Para la activación efectiva se recomienda siempre identificar el grupo poblacional, así como el sitio de ocurrencia del evento, ejemplo: “Código azul (grupo poblacional: adulto, pediátrico, obstétrico) en (sitio de ocurrencia). En (sitio de ocurrencia), código azul (grupo poblacional: adulto, pediátrico, obstétrico).”
Sobre la atención del paciente en paro se debe lograr un enfoque de equipo bien coordinado con roles definidos; esto es tan importante como las habilidades individuales de alta calidad para la reanimación cardiopulmonar. La recomendación de la Asociación Americana del Corazón para las conformación de un equipo es establecer nueve posiciones ( Imagen 1), con la siguiente distinción y respectivas funciones:
• Líder:
– Prescribir medicamentos.
– Vigilar e interpretar los sistemas de monitoreo.
– Asesorar y constatar que todas las personas cumplan sus funciones.
– Verificar vía aérea adecuada.
– Supervisar masaje efectivo.
– Podrá cambiar las funciones de cualquier miembro del equipo y reemplazarlo de ser necesario.
– Toma la iniciativa para la decisión conjunta de continuar o finalizar la intervención.
– Decidir sobre las interconsultas, pertinencia de exámenes y procedimientos.
• Asistente de vía aérea:
– Realiza los procedimientos para mantener una vía aérea permeable y efectiva.
– Provee oxigenación mediante presión positiva con bvm (bolsa- válvula-mascarilla), sea mediante máscara facial, tubo orotraqueal o máscara laríngea y verifica la expansión torácica. Así como la auscultación en caso de intubación orotraqueal.
– Descartar las causas por las cuales no se pueda garantizar una adecuada RCP.
– Dar ventilaciones de una manera coordinada con las compresiones torácicas.
• Asistente de compresiones:
– Realiza ciclos de compresiones por dos minutos.
– Se alterna con el asistente de monitoreo y desfibrilación cada 5 ciclos o 2 minutos (o antes si aparecen signos de fatiga).
– Si es posible entre más reanimadores ocupen esta posición mejor (asistente de compresiones en espera), siempre y cuando no afecten la dinámica del equipo.
• Asistente de monitoreo y desfibrilación:
– Verifica pulso cada dos minutos o cuando el líder así lo indique.
– Opera el desfibrilador: aplica las paletas del desfibrilador con gel, verificar contacto del personal con el paciente y suministra la descarga a la indicación del líder.
– Se alterna con el asistente de compresiones cada 5 ciclos o 2 minutos (o antes si aparecen signos de fatiga).
• Asistente de medicamentos:
– Canalizar accesos venosos requeridos o implementación de rutas alternas como acceso intraóseo.
– Verificar medicamentos preparados y mezclados y por parafraseo con el líder: verifica medicamento y dosis.
– Administrar los medicamentos prescritos por el líder (directo-empujar-elevar).
– Verificar tiempo e informar al asistente de historia clínica.
• Auxiliar de vía aérea:
– Revisa conexiones y la adecuada posición de los dispositivos.
– Prepara los insumos para la permeabilización de la vía aérea.
– Apoya los procesos de intubación orotraqueal.
– Facilita el proceso de aspirado y control de secreciones.
– Fija dispositivos y verifica la adecuada insuflación del sistema de vía aérea avanzada (sea neumotaponador de tubo orotraqueal o volumen de máscara laríngea).
• Auxiliar de medicamentos:
– Apoya procesos de canalización de accesos venosos.
– Prepara y envasa los medicamentos ordenados por el líder.
• Circulante:
– Consigue el desfibrilador.
– Retiro de ropas u otros elementos conservando la cadena de custodia.
– Conecta los electrodos.
– Verifica conexiones.
– Consigue los elementos adicionales solicitados.
– Estar atento a las instrucciones del líder.
• Historia clínica:
– Registrar secuencial y cronológicamente el proceso de reanimación.
– Informa a todo el equipo el tiempo transcurrido.
– Contabiliza los ciclos, informando el transcurso de los dos minutos.
– Mantener informado al líder.
– Describir las órdenes y actividades realizadas.
Medicamentos
Dosis
Tiempos
Complicaciones
Respuesta a las maniobras
– Al finalizar la atención, diligencia el formato de código azul.
Imagen 1.Conformación de un equipo adaptado al protocolo de nueve posiciones.
Fuente: Realizado por los autores
A partir del 2020, tras la pandemia por la COVID-19, a fin de evitar la exposición del personal a la producción de aerosoles, las guías sugieren la disminución del personal presente en el espacio de reanimación, haciendo énfasis en la inclusión y adecuado uso de los elementos de protección personal (EPP) ( 16). Para esto divide el espacio de la atención en tres zonas, las que denominaremos: zona de atención, de transición y segura, basado en el grado de exposición a los aerosoles y se reasignan las funciones en cinco roles de reanimador ( Imagen 2).
Imagen 2.Número de reanimadores y distribución espacial conforme a las zonas de atención y EPP necesarios.
Tanto en la zona de atención como en la zona de transición se deben emplear todos los elementos de protección personal para la exposición a aerosoles: máscara N95 o de alta eficiencia o elastomérica; protección ocular; bata antifluidos o desechable y guantes.
Fuente: Realizado por los autores
Aspectos éticos de la reanimación
Las metas de la reanimación incluyen preservar la vida, restaurar la salud, aliviar el sufrimiento y limitar la discapacidad. Siempre que se desconozca o sean inciertas las preferencias personales del paciente (respeto a la autonomía, que se alcanza cuando se toman decisiones informadas), lo éticamente apropiado es tratar la condición de emergencia hasta que se disponga de información adicional que sea adecuada con las circunstancias y de la que se pueda establecer evidencia ( 17).
¿Cuándo no es apropiado iniciar y cuándo limitar las intervenciones de reanimación cardiopulmonar?
• Respete la autonomía del paciente, en el caso en que tome la decisión informada del disentimiento para medidas de reanimación o voluntades anticipadas, estas no se ejecutarán. La decisión de limitar las intervenciones o retirar el soporte de vida es justificable si se determina que:
• El paciente tiene muerte cerebral o tiene signos clínicos claros de muerte irreversible (ej.: rigor mortis, livideces, decapitación, descomposición).
• El médico y el responsable del paciente (cuando este no puede tomar una decisión informada), acuerdan que no se pueden cumplir los objetivos del tratamiento.
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