Araceli Mateos Ghosh - Post Tenebras - La danza de Ada

Здесь есть возможность читать онлайн «Araceli Mateos Ghosh - Post Tenebras - La danza de Ada» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Post Tenebras: La danza de Ada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Post Tenebras: La danza de Ada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tras sufrir un aborto, Ada, una joven profesora de danza que vive condicionada por los fantasmas de su pasado, se sumerge en una profunda crisis personal que desemboca en un punto de inflexión en su vida.
Con el apoyo incondicional de su padre y de su mejor amiga, decide iniciar una terapia psicológica en la que hará frente a las devastadoras secuelas que arrastra desde su infancia. En este proceso intentará superar las barreras que le impiden avanzar y conocerse a sí misma.
Un intenso viaje iniciado desde el interior en el que se conjugan elementos tan universales como la pérdida, el amor, la culpa, la amistad o la esperanza.

Post Tenebras: La danza de Ada — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Post Tenebras: La danza de Ada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Finalmente, volví a casa muy avergonzada, envuelta en mi propia inmundicia debido a la relajación del esfínter. Pero para Marcelo Murano, mi padre, que sabía de lo que hablaba, no podía dejar de ir en metro, ni de acudir a lugares concurridos, aunque me sintiera morir. No podía porque entonces regresaría la agorafobia, y ya no podría salir de casa. Otra vez.

Él me había acompañado en un periplo de psiquiatras infantiles, psicólogos y una larga lista de especialistas en los que se había dejado la piel y el dinero. La ayuda fue poca, o al menos poco efectiva. Los diagnósticos, diversos a lo largo de los años.

En la adolescencia, la ansiedad y los ataques de pánico comenzaron a ser insoportables. Incapacitantes. Deprimentes. Ansiolíticos y antidepresivos formaron parte de mi vida desde los diecisiete años. Demasiado joven para unos efectos secundarios tan devastadores. No tuve tiempo de saber qué era disfrutar del sexo, por ejemplo. No sabía lo que era un orgasmo, apenas tenía libido.

Xavi sostuvo mi mano todos esos años, sin quejas ni titubeos. Renunciando la mayor parte del tiempo a comportarse como los chicos de nuestra edad, aguantando que yo estuviera triste o no quisiera salir. Él siempre estuvo allí, primero como amigo desde la primaria, y después como pareja desde los diecisiete. Y no solo él se había portado bien conmigo; sus hermanas y sus padres me acogieron como una más.

El sentimiento de culpa para con él crecía a medida que pasaban los años: él había dado tanto, y recibido tan poco. Yo me esforzaba por corresponderle. Nunca reconocería que cada uno de los orgasmos que tuve con él fue fingido. Era totalmente vergonzante, pero fue la única manera que encontré de no hacerle más daño.

El embarazo llegó por sorpresa. Leí las instrucciones de uso de la prueba veinte veces hasta que me convencí de que había dado positivo.

Entonces comenzó a perseguirme una pesadilla cada noche; me veía tumbada en la cama, catatónica. De pronto sentía presión en la garganta. Intentaba toser, pero había algo atorado. Mi boca se llenaba pastillas. Rebosaban. Yo las empujaba con la lengua para no asfixiarme. Pero no importaba cuántas escupiera, porque no dejaban de aparecer desde el fondo de mi garganta. Intentaba mover los brazos para llegar hasta mi boca, pero no respondían, y mi respiración se hacía cada vez más rápida. Me ahogaba mientras brotaban lágrimas de impotencia de mis ojos.

La medicación, había comprobado con los años, te envuelve en una estabilidad forzada en la que tu yo no fluctúa naturalmente. La personalidad original de uno se disuelve a medida que la química del cerebro se nivela. Y se muere un poquito más cada día. Así que tú vives con un piloto automático puesto que te lleva a una velocidad de crucero por la vida.

¿Quién era yo en realidad? Era una especie de zombi con miedo a todo lo que me rodeaba, con miedo a vivir.

Le pedí al médico que me pautara la retirada de todo lo que tomaba. Tenía la firme disposición de conocerme, fuera cual fuese el resultado. Y de darle a mi hijo lo mejor de mí.

Y con el paso de las semanas comencé a notar cambios importantes. Tras el impacto inicial de quedarme embarazada tomando anticonceptivos orales, me poseyó la dulce sensación de crear vida dentro de mí. Qué bonita ilusión. Unas gotas de agua en una boca sedienta.

A veces pensaba que era imposible que hubiese acabado bien. Qué podría haberle esperado a un hijo mío si yo era un absoluto desastre. Ni siquiera podía cuidar de mí misma. Ni siquiera estaba enamorada de su padre. Sacudí la cabeza para apartar esos pensamientos recurrentes que tanto me asediaban.

Era la hora de marcharme. Metí la ropa de baile en la bolsa de deporte y cogí las llaves del plato de la entrada. Mi móvil vibró en el bolsillo de atrás del vaquero. Ya llegaba tarde, así que dudé en cogerlo.

—Hola, Bruna, estoy saliendo de casa —dije rápido, sujetando el móvil con el hombro mientras echaba la llave—. Llego tarde al conservatorio.

—Hola. Sí, sí, lo sé, no te metas en el ascensor todavía. No tardo nada —contestó de carrerilla—. Carlos nos ha invitado el fin de semana a un congreso a las afueras.

Carlos no nos había invitado. Ella le había obligado a aceptar que yo también iba.

—¿Un congreso de medicina?

—De neurobiología. Carlos recibió la invitación de su jefe de sección de neurología y creo que te va a parecer interesante. Y tiene un balneario. Y dan masajes. Y no acepto un no.

—Vale, pero paso del congreso. Y me recogéis.

—Trato hecho —contestó triunfal.

Que Bruna me arrastrara a un evento era lo más habitual. Ella era abogada, conocía a mucha gente y siempre recibía invitaciones a sitios a los que a mí no me apetecía ir, llenos de personas con conversaciones de ascensor. Al final del evento, si no desaparecía antes, me dolía la cara de sonreír y terminaba preguntándome qué le encontraba la gente a esa forma de relacionarse.

Bruna había conocido a Carlos hacía seis meses, en un caso de demanda sobre el hospital donde él trabajaba como neurólogo. Y desde entonces no se habían separado. Sus amigos no podíamos creer que Bruna mantuviese una relación de más de unas semanas, pero todo apuntaba a que ambos iban en serio.

—Otra cosa —añadió justo cuando terminaba de pulsar el botón para llamar al ascensor—. Xavi no deja de llamarme para que interceda y al principio no te he dicho nada, pero ya han pasado siete meses, Ada. Creo que...

—No puedo, Bruna, todavía no —la corté tajante—. Viene el ascensor, te cuelgo. Hablamos más tarde.

Todos con la misma cantinela. Le odiaba por quererme pese a todo, o quizá me odiara a mí misma por no tener la suficiente fortaleza para coger las riendas y llevar mi vida por donde quería. Tal era mi egoísmo y mi debilidad.

Aún le echaba de menos. A rabiar. Su risa, su alegría. Sus ojos chispeantes de color miel. Que me cogiera en volandas para ver el mundo desde su metro noventa. Por ese motivo no podía hablar con él.

Las horas transcurrieron lentas en el conservatorio de danza donde impartía clases desde hacía dos años. La clase de infantil no era de las más trepidantes.

Plié, Relevé, Jeté .

Había llegado algo alterada después de salir del metro, pero entrar en el conservatorio era como hacerlo en otra dimensión. Quedaban fuera todas las preocupaciones, repelidas por un velo protector en la entrada.

Doña Aurora, la que fuera mi profesora en mis años de estudiante, dirigía el conservatorio con la experiencia de una octogenaria intentando adaptarse a las nuevas tecnologías. Ella me dio la oportunidad de enseñar en el mismo lugar donde aprendí. Es más, creía en mí. De vez en cuando me ponía al día de todas las pruebas para compañías o castings para musicales. Yo apuntaba la información que ella me daba o cogía los panfletos, pero nunca me presentaba a nada.

Los niños me saludaron a la salida con respeto marcial, pero llenos de afecto. Era maravilloso ver lo rápido que aprendían, lo rápido que crecían. Ahora podía entender un poquito más a doña Aurora.

Caminé rumbo a la librería de mi padre, a unos veinte minutos del conservatorio. Ya había tenido suficiente dosis de transporte público por un día. A la mañana siguiente intentaría arrancar mi viejo coche. Con los cascos puestos, imaginé coreografías nuevas para incluir en mi repertorio mientras andaba por la acera, esquivando gente.

Después de diez años de formación en el conservatorio de danza continué mi aprendizaje otros tantos en escuelas internacionales. Las opiniones externas sobre mi técnica eran halagadoras, aunque provenían en su mayoría de mis seres queridos y profesoras, que me animaban a dar el salto a alguna compañía.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Post Tenebras: La danza de Ada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Post Tenebras: La danza de Ada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Post Tenebras: La danza de Ada»

Обсуждение, отзывы о книге «Post Tenebras: La danza de Ada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x