Portada
Álvaro Acevedo Tarazona
Raquel Méndez Villamizar
Héctor Mauricio Rojas Betancur
Andrés Correa Lugos
Johana Linares García
Universidad Industrial de Santander
Facultad de Ciencias Humanas
Escuela de Trabajo Social
Escuela de Historia
Bucaramanga, 2022
Página legal
ACEVEDO TARAZONA, ÁLVARO #Manifestante : La indignación estudiantil universitaria en Colombia durante el año 2011 / Álvaro Acevedo Tarazona …[y otros]Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander, 2022 226p.: il., tablas ISBN: E.PUB : 978-958-5188-16-7MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES – COLOMBIA – ACTIVIDADES POLÍTICAS – SIGLO XXI 2. MOVIMIENTOS SOCIALES – COLOMBIA – ACTIVIDADES POLÍTICAS – SIGLO XXI 3. MOVIMIENTOS DE PROTESTA – COLOMBIA – ACTIVIDADES POLÍTICAS – SIGLO XXI 4. ASOCIACIONES ESTUDIANTILES - COLOMBIA – FINES Y OBJETIVOS 5. REFORMA UNIVERSITARIA – COLOMBIA – SIGLO XXI 6. Universidades – colombia – aspectos sociales 7. EDUCACIÓN SUERIOR Y ESTADO – COLOMBIA I. Méndez Villamizar, Raquel II Rojas Betancur, Héctor Mauricio III Correa Lugos, Andrés IV. Linares García, Johana CDD : 371.8109861 Ed. 23 CEP - Universidad Industrial de Santander. Biblioteca Central |
#Manifestante
La indignación estudiantil universitaria en Colombia durante el año 2011
Álvaro Acevedo Tarazona*
Raquel Méndez Villamizar*
Héctor Mauricio Rojas Betancur*
Andrés Correa Lugos
Johana Linares García
*Profesores, Universidad Industrial de Santander
© Universidad Industrial de Santander
Reservados todos los derechos
ISBN: 978-958-5188-16-7
Imagen carátula: César Paredes Téllez
Primera edición, enero de 2022
Diseño, diagramación e impresión:
División de Publicaciones UIS
Carrera 27 calle 9, ciudad universitaria
Bucaramanga, Colombia
Tel.: (607) 6344000, ext. 1602
ediciones@uis.edu.co
Prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin autorización escrita de la UIS
Impreso en Colombia
Prefacio
La investigación y posterior realización de este libro tiene como fundamento la portada de la revista Time al personaje del año 2011. En ella, una mujer con parte del rostro cubierto y mirada profunda expresa el síntoma de un personaje que sacudió al mundo durante un año: el manifestante. Puede que haya sido con intención o no, pero la revista no eligió a la masa de manifestantes, ni a una horda o movilización poderosa de aquellas que doblegaron regímenes políticos en el norte de África; tampoco eligió una protesta de aquellas que pusieron en jaque a Estados Unidos y naciones de Europa ante su impagable endeudamiento económico. Por el contrario, la portada hizo énfasis en la individualidad de un sujeto casi al borde del anonimato, alguien que marcha en medio de centenares de iguales y quien muy seguramente será devorado por el acontecer.
La riqueza de la imagen va mucho más allá de la propuesta visual de la revista. La individualización del manifestante es una característica única de los movimientos sociales contemporáneos, representa a un sujeto intempestivo que rehúsa ser encasillado y se siente único, así comparta gustos, posturas políticas, temores y pasiones con millones de personas. De alguna manera, la imagen de la revista Time sienta a quien la observa en un diván para ser iniciado en una terapia en la cual se debe buscar un síntoma, uno que exprese con cierta fidelidad la relación del individuo con el mundo; el síntoma es ontológico y no histórico. Por eso, es una sola persona, así la problemática involucre a millones, como el movimiento Occupy en el que se protesta por el abuso de un sistema financiero y la capitalización por endeudamiento del futuro. Al final de la noche, el manifestante está solo con su almohada mirando la oscuridad y pensando que dicha sensación de incompletitud tal vez sea síntoma de un mundo también incompleto, atomizado, en medio de una palabra o de un estado no menos sintomático: la globalización.
El síntoma de una época, de un momento, de una cresta en la temporalidad ya ha sido analizado por Hegel, Karl Marx o Lacan. En términos generales, es concebido como una expresión del inconsciente que irrumpe para dislocar el funcionamiento “normal” del sujeto. El manifestante no pretende seguir con la norma impuesta por el sistema, se siente ahogado, necesita explotar y como él, millones pasan por la misma situación. Ahora bien, cuando el manifestante explota y hace evidente el síntoma, se siente mejor; sin embargo, el malestar no desaparece, en otras palabras, siempre van a existir movilizaciones, protestas y rebeliones, condición esencial del ser en tanto es.
Un revolucionario puede ser entendido como la incompletitud ontológica del sujeto con el mundo; no obstante, el sistema se encarga de hacerle creer que su carencia es un problema personal que puede ser controlado con medicación y resignación, en otras palabras, ser revolucionario es para el sistema una falla del sujeto y no del propio sistema. Esta situación complejiza cualquier intento de rebeldía y revolución. Desde el año de 1968 el sistema deja de ser el problema y las protestas se centran en ahogar los síntomas desde la particularidad. Los movimientos por las luchas sexuales y de género, ambientalistas o cívicos son prueba de ello.
Este libro, más que una investigación dirigida a un público específico, es un llamado a comprender la movilización y la protesta; una invitación para todo aquel que quiera preguntarse por el sentido histórico del devenir revolucionario y considere la importancia de comprender el manifestante y la protesta de la actualidad, y si quiere, aúne fuerzas por una protesta que vaya más allá de una tendencia, una moda, una indignación, y aún si es del caso, se comprometa con el porvenir.
Introducción
Si bien las protestas y movilizaciones sociales son ampliamente analizadas por la teoría social, aún es preciso reconstruir la evolución del manifestante en las movilizaciones sociales contemporáneas. Argumenta Marc Bloch1 la imperiosa necesidad de conocer el presente para comprender el pasado, por ello, esta investigación propende por estudiar al manifestante universitario en el año 2011 en Colombia. De manera que a partir de su expresión en la protesta de rechazo a la reforma de la Ley 30 de 1992 de la Educación Superior en Colombia y con el apoyo de información en prensa y de repositorios digitales, se intentará dar respuesta a la pregunta ¿qué es hoy un manifestante y por qué su acción social colectiva ha cambiado?
La delimitación conceptual puede definir al manifestante como una persona que exhibe una postura en desacuerdo. La actuación de este manifestante desnuda sus pretensiones y muestra su opinión ante un tema que lo interpela. Para ser un manifestante se requiere de una convicción personal derivada de una motivación interna que se exterioriza. Es el primer paso en la pretensión de ser libre y es la unidad fundamental de la manifestación. El manifestante es de por sí rebelde, como lo señala Albert Camus: “un hombre que dice no. Pero si se niega, no renuncia: es además un hombre que dice sí desde su primer movimiento. Un esclavo, que ha recibido órdenes durante toda su vida, juzga de pronto inaceptable una nueva orden”2.
La rebeldía busca crear acontecimientos, arrebatarle al devenir la monotonía de una existencia direccional y hacer del futuro un proyecto con sus propias manos. Las manifestaciones que integran miles de personas están fundamentadas a partir de sujetos que consideran tener la razón al defender un derecho o una causa justa. Este principio avalado por otros que se suman a la movilización como síntoma de inconformismo rompe la cotidianidad y da impulsos para defender una causa:
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