La percepción de la realidad con la que un pueblo haya crecido (su trauma social) establecerá cómo se contarán sus historias y, visto esto, se percibirá el origen de determinadas naturalezas narrativas para el cumplimiento de diseños audiovisuales. Sin el afán de entrar en una revisión de todos los sistemas narrativos, tomaremos como ejemplo uno de los más significativos, el hollywoodense. El sistema narrativo norteamericano, independientemente de ser efectista o no (y últimamente falto de originalidad) está dedicado a dejar un mensaje específico en la audiencia, cualquiera que sea y sin necesidad de idea moral, solo un mensaje, algo que debería llevar al público a una proyección mental de la vida de los personajes y la progresión de la historia después del fin de la obra. ¿Cómo es en realidad el “siempre” del “Felices para siempre”?
El conjunto narrativo hollywoodense, en su estado general, no será tan duro como el de España, por ejemplo, que se centra en sugerir y establecer motores en la dinámica de los personajes para llegar al público. Esta diferencia de planteamientos no hace una narrativa audiovisual más válida que otra, sino que establecerá límites sobre los cuales trabajar y lograr, por un lado, una mayor identificación del público con la trama, y por otro, mejor representación de la realidad que el público reconoce.
Pero no entreguemos toda esta capacidad de decisión al público. Mientras este espera recibir algo, una información específica, el narrador o emisor desea contar su percepción exclusiva e individual de las cosas, a la par de sus propias consternaciones y preocupaciones, seguramente sin mayor importancia para el mundo, pero sin duda una opinión válida que espera ser oída.
Lo que el público ha de recibir para poder construir su realidad audiovisual será el punto medio entre ambos extremos, donde el filtro y el interés del narrador logrará que aquel tema tan importante en espera de ser absorbido por el público se vuelva una visión de su mundo, fundamentado en cinco pilares básicos de la comunicación audiovisual.
1. Narrativa.Se debe tener como objetivo contar algo. Ojo, no se trata de UNA visión de LA realidad, sino de LA visión de UNA realidad.
2. Público.Debe existir a quién contárselo. No sirve de nada hacer ningún despliegue solo para tener algún disfrute personal. La meta es comunicar y compartir.
3. Manipulación.Lo que contamos tomará partes de nuestra perspectiva de la realidad y la acondicionará a nuestros intereses. Y en caso de que te preguntes: ¿Pero dónde queda el documental? Ahhh… sorpresa. El documental también muestra una perspectiva y cumple con los intereses de su realizador. Seguramente con una intención más realista, pero ¿según la realidad de quién?
4. Poder.Llegar a un público específico y comunicar una idea implica la capacidad de mover a la gente, de influenciar su día a día. De una manera o de otra, llegar a comunicar masivamente, como es lo audiovisual, implica autoridad. Si el conocimiento es poder, el manejo de ese conocimiento es (casi) poder absoluto.
5. Responsabilidad.Winston Churchil dijo: “El precio de la grandeza es la responsabilidad”. La capacidad de llegar a las masas, de manipular la visión del mundo, de congregar a las personas, desemboca en la gran responsabilidad que implica manejar la percepción de la realidad que tendrán los demás.
Es con el entendimiento del mundo, que le permitirá manejar esas realidades, que un realizador se envuelve con ese manto de creatividad para desarrollar un proyecto y repercutir en las personas.
¿Qué es, entonces, la realidad aplicada como elemento audiovisual?
Es el conjunto de elementos psicosociales que, con una valoración específica por parte del emisor y del receptor, lograrán envolver al público con sensaciones y estímulos más allá de la pantalla, sin haber forzado lo que percibimos como individuos. Finalmente, es imaginación y control; es lo que percibes y, por lo tanto, lo que eliges percibir.
El realizador de guerrilla |
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No es quién soy por debajo, sino lo que hago, lo que me define .
Christian Bale como ‘Bruce Wayne’ / ‘Batman’ en
Batman Begins (2005); guion de Christopher Nolan y David S. Goyer, dirige Christopher Nolan.
¡Ahora sí! Ya mucha filosofía. Entramos a la realización audiovisual y empezamos por ti, el nuevo realizador de guerrilla. Y vas a ser de guerrilla porque vas a tener muchas cosas en contra, menos elementos de los que realmente necesitas, y te vas a equivocar de todas maneras (asume eso, ningún libro, clase o mentor va a evitarlo).
Tus principales ventajas consisten en que conoces el terreno, tienes una misión y la determinación de cumplirla, y eso supera cualquier obstáculo. Y si Vietnam le ganó la guerra a Estados Unidos fue por eso, y si vas a cumplir tu proyecto, será por eso.
¿De qué se trata ser el productor de guerrilla? Es el líder del grupo, la cabeza que se ha de seguir. Aunque delegue la administración de áreas y esta se divida en departamentos, él es el responsable de cada segundo de tiempo empleado o perdido, de cada tornillo de equipo nuevo u oxidado y de cada gota de sudor del personal.
El primer paso para embarcarte en el proceso audiovisual es aceptar las condiciones en las cuales laborarás, sin olvidar lo que quieres comunicar. Para esto debes cumplir con cuatro fundamentos:
1. Determinación.Implica valentía e intrepidez, vitales para sobrellevar el largo proceso de trasladar la idea al papel, del papel a la producción y de la producción a la pantalla. Solo el sentir la necesidad de contar algo de manera audiovisual y tratar de lograrlo significa que estás capacitado para aprender las técnicas apropiadas. Pero combina esto con precaución, porque producir es como salir con alguien en una cita; hay que ser perseverante pero sobreseguro, de lo contrario solo terminarás con el corazón roto y con el bolsillo vacío.
2. Aceptación.Solo si te consideras a ti mismo como un realizador serás visto por los demás de esta manera; y esto es crucial tanto dentro como fuera del proceso, ayudando a tu posicionamiento como cabeza de equipo. Por lo tanto, debes crearte una imagen propia con la cual firmes tu trabajo y te hagas notar.
3. Percepción.Por lo mismo que eres un artista debes mantener tu creatividad y sensibilidad, ser impresionable y artísticamente accesible a los contextos que te rodean, a la par de poder concebir historias y decantar temáticas a partir de tu entorno.
4. Rebeldía.Debes pensar de manera abierta y ser innovador. Salte del molde y no hagas caso a los “Imposible” o los “No se puede”. Tienes que ir en contra del statu quo y arremeter contra los sistemas que limitan el proyecto. Así demostrarás la importancia que le das a la producción y la habilidad que tienes para lograr tus objetivos.
Además, hay ciertos conocimientos a partir de este punto que permitirán el desarrollo del proyecto y su entendimiento como producto audiovisual desde su concepción y extenderse en su creación. Dichos conocimientos abarcan la narrativa, la cinematografía, la estética y la lingüística.
Narrativa.Tienes que poder entender el guion y la historia que ahí se encuentra, así como ser capaz de seguir la trama, moldearla a tus intereses comunicativos y acondicionarla a las disponibilidades y variaciones que puedan darse en la producción, independientemente de si escribiste el guion o no.
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