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© Vicente Ordóñez Roig, 2022
© De esta edición: Universitat de València, 2022
Publicacions de la Universitat de València
Arts Gràfiques, 13 – 46010 València
Diseño de la colección: Inmaculada Mesa
Corrección y maquetación: Letras y Píxeles, S. L.
Imagen de cubierta: Mar de colores de Maysun Cheikh Ali
ISBN (papel): 978-84-9134-915-0
ISBN (ePub): 978-84-9134-916-7
ISBN (PDF): 978-84-9134-917-4
Depósito legal: 144-2022
Impresión: Innovación y cualificación S.L. (Podiprint)
Cualquier obra producida por el ser humano se nutre de una rica experiencia colectiva. Lo que aquí se dice no representa una excepción. Así las cosas, quiero dejar constancia de mi agradecimiento a mis compañeros Salvador Cuenca, Guillem Llop y Fidel Tomás, que leyeron críticamente el ensayo y sugirieron itinerarios alternativos. Con mi amiga Laura Font discutí ciertos aspectos psicológicos de la concepción del espacio, con Helio Piñón, arquitectónicos, y con Israel Roca, cuestiones de cariz metafísico. Algunos de los temas tratados fueron, asimismo, abordados fragmentariamente en los encuentros de la academia negativa que tuvieron lugar en el Sabbath Café de Castellón entre 2016 y 2019: dejo constancia de mi gratitud a quienes participaron de forma constante y entusiasta en esa tertulia de corazón ácrata. Los colectivos musicales Grup d’Autoajuda y 4rbre ayudaron a gestar parte de las ideas contenidas en esta obra y es justo rendirles tributo. También quisiera agradecer a Bob Brecher –Centre for Applied Philosophy, Politics and Ethics de la Universidad de Brighton–, Guillermo Héctor y Antoine Ducoux –Université Sorbonne Nouvelle– por haberme permitido discutir públicamente varias líneas argumentativas del ensayo. No puedo olvidar a Beatriz Díaz y a Nuria Rovira, con quienes compartí momentos electrizantes y duelos profundos, como tampoco a Pepa Roig, Ángela, Ulises, Emma y Cécile Ordóñez, fulgor en la oscuridad de las cosas. Xelis de Toro, Yael Karavan y Jim Sanders me contagiaron su carnalidad poética, imprescindible para vislumbrar eso que tentativamente denominaré geometría radical. Por último, muchas de las reflexiones contenidas aquí beben de las conversaciones mantenidas entre 2011 y 2017 con Vicente Sanfélix y Javier Urdanibia. Precisamente, Espacio y jerarquía está dedicado a la memoria de Javier Urdanibia Sarasola (1945-2017).
INTRODUCCIÓN
I. ESPACIALIDADES: ESTUDIO POSFENOMENOLÓGICO SOBRE EL ESPACIO
Hiatos
Punciones
Alfileres
Nudos
Posiciones
II. ENERGÍAS: SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE ESPACIOS EPISTEMOLÓGICOS
Puntos
Cilindros
Rangos
Actualizaciones
Espejos
III. EXPLORACIONES: POSIBILIDADES DE UNA GEOMETRÍA RADICAL
Trazas
Desprogramaciones
Piedras
Correspondencias
Disidencias
BIBLIOGRAFÍA
M edeis ageômetretos eisitô : que no entre nadie si no es capaz para la geometría. Como es sabido esta sentencia grabada en el pórtico de la Academia platónica indica, no solo la necesidad de dominar una disciplina matemática propedéutica de la dialéctica, sino y sobre todo que es la geometría la disciplina que con más rigor se aproxima a aquello que se desea por encima de todas las cosas. En primer lugar, igualdad y equidad, rasgos que definen el quehacer geométrico en la medida en que sus operaciones son expresión de las relaciones entre un conjunto sencillo pero completo de axiomas de los que se deduce toda una serie de teoremas que garantizan la conexión entre distintos elementos como puntos, rectas y planos. Y obsérvese que esto puede probarse desde una definición geométrica cualquiera, como la que conecta en un espacio euclidiano n -dimensional (ℝ n) dos puntos x e y a partir de su distancia (x,y) : entre esos dos puntos completamente independientes el uno del otro se establece una relación de equivalencia que expresa métricamente, de un lado, lo que está alejado en términos absolutos; de otro, la distancia de un intervalo sin la cual no podría pensarse ni la continuidad ni el espacio en sentido topológico. En segundo lugar, la geometría es dikaios , justa y recta, porque si bien uno puede ignorar la totalidad de sus principios, no tiene más remedio que aceptar sus resultados como verdades irrefutables: se puede dudar de que la longitud de los catetos de un triángulo equilátero DEF de unidad 1 sean iguales, pero toda vez que se ha establecido una magnitud fundamental que se define por sí misma y es independiente de las demás, su medición arroja siempre el mismo resultado, un resultado inapelable en cuanto que se ajusta a su medida como una superficie cóncava se ajusta a una línea por su parte exterior.
La geometría logra casi sin esfuerzo lo que la filosofía anhela apasionadamente y no termina nunca de alcanzar: igualdad y equidad, de un lado, y justicia y rectitud, de otro. Ahora bien, debe observarse antes que nada que la fórmula de la que parten estas reflexiones no es completa, y que lo que en ella se omite por considerarse de poco o escaso valor dice más de lo que aparentemente cabe suponer. Lo primero que cabe decir es que, según la docta opinión del padre Henri D. Saffrey (1990: 256), la sentencia es probablemente apócrifa, pues la referencia más antigua se encuentra en un escolio del sofista Elio Aristides fechado en el siglo II de nuestra era y no hay indicios ni paleográficos ni filológicos que corroboren su autenticidad. Comoquiera que sea, en dicha fórmula hay una referencia espacial de gran interés para mi investigación: después de la cláusula medeis ageômetretos el sofista añade mou ten stegen ; es decir, que el verbo deponente érkhomai conecta la proposición «nadie versado en o capaz para la geometría» con la proposición «a mi casa», y como sea que en ese «a mi casa» –o si se prefiere una traducción más literal, «bajo mi techo»– se cifran como mínimo tres aspectos que este ensayo aborda más o menos directamente, voy a detenerme en este punto por ver si consigo exponer con su ayuda algunos de sus temas principales.
La sentencia evidencia, en primer lugar, que en su desenvolvimiento como saber acerca del mundo la filosofía delimita un área, acordona una zona o traza una línea divisoria imaginaria para, entre otros, poner coto a una superficie ilimitada, eliminar los deslizamientos, las inversiones y distribuciones no deseadas, protegerse de un exterior amenazante o realizar en el centro de esa demarcación tareas de bricolaje cognitivo con las que enseñorearse de lo real.
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