Gianluigi Pascuale - 365 días con Francisco de Asís
Здесь есть возможность читать онлайн «Gianluigi Pascuale - 365 días con Francisco de Asís» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:365 días con Francisco de Asís
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
365 días con Francisco de Asís: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «365 días con Francisco de Asís»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
365 días con Francisco de Asís — читать онлайн ознакомительный отрывок
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «365 días con Francisco de Asís», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
Por eso, las personas de toda clase, sexo y edad encuentran en él enseñanzas claras de doctrina salvífica, así como espléndidos ejemplos de obras de santidad. Si algunos quieren emprender cosas arduas y se esfuerzan aspirando a carismas más elevados de caminos más excelentes, mírense en el espejo de su vida y aprenderán toda perfección. Si otros, por el contrario, temerosos de lanzarse por rutas más difíciles y de escalar la cumbre del monte, aspiran a cosas más humildes y llanas, también estos encontrarán en él enseñanzas apropiadas. Quienes, en fin, buscan señales y milagros, contemplen su santidad, y conseguirán cuanto pidan.
Y, ciertamente, su vida gloriosa añade una luz más esplendente a la perfección de los primeros santos; lo prueba la pasión de Jesucristo y su cruz lo manifiesta colmadamente. En efecto, el venerable Padre fue marcado con el sello de la pasión y cruz en cinco partes de su cuerpo, como si hubiera estado colgado de la cruz con el Hijo de Dios. Gran sacramento es este (Ef 5,32), que patentiza la sublimidad de la prerrogativa del amor; pero encierra un arcano designio y un misterio venerando, que creemos es conocido de Dios solamente y en parte revelado por el mismo Santo a cierta persona.
(Tomás de Celano, Vida primera, II, 1: FF 474-478)
25 de enero
Un día de invierno, san Francisco llevaba puesto, doblado en forma de manto, un paño que le había prestado cierto amigo de los hermanos de Tívoli. Y, estando en el palacio del obispo de Marsi, se le presentó una viejecita que pedía limosna. Enseguida soltó del cuello el paño y se lo alargó –aunque no era suyo– a la viejecita, diciéndole: «Anda, hazte un vestido, que bien lo necesitas». Sonrió la viejecita, y, sorprendida, no sé si de temor o de gozo, tomó de las manos el paño. Se fue enseguida y, para no correr –si tardaba– el peligro de que lo reclamasen, lo cortó con las tijeras.
Pero, al comprobar que el paño cortado no bastaba para una túnica, tornó a donde el Santo, en las alas de la generosidad que había experimentado, y le hizo ver lo insuficiente del paño. El Santo volvió los ojos al compañero, que llevaba a la espalda otro de igual medida, y le dijo: «¿Oyes, hermano, lo que dice esta pobrecilla? Suframos el frío por amor de Dios y da el paño a la pobrecilla para que complete la túnica». Dio él, dio también el compañero; y, despojados el uno y el otro, vistieron a la viejecita.
(Tomás de Celano, Vida segunda, II, 53: FF 673)
26 de enero
En la ermita de los hermanos de Sarteano, el maligno, aquel que envidia siempre los progresos de los hijos de Dios, osó tentar al Santo de este modo.
Veía que el Santo se santificaba más (cf Ap 22,11) y que no descuidaba por la de ayer la ganancia de hoy. Una noche en que se daba a la oración en una celdilla, el demonio lo llamó tres veces:
—Francisco, Francisco, Francisco.
—¿Qué quieres? –respondió este.
—No hay en el mundo –replicó aquel– ni un pecador a quien, si se convierte (cf Ez 33,9), no perdone el Señor; pero el que se mata a fuerza de penitencias, nunca jamás hallará misericordia (cf Dan 3,39).
Enseguida, una revelación hizo ver al Santo la astucia del enemigo, que se había esforzado para inducirlo a la tibieza. Pero, ¿qué más? El enemigo no desiste de presentar nuevo combate. Y, viendo que no había acertado a ocultar el lazo, prepara otro: el incentivo de la carne. Pero en vano, porque quien había descubierto la astucia del espíritu, mal pudo ser engañado con el sofisma de la carne. El demonio desencadena, pues, contra él una tentación terrible de lujuria. Mas el bienaventurado Padre, en cuanto la siente, despojado del vestido, se azota sin piedad con una cuerda: «¡Ea, hermano asno! –se dice–, te corresponde estar así, aguantar así los azotes. La túnica es de la Orden, y no es lícito robarla; si quieres irte a otra parte, vete».
Mas como ve que las disciplinas no ahuyentan la tentación, y a pesar de tener todos los miembros cárdenos, abre la celda, sale afuera al huerto y desnudo se mete entre la mucha nieve. Y, tomando la nieve, la moldea entre sus manos y hace con ella siete bloques a modo de monigotes. Poniéndose ante estos, comienza a hablar así el hombre: «Mira, este mayor es tu mujer; estos otros cuatro son tus dos hijos y tus dos hijas; los otros dos el criado y la criada que se necesitan para el servicio. Pero date prisa –continúa– en vestir a todos, porque se mueren de frío. Y, si te molesta la multiplicada atención que hay que prestarles, sirve con solicitud al Señor sólo».
El diablo huye al instante confuso y el Santo se vuelve a la celda glorificando al Señor.
Un hermano piadoso que estaba en oración a aquella hora fue testigo de todo gracias a la luz de la luna, que resplandecía más aquella noche. Mas el Santo, enterado después de que el hermano lo había visto aquella noche, le mandó que, mientras él viviese, no descubriera a nadie lo sucedido.
(Tomás de Celano, Vida segunda, II, 82: FF 703)
27 de enero
A todos los reverendos y muy amados hermanos (...) el hermano Francisco, hombre vil y caduco, vuestro pequeñuelo siervo, os desea salud en aquel que nos redimió y nos lavó en su preciosísima sangre (cf Ap 1,5); al oír su nombre, adoradlo con temor y reverencia, rostro en tierra (cf 2Esd 8,6); su nombre es Señor Jesucristo, Hijo del Altísimo, que es bendito por los siglos (cf Lc 1,32; Rom 1,25).
Oíd, señores hijos y hermanos míos, y prestad oídos a mis palabras (He 2,14). Inclinad el oído de vuestro corazón y obedeced a la voz del Hijo de Dios (Is 55,3). Guardad en todo vuestro corazón sus mandamientos y cumplid perfectamente sus consejos.
Confesadlo, porque es bueno, y ensalzadlo en vuestras obras (Sal 135,1); porque por esa razón os ha enviado al mundo entero, para que de palabra y de obra deis testimonio de su voz y hagáis saber a todos que no hay omnipotente sino él (cf Tob 13,4). Perseverad en la disciplina (Heb 12,7) y en la santa obediencia, y lo que le prometisteis con bueno y firme propósito cumplidlo. Como a hijos se nos ofrece el Señor Dios (Heb 12,7).
Así pues, os ruego a todos vosotros, hermanos, besándoos los pies y con la caridad que puedo, que manifestéis toda reverencia y todo honor, tanto cuanto podáis, al santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, en el cual las cosas que hay en los cielos y en la tierra han sido pacificadas y reconciliadas con el Dios omnipotente.
(Carta a toda la Orden: FF 215-217)
28 de enero
Ruego también en el Señor a todos mis hermanos sacerdotes, los que son y serán y desean ser sacerdotes del Altísimo, que siempre que quieran celebrar la misa, lo hagan simple y llanamente reverenciando el verdadero sacrificio del santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, con intención santa y limpia, y no por cosa alguna terrena ni por temor o amor de hombre alguno, como para agradar a los hombres; sino que toda la voluntad, en cuanto la gracia la ayude, se dirija a Dios, deseando agradar al solo sumo Señor en persona, porque allí solo Él mismo obra como le place; porque, como Él mismo dice: Haced esto en memoria mía (Lc 22,19) si alguno lo hace de otra manera, se convierte en Judas, el traidor, y se hace reo del cuerpo y de la sangre del Señor (cf 1Cor 11,27).
Recordad, hermanos míos sacerdotes, lo que está escrito de la ley de Moisés, cuyo transgresor, aun en cosas materiales, moría sin misericordia alguna por sentencia del Señor. ¡Cuánto mayores y peores suplicios merecerá padecer quien pisotee al Hijo de Dios y profane la sangre de la alianza, en la que fue santificado, y ultraje al Espíritu de la gracia! (Heb 10,28-29). Pues el hombre desprecia, profana y pisotea al Cordero de Dios cuando, como dice el Apóstol, no distingue (1Cor 11,29) ni discierne el santo pan de Cristo de los otros alimentos y obras, y o bien lo come siendo indigno, o bien, aunque sea digno, lo come vana e indignamente, siendo así que el Señor dice por el profeta: Maldito el hombre que hace la obra de Dios fraudulentamente. Y a los sacerdotes que no quieren poner esto en su corazón de veras los condena diciendo: Maldeciré vuestras bendiciones (Mal 2,2).
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «365 días con Francisco de Asís»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «365 días con Francisco de Asís» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «365 días con Francisco de Asís» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.