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Director de la colección: Juli Peretó Coordinación: Soledad Rubio |
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© Del texto: David Iranzo Greus, 2011
© De la presente edición:
Càtedra de Divulgació de la Ciència, 2011
www.valencia.edu/cdciencia
cdciencia@uv.es
Publicacions de la Universitat de València, 2011
www.uv.es/publicacions
publicacions@uv.es
Producción editorial: Maite Simón
Diseño del interior y maquetación: Inmaculada Mesa
Corrección: Communico, C.B.
Cubierta:
Diseño original: Enric Solbes
Grafismo: Celso Hernández de la Figuera
ISBN: 978-84-370-7893-9
Pour Sandrine, la femme que jíaime
Para mi padre, mi madre y mis hermano/as
«... el sueño de ayer es la esperanza
de hoy en día y la realidad de mañana...»
ROBERT H. GODDARD, 1904
INTRODUCCIÓN
Mientras escribo estas líneas para terminar este libro se está conmemorando el cuadragésimo aniversario del primer paso del hombre sobre la Luna. Este hecho, un acontecimiento capital en la historia del siglo XX, es uno de los símbolos más conocidos del espacio, pero el mundo espacial no se limita a esto.
Vivimos en la era espacial. Desde que empecé a trabajar en el sector espacial, la gente me pregunta a menudo: «¿Por qué ir al espacio? ¿No hay cosas más importantes que hacer aquí abajo?». Debe de ser esta misma pregunta la que le hicieron a Cristóbal Colón y a todos los que le siguieron rumbo al oeste, hacia el fin del mundo. Evidentemente hay muchas cosas que hacer aquí abajo, pero también es verdad que muchas cosas que hacemos hoy en día no podríamos hacerlas si no nos escapásemos de la Tierra para subir al espacio: ¿qué tiempo va a hacer mañana?, ¿a qué hora echan el partido de la final del Mundial de Sudáfrica?, ¿puedo llamar por teléfono a mi hermano que está en Australia?, ¿qué carretera cogemos para ir a casa de Vicente? Casi todas estas preguntas no tendrían ningún sentido o no tendrían respuesta si el ser humano no pudiera ir al espacio o enviar objetos allí arriba. Todos los días utilizamos casi sin darnos cuenta satélites de comunicación, de meteorología o de navegación. Parece ser que un ministro europeo dijo una vez: «¿Para qué vamos a lanzar un satélite de meteorología si para saber el tiempo que va a hacer basta con encender la tele?».
Aunque no nos demos cuenta y aunque no lo conozcamos y nos parezca algo misterioso, el espacio forma parte de nuestra vida.
Además de todas estas aplicaciones, la búsqueda de lo desconocido, de las respuestas a las preguntas, ha estado grabada desde siempre en los genes humanos, esto nos diferencia del resto de los animales. Y si el precio del acceso al espacio nos puede parecer caro, ¿qué precio tiene el conocimiento científico? Sólo saliendo al espacio podremos resolver algún día el enigma del origen de nuestro planeta, del origen de la vida, de nuestro origen. Aunque parezca increíble nosotros también venimos del espacio: cada átomo de nuestro cuerpo se formó hace millones de años en la combustión de estrellas ya desaparecidas. En realidad somos «polvo de estrellas».
Finalmente, volviendo al viaje de Colón hacia América, el ser humano siempre ha buscado la aventura, siempre ha intentado descubrir, y ahora que conocemos más o menos nuestro planeta, el espacio nos ofrece una fuente casi infinita de mundos por explorar. No sólo eso, sino que además el espacio nos ayuda a conocer mejor nuestro planeta y nos enseña cómo protegerlo para legarlo a las generaciones futuras. La observación de nuestro planeta desde el espacio ha sido fundamental en la comprensión del cambio climático, así como la exploración de Marte y Venus, donde fenómenos similares se pueden estudiar más fácilmente.
Colón pensaba encontrar un camino para llegar a Asia navegando hacia el oeste y encontró un nuevo mundo. Por muchas razones que encontremos para ir al espacio, nunca podremos imaginar todo lo que podremos descubrir, los nuevos mundos que nos esperan.
Este libro intenta contestar a algunas preguntas sobre el espacio: cómo podemos llegar al espacio, la corta historia de la aventura humana para llegar hasta él, los beneficios para todo el mundo y lo que nos espera en el futuro. El espacio es un medio hostil para los seres humanos y para los objetos que fabricamos, con temperaturas extremas, y un «vacío lleno» de radiaciones peligrosas para nuestro organismo y para nuestros vehículos llenos de componentes electrónicos. Satélites, sondas, vehículos y lanzaderas deben ser controlados y verificados de forma exhaustiva, puesto que no tenemos derecho al error: en la mayoría de casos, un error es irremediable. Es por esto que el espacio es una fuente de desarrollo de tecnologías de alta fi abilidad, muchas de las cuales se utilizan después aquí en la Tierra todos los días.
Tengo la suerte de trabajar en una actividad apasionante, con gente y equipos que piensan tener tanta suerte como yo. Una actividad, el espacio, donde los errores no perdonan pero donde los éxitos son fuente de extraordinarias alegrías y motivación. Desde mis estudios universitarios, cuando tuve la ocasión de trabajar en el diseño de un vehículo para ir a la Luna, hasta mis actividades de hoy en día, que me llevan a los gigantescos edificios de montaje de la lanzadera europea Ariane y a la sala de control del Centro Espacial de la Guayana Francesa, desde donde se producen los despegues, mi interés y fascinación por el espacio no ha hecho más que aumentar. Un mundo, el espacio, donde trabajan actualmente una gran cantidad de ingenieros y científicos españoles, en empresas españolas, pero también en empresas europeas o en la Agencia Espacial Europea.
A pesar de esto, el mundo espacial sigue siendo un mundo desconocido y misterioso para la mayoría de los españoles (y de los europeos). Inspirado por el interés que mis actividades despertaban a mi alrededor, decidí escribir este libro. He intentado explicar el espacio sin fórmulas matemáticas o físicas, utilizando ejemplos de la vida cotidiana. Para los que prefi eran las fórmulas, un corto anexo al final del libro podrá empezar a saciar su curiosidad.
Pero por supuesto que no intento explicarlo todo sobre el espacio, ya que unas cuantas páginas no pueden resumir toda la ciencia y la tecnología relacionadas con el espacio. Aun así, si solamente unos cuantos de los lectores terminan teniendo ganas de aprender algo más sobre el espacio, me sentiré muy satisfecho.
Gracias a Fernando Sapiña y a Publicacions de la Universitat de València sin los cuales este libro no existiría, y gracias a todos los que me han ayudado a mejorarlo. Gracias a los que me han leído, a Vicente, Alfonso, María José, Óscar, Ana y Marisa, y sobre todo gracias a Alan por la idea y a Sandrine por su cariño.
Suresnes, agosto del 2009
Capítulo 1
CÓMO VAMOS AL ESPACIO
En el próximo capítulo veremos que desde la prehistoria el ser humano ha mirado hacia el cielo de día y de noche para intentar comprender lo que había allá arriba. Pero después de miles de años de observación, hace apenas cincuenta años que hemos conseguido llegar al espacio. ¿Por qué hemos tardado tanto? ¿Es tan difícil ir al espacio?
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