Araceli Mateos Ghosh - Post Tenebras - La danza de Ada

Здесь есть возможность читать онлайн «Araceli Mateos Ghosh - Post Tenebras - La danza de Ada» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Post Tenebras: La danza de Ada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Post Tenebras: La danza de Ada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tras sufrir un aborto, Ada, una joven profesora de danza que vive condicionada por los fantasmas de su pasado, se sumerge en una profunda crisis personal que desemboca en un punto de inflexión en su vida.
Con el apoyo incondicional de su padre y de su mejor amiga, decide iniciar una terapia psicológica en la que hará frente a las devastadoras secuelas que arrastra desde su infancia. En este proceso intentará superar las barreras que le impiden avanzar y conocerse a sí misma.
Un intenso viaje iniciado desde el interior en el que se conjugan elementos tan universales como la pérdida, el amor, la culpa, la amistad o la esperanza.

Post Tenebras: La danza de Ada — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Post Tenebras: La danza de Ada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Hecho. —Carlos golpeó la mesa con un dedo y asintió.

Después de la cena, el ambiente se distendió aún más y gran parte de los comensales se animaron a pasar a la barra. Carlos se perdió entre la multitud hablando con unos y con otros. Bruna le acompañaba cuando la requería, haciendo gala de ser una estupenda relaciones públicas. Yo ya me había relajado por completo.

Dos copas para una abstemia era demasiado, así que a las once le pedí a Bruna, que me acompañara al hotel. Ella también quería marcharse para aprovechar al día siguiente el spa conmigo, así que nos marchamos juntas. Bruna se bajó en el segundo piso. Yo me quité los zapatos y, cuando me di cuenta, volvía a estar en la planta baja. Pulsé, ahora sí, el botón de la cuarta planta.

Un brazo se introdujo cuando la puerta se cerraba y esta se volvió a abrir. Un hombre trajeado se coló ágilmente en el ascensor.

—También voy a la cuarta planta —dijo divertido mirando mis pies descalzos.

Eché un vistazo hacia arriba. Quise ponerme los zapatos de nuevo, pero ya no tenía sentido. Volví a mirar de reojo varias veces. Fingí no darme cuenta de cómo se le ajustaba la camisa a su cuello hercúleo, ni de su nuca afeitada de pelo negro. Tampoco miré apenas sus ojos oscuros rodeados de largas pestañas. Cerré los ojos para no mirar más. Olía muy bien.

Llegamos a la cuarta planta cuando fingía no mirar. La puerta se abrió y ambos salimos en la misma dirección. Pisé su talón y caí de rodillas al suelo.

—¿Estás bien? —El chico se agachó preocupado, apoyando una rodilla en el suelo.

—Sí... creo. —No me moví, paralizada por el bochorno.

Él me ayudó a levantarme y entonces reaccioné. Apoyé el pie y lo levanté de nuevo, comencé a andar cojeando de forma absurda, porque en realidad no sentía dolor más que en mi propio ego.

—Te acompaño hasta tu habitación. —Me cogió por el codo—. ¿Quieres que avise a alguien?

—No te preocupes, esta es mi habitación. —Señalé la 444.

—Vaya, la mía es la siguiente — sonrió. Me soltó el codo y se colocó justo delante de mí—. ¿Estás segura de que no necesitas nada? Estamos en un congreso médico.

Yo le reí la gracia mientras él esperaba una respuesta. Le miré durante unos segundos en los que cupieron muchas posibilidades. Negué despacio con la cabeza, con una medio sonrisa y finalmente saqué la tarjeta del bolso.

—Gracias por tu ayuda.

—No ha sido nada. Que descanses.

Cerré la puerta tras de mí con el corazón galopándome en el pecho. Mi cuerpo vibraba desinhibido por el alcohol. Esperé cerca de la puerta hasta que, pasados largos segundos, escuché cómo se cerraba la suya.

Arrojé los zapatos hacia una esquina de la habitación. Y me mordí el labio mirando hacia la pared que daba a la otra habitación. Deseé haber tenido más confianza en mí misma.

Me tumbé en la cama después de quitarme el vestido, pensando en la manera en que ese hombre había encendido en mí algún interruptor desconocido. Mis manos viajaron hasta el centro de mi cuerpo imaginando que eran las suyas, calibrando el peso de su cuerpo en mi mente. Saboreé un beso lento. Lamí su cuello mientras él se deslizaba hacia abajo. Su nariz hundida en mi sexo húmedo, su lengua moviéndose al ritmo de mis caderas...

Ahogué un orgasmo intenso en la almohada, totalmente extasiada. A continuación, un sueño placentero vino a buscarme.

4. LA TERAPIA

Después de un circuito en el spa del hotel y un masaje de una hora, el confortable coche de Carlos nos sirvió para dormir todo el camino de vuelta a Bruna y a mí.

Mi amiga había reído a carcajadas cuando le conté el ridículo incidente de mi caída en el pasillo del hotel. Yo le pedí que bajara la voz, porque algunas personas estaban escuchando desde el jacuzzi de al lado. Ella movió una mano restándole importancia y me regañó por no conseguir, como mínimo, su teléfono. A mí no se me ocurría cómo podría haber conseguido semejante cosa con mis escasas habilidades sociales.

Carlos nos despertó nada más aparcar al otro lado del parque. Tenía prisa por llegar al centro, porque había quedado en casa de sus padres para comer. Me despedí de ellos soñolienta y caminé para atravesar el parque.

El pulso se me aceleró cuando le vi. Estaba esperando en el portal, apoyado en el murete. Parecía tranquilo, pero diferente; se había dejado crecer la barba en estos meses.

Él me vio también y se irguió. Se metió las manos en los bolsillos y miró al suelo. Volvió a sacar las manos de los bolsillos, perdiendo cualquier resto de su calma anterior.

—¿Te ayudo con eso? —preguntó cuando llegué a su altura, aunque no esperó a que respondiera y cogió la bolsa.

—Hola.

Xavi hizo un gesto con la cabeza para saludarme. Había llegado el momento.

Le di también la funda con el vestido mientras abría la puerta. No dejó de mirarme en el ascensor. Parecía pensar a toda velocidad. Yo, por mi parte, ya había aceptado que debíamos hablar y que él se merecía una explicación, aunque nunca me pareciera un buen momento.

—Pasa. Deja la maleta ahí mismo —dije tirando las llaves al plato de la entrada.

Xavi dejó la maleta y sus zapatos en la entrada, como cuando vivía en casa, y se dirigió a su sitio habitual en el sofá.

—¿Quieres tomar o comer algo?

—No, solo necesito hablar.

Me senté frente a él, despacio, puse un cojín en mi regazo.

—Han pasado meses desde que me pediste que me fuera porque necesitabas pensar. He sido muy paciente, pero necesito que me expliques qué ha pasado.

Pensé unos segundos en cómo expresar la verdad de lo que sentía.

—Ya no te quiero —dije. Y me arrepentí al momento de no haberlo edulcorado o, dicho de otra forma.

Se hizo un silencio mientras él procesaba mis palabras, que habían sido como un golpe en el estómago. Algo se rompió dentro de él, pude verlo en la expresión de su cara. Mis palabras habían sonado más duras de lo que habían sido en mi cabeza. Me odié por la falta de tacto. Ambos nos contuvimos. Y el ambiente se hizo pesado e irrespirable.

—Lo siento —susurré soltando el cojín y acercándome a él.

—No. —Levantó una mano.

Me quedé parada por un segundo y entonces volví a mi posición anterior.

—Al menos ya sé a qué atenerme. Pero dime una cosa, ¿alguna vez has estado enamorada de mí?

Guardé silencio unos instantes tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—No lo sé —respondí con total sinceridad—. He intentado corresponderte, me he esforzado, lo juro. Tú sabes que algo nos faltaba, tú lo has sabido todo este tiempo tan bien como yo. Pero hemos preferido no verlo.

—Me estás destrozando —respondió frotándose los ojos con la palma de la mano.

—Querías escuchar la verdad, que te diera explicaciones. Pues bien, no tengo otra verdad para ti más que esta.

—¿Es necesario ser cruel? ¿No te puedes poner en mi lugar? He pasado de tener a la mujer que quiero y esperar un hijo a perderlo todo.

—¿Te puedes poner tú en el mío? —casi grité perdiendo los nervios—. No puedo estar contigo, no puedo. Porque cada vez que me veo en tus ojos veo a una persona que no soy. Y, aunque lo intente, no siento lo que debo, nunca llegaré a ser lo que esperas de mí. Soy débil, soy cruel. Imperfecta. ¡Estoy jodida!

—No lo eres, ¿por qué te empeñas en autodestruirte? Yo te veo tal y como eres.

—No. Tú te has formado una idea de lo que soy. No me conoces una mierda. Acéptalo ya y márchate de una puta vez de mi vida. —Tiré el cojín contra suelo y me levanté. Señalé la puerta de la calle.

Xavi se limpió una lágrima rabiosa antes de que cayera y después hizo temblar las paredes tras cerrar de un portazo la puerta de la calle.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Post Tenebras: La danza de Ada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Post Tenebras: La danza de Ada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Post Tenebras: La danza de Ada»

Обсуждение, отзывы о книге «Post Tenebras: La danza de Ada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x