Franz Kafka - Blumfeld, un solterón y otros cuentos

Здесь есть возможность читать онлайн «Franz Kafka - Blumfeld, un solterón y otros cuentos» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Blumfeld, un solterón y otros cuentos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Blumfeld, un solterón y otros cuentos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Selección de cuentos que Franz Kafka escribió en diferentes etapas. Una propuesta de lectura sería: hay que llegar a esta obra sin prejuicios, zambullirse en ese mundo con la mayor inocencia, aceptar que se trata de un universo singular, distinto, con reglas propias; un ámbito paralelo donde lo más ilógico tiene lógica, donde lo onírico se mezcla con lo real, lo fantástico con lo cotidiano; todo dentro de un orden preciso.

Blumfeld, un solterón y otros cuentos — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Blumfeld, un solterón y otros cuentos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Su preocupación al escuchar el largo informe del maestro, a quien devolvió el escrito, se aprecia en el comentario que hizo tras una aparente reflexión:

—La tierra es muy pesada y negra en esa zona. A los topos se les da una alimentación especialmente sustanciosa y por eso se hacen extraordinariamente grandes.

—Pero no tan grandes —gritó el maestro y midió, exagerando un poco en su ira, dos metros en la pared.

—Sin embargo, sí —contestó el sabio, al que por lo visto todo el asunto le parecía muy divertido.

Con esta respuesta regresó el maestro a su casa. Cuenta cómo su mujer y sus seis hijos le esperaban en la carretera, por la noche, bajo la nevada, y cómo les comunicó el definitivo fracaso de sus esperanzas.

Cuando leí lo relativo al comportamiento del sabio hacia el maestro, aún desconocía el escrito principal de este último. Pero, inmediatamente, decidí averiguar y recopilar todo lo que pudiera saber sobre el caso y yo mismo escribir sobre él. Puesto que no podía vérmelas con el sabio, mi escrito debía defender, por lo menos, al maestro, mejor dicho, no tanto al maestro como a la buena intención de un honrado, pero poco influyente, hombre. Confieso que, más tarde, me arrepentí de esa decisión, pues pronto noté que su exposición me iba a colocar en una situación extraña. Por una parte mi influencia no bastaba, ni con mucho, para cambiar la opinión del sabio, ni, incluso, la del público, a favor del maestro. Por otra parte, el maestro debía notar que a mí me importaba menos su intención principal (probar la aparición del enorme topo) que la defensa de su honradez, la cual, a él, por supuesto, le parecía natural y no necesitada de ninguna defensa. Así, entonces, podía ocurrir que yo, que quería apoyarlo, no encontrase en él ninguna comprensión, de modo que en lugar de ayuda necesitase un nuevo protector, algo en verdad, difícil de hallar. Con eso, me echaba encima un gran trabajo.

Si mi intención era convencer, no debía remitirme al maestro, ya que él mismo no había logrado convencer. La lectura de su escrito sólo me hubiera confundido, por lo que evité leerlo antes de la conclusión de mi propio trabajo. A través de otros, él supo de mis indagaciones, pero no supo si yo trabajaba a su favor o en contra suya. Probablemente imaginó esto último (aunque más tarde lo negó) pues puedo probar que me puso distintos obstáculos en el camino. No le era nada difícil ya que yo debía examinar nuevamente las investigaciones hechas por él, en lo cual siempre se me anticipó. En justicia, aquélla era la única objeción a mi método, una objeción, por cierto inevitable, pero muy debilitada, dado el cuidado e incluso abnegación de mis conclusiones finales. Fuera de eso, mi escrito no mostraba ninguna influencia proveniente del maestro. Quizá, en ese aspecto, fui en extremo meticuloso. Me comporté como si antes nadie hubiera analizado el caso, y yo fuera el primero en interrogar a los testigos, en ordenar los datos, y sacar conclusiones. Más tarde, al leer el escrito del maestro —de muy ceremonioso título: Un topo tan grande como nadie lo ha visto jamás —, comprobé que, en las cuestiones esenciales, no coincidíamos, aunque ambos creíamos haber demostrado el problema fundamental, la existencia del topo. Entonces, nuestras diferencias de opinión imposibilitaron el nacimiento de una relación amistosa, que en realidad y a pesar de todo, yo había esperado. Incluso, empezó a manifestar hacia mí una cierta hostilidad, y, aunque conmigo siempre fue humilde y razonable, pude notar, con claridad, sus verdaderos sentimientos. Entendía que yo había dañado la causa del topo, y que mi creencia, de haberlo ayudado o de poderlo ayudar, era producto, en el mejor de los casos, de mi ingenuidad, pero, más probablemente, de mi falsedad y deseo de suplantarlo. Sobre todo, me hizo saber, repetidas veces, que, hasta ese momento, sus adversarios sólo habían mostrado sus reparos frente a él, verbalmente, mientras que yo hice imprimir, enseguida, todas mis objeciones. Además, los pocos adversarios que se ocuparon del asunto, aunque fuera de manera superficial, habían escuchado la opinión del maestro, que sentaba pautas, antes de expresar las suyas propias. Yo, en cambio, había sacado conclusiones de unos datos no recopilados sistemáticamente y, en parte, mal comprendidos. Tales conclusiones, a pesar de ser correctas en lo esencial, debían parecer inverosímiles, tanto entre el público como entre los entendidos, y la más leve sombra de inverosimilitud era lo peor que pudiera ocurrir.

Su escrito rayaba en lo absurdo y pude haber contestado sin dificultad a sus velados reproches, pero más difícil resultaba luchar contra sus otras sospechas. En general, aquélla fue la causa por la cual, me alejé de él que, en secreto, pensaba que yo intentaba robarle su fama de haber sido el primer defensor público del topo. En realidad, no había tal fama, sino una cierta reputación de ridiculez, limitada a un círculo cada vez más pequeño, al cual yo, por supuesto, no pretendía aspirar. Por otra parte, en la introducción a mi escrito, yo había explicado claramente, que el maestro debía ser considerado siempre como descubridor del topo (en verdad, ni siquiera lo era) y sólo la solidaridad hacia él me había llevado a la redacción de mi escrito. "El fin de este trabajo es —escribí, casi patéticamente, al final de mi escrito, en correspondencia con mi excitación de entonces— contribuir a la merecida difusión del escrito del maestro. Si se logra esto pido que mi nombre que, por accidente y superficialmente, se ha cruzado en este asunto sea borrado de él". Como si, de alguna manera, hubiese previsto el increíble reproche del maestro, rechacé cualquier participación mayor. Justo entonces, él encontró elementos en mi contra, y no niego que hubiese un cierto derecho en lo que afirmaba o, más bien, señalaba. Muchas veces me ha llamado la atención que, en algunos puntos, demostrara conmigo personalmente más agudeza que en su escrito. Así, por ejemplo, aseguraba que en mi introducción había un doble sentido. Si mi real intención era difundir su obra, ¿por qué no me ocupaba exclusivamente de él y de ella?, ¿por qué no mostraba sus méritos, su irrefutabilidad?, ¿por qué no abandonaba completamente el escrito y profundizaba más en el propio descubrimiento? ¿No había sido éste ya hecho? ¿Acaso quedaba algo por decir? Si yo creía en la necesidad de efectuar de nuevo el descubrimiento, ¿por qué me apartaba tan rápidamente de él en la introducción?

Quizá la mía pudiera ser una fingida modestia, pero no, era algo peor: yo desvalorizaba el descubrimiento y si le concedía atención era sólo para desvalorizarlo. Lo había investigado y lo dejaba a un lado. Quizá el asunto ya se hubiera silenciado un poco, pero yo volvía a revolverlo, con lo cual había colocado al maestro en una posición más difícil que nunca. ¡Lo que le importaba a él era la defensa de su honradez! Eso y sólo eso le importaba.

Yo lo había traicionado al no comprenderlo ni valorarlo correctamente, y porque no tenía ningún talento para un asunto que iba más allá de mi comprensión.

Él estaba sentado delante de mí y me miraba tranquilamente con su viejo rostro surcado de arrugas. Aquélla era su opinión. Además, no era exacto que sólo le importara el asunto en sí. Incluso, como hombre bastante ambicioso, quería ganar dinero, algo muy comprensible a la vista de su numerosa familia. A pesar de ello, mi interés en un asunto tan pequeño le parecía comparativamente tan reducido que se creía autorizado a presentarse como modelo de desinterés, sin incurrir en gran inexactitud. Ni una sola vez, me sirvió para calmarme, el pensar que, en el fondo, sus reproches se debían a que sujetaba su topo con las dos manos y llamaba traidor a todo aquel que tan sólo quisiese acercarse un palmo. No se conducía así por avaricia, por lo menos no se podía explicar sólo por ese motivo; más bien se trataba de una irritación provocada por su gran esfuerzo y su total falta de éxito.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Blumfeld, un solterón y otros cuentos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Blumfeld, un solterón y otros cuentos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Blumfeld, un solterón y otros cuentos»

Обсуждение, отзывы о книге «Blumfeld, un solterón y otros cuentos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x