificarse y luego volvían a la embarcación.
Su guardia le miró tristemente y le dijo que se estaba volviendo loco; le pidió bajar a tierra, donde vería un médico para que le dé alguna medicación y no tenga tantas pesadillas. Pasado el control, un médico le auscultó y lo encontró bien de salud, aunque su estado anímico muy agitado, producto de actividad cerebral extra; le hizo tragar dos pastillas y le puso otras dos en su bolsillo para otra ocasión similar.
No quería descansar, ni dormir, pese al calor y la fatiga del viaje, pero pudo más su ciclo circadiano descompuesto y se durmió nuevamente, para despertar en la misma sala de comando y ante la misma horrenda cara, que ahora se dirigía específicamente a él:
—“Hombre terrenal ACI5107-4, no se asuste, concéntrese en mi cara que es una expresión de su mente, me puede llamar Adrin1. ¿Cómo se encuentra? Iniciare una prueba, antes de instruirle con modos operativos básicos para activar esta sala de control. Necesito analizar si puede ayudarnos a reparar este halo, que es parte de nuestra nave brixiónica”
Entonces, Grenzio reaccionó cansado de tanta información desconocida y fantástica que soñaba y se atrevió a participar.
—No entiendo nada; me llamo Grenzio Moxela, estaba navegando por el gran rio Marube y ahora me hallo, nuevamente, en esta extraña sala hablando con una pantalla ¿Estoy o no estoy en medio de un sueño? Mi mente desvaría y mi memoria está alterada. ¿Cómo es que llegué aquí? ¿De qué prueba y ayuda me habla?
—“Todas sus preguntas, serán contestadas tan pronto logremos integrar su memoria a un nivel técnico aceptable. Pero puede estar seguro, que usted, Grenzio Moxela, está soñando y además está en el sitio y en el momento indicado; Ha llegado a tiempo para participar en la recuperación de nuestra nave para retornar al espacio.”
— ¿En el sitio y momento indicado? —Preguntó Grenzio— algo en mi interior, me dice que no tenga miedo ni temor a lo desconocido, menos a la aparición de seres extraños. Mi mente es puntual y sé que me encuentro ante algo inexplicable, que no pertenece a mi planeta.
—“Por eso será llamado Arúmeden, descubridor de lo oculto. Explico y le muestro en pantalla el sitio donde se encuentra”
-- “Se halla en este momento, dentro de un acelerador gluónico negro cuya técnica preliminar, ya está siendo pregrabada en su mente.”
—Pese a mi condición de ingeniero, no entiendo nada de lo que sucede —replicó Grenzio— aunque estén en mi mente grabando esta información, me niego a seguir sin antes saber ¿Quiénes son ustedes?
— “Respondo puntualmente: somos seres atemporales, arribados a su planeta hace miles de años, en una nave con forma del planeta que llaman Saturno: Una esfera energética donde yace nuestro Guardián Astral, rodeada por tres anillos aceleradores hadrónicos bajo mi comando. Hace 15.000 años terrenales, en medio de una batalla estelar contra fuerzas enemigas, cerca del cinturón de Orión, fuimos atingidos y para evitar nuestra destrucción, entramos automáticamente a un vector transmutador de escape, que dirigió nuestra nave para aterrizar en este planeta.”
—“Déjese llevar por sus instintos, lo colocaré en el pasado, como si estuviera en mi comando, al lado de nuestro Guardián en medio de la batalla estelar, empieza la visión mental para tras gnosis neurotrónica…”
Grenzio, sin que pudiera preguntar algo más detallado del suceso inicial, contempló una visión que parecía una batalla espacial entre naves cúbicas moradas de tamaños segregados, contra esferas azules anilladas que se movían por líneas luminosas en medio de un fondo entramado formado por una inmensa red cubical con planos entrecruzados por líneas doradas, verdes, rojas y azules, que se alejaban y se acercaban o se cruzaban formando ese sistema reticulado.
Las naves cúbicas con alas triangulares disparaban ráfagas de rayos morados, que desfiguraban el natural orden del entramado. Grenzio veía en respuesta, cómo rayos dorados lanzados por la nave esférica en que se hallaba y sus similares, volvían a ordenar lo destruido.
Grenzio, que estaba bajo los efectos de la droga ansiolítica, levantó la mano para preguntar y esta acción fue observada por Adrin1.
— En el inicio de la batalla espacial, no se ve nuestro universo 3D, más bien aparece sobre un fondo bidimensional blanco o marfil, formando un entramado cúbico de todo tipo y tamaño con cuadrículas lineadas en cuatro colores ¿Qué es y qué representa cada color?
La voz del halo Adrin1 respondió “Sucintamente: rojos son los caminos energéticos de transmutación que nos transportan miles de veces más rápido que su mentada velocidad lumínica. Los colores verdes son líneas energéticas para abastecimiento de nuestras esferas y los azules son medios de comunicación.”
— Y el color dorado ¿Que función tiene? Parecía muy importante, porque reconstruía las tramas, parecía vital…
—“¡No nos está permitido informar sobre ese color dorado! —estableció Adrin1. —es una ELP, Esencia de Luz Primigenia”.
— ¿Y esa red de fondo marfilado sin estrellas, que nunca hemos observado a simple vista ni con telescopios?
—“El entramado marfil, es un estado de materia observado por ustedes, pero no entendido, definido como masa y energía negra. Posteriormente le explicaré, ahora veamos qué pasó más tarde.”
La batalla continuaba y en ella aparecían otras naves moradas tetra planares, que atacaban a los reconfiguradores de tramas. Repentinamente, dos rayos morados atingieron directamente sobre la nave de Adrin1...
En medio del caos, escuchó ordenar al Guardián ¡Transmutación ebrixiónica! y vio desaparecer en las pantallas todas las tramas cubícales, que ahora se iban transformando en planos tri-dimensionales y veía como la nave se había transformado en una esfera azulina rodeada por tres halos anulares que se disgregaron en tres órbitas planares, mientras ingresaban contra un fondo negro alumbrado por miles de estrellas y nebulosas, sin curso alguno, inmersa en una alta rotación y en pocos minutos la nave se estabilizó mostrando la conocida figura de la Vía Láctea.
Grenzio observó que el Guardián junto al sillón de mando, fueron introducidos en un protector especial y la esfera azulina soltó una cinta que se adhirió al primer halo anular y Adrin1 tomó el comando de la nave para navegar por la galaxia hasta que entró al sistema solar, donde la nave pasaba a gran velocidad por Plutón, Neptuno, Urano y Júpiter, etc., hasta que reconoció la inminente llegada al planeta Tierra.
La alta velocidad había disminuido y Adrin1 trataba de establecer alguna trayectoria orbital. Los mandos no respondían, pero pudo cambiar el curso de la nave para evitar una colisión destructiva y empezó un descenso más elíptico, tangencial a la atmósfera terrestre y así penetraron el gran exo espacio, donde Grenzio veía pasar mares y continentes hasta que logró finalmente estabilizarse en una circunvalación orbital equilibrada, para entrar en la atmosfera superior.
Con la energía restante, la nave orbitó dos veces alineándose al ecuador terrenal y después más abajo del trópico de Capricornio, sólo se veían las aguas del océano Atlántico. Por lo visto, Adrin1 no tenía intención de tocar el océano, porque pudiendo amarizar suavemente, maniobró para rebotar y adentrarse al continente, donde Grenzio divisó varias llanuras selváticas cubiertas por pasto bajo y pequeñas lagunas.
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