Guadalupe Loaeza - Las niñas bien

Здесь есть возможность читать онлайн «Guadalupe Loaeza - Las niñas bien» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Las niñas bien: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las niñas bien»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En 1987, la aparición de
Las niñas bien marcó un parteaguas en la manera de escribir sobre México. El libro fue auspicio de la imparable carrera de Guadalupe Loaeza y es todavía su volumen más emblemático y exitoso. Pieza clave para entender la idiosincrasia, las contradicciones y la visión del mundo de una parte de la sociedad mexicana, conserva no sólo toda su frescura e ingenio, sino también la mordacidad y espíritu crítico que han caracterizado a la autora a lo largo de su exitosa trayectoria. Regresar a esta obra constituye mucho más que un mero ejercicio de nostalgia; es también una forma de entender el presente a través de los indicios que nos ofrece el pasado inmediato.«Guadalupe Loaeza es la única cronista que hoy se atreve a hablar de los
nice, beautiful people… Estas crónicas que parecían de coyuntura hace veinte años, se siguen dejando leer hoy. Tal vez porque no han cambiado tanto las cosas…»
Sara Sefchovich

Las niñas bien — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las niñas bien», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Mami mami, ¿cuándo va a terminar?, por favorcito, te lo suplico, ya cámbiale ¿no? Sssh, sssh, niños, sssh.

UNA TARDE CON EL PSICOANALISTA

—Doctor, tengo ganas de llorar y no puedo. Me siento triste. Hoy quería quedarme en la cama y desaparecer bajo las sábanas. Fíjese, doctor, que ayer volví a cometer la estupidez de siempre. Si le dijera que traigo sentimientos de culpa, ¿me creería? Se lo juro que ya no lo vuelvo hacer. No lo pude evitar, algo en mí me traicionó; una fuerza interna me decía: “Ándale, nada más hoy, hoy nada más”. Doctor, no me vea así, le aseguro que es como una droga. ¿Verdad que usted sí me entiende? ¿Sabe que a veces sus silencios me son más insoportables que sus conclusiones? Doctor, póngase en mi lugar, o bien en el lugar de cualquier ciudadano. ¡Lo que son las cosas!, llevaba días sin hacerlo, pero ya ve, no me aguanté y caí redondita. ¿Le cuento dónde fue? En la peluquería de mis hijos, y mientras esperaba que terminaran con el corte, ¿a quién cree que me encuentro?, a Tere Fernández. Ya le he platicado de ella, que estuvo conmigo en el colegio y que trabaja en Relaciones Exteriores y que su marido está en Fonatur. ¿En qué cree que la emprendimos raudas y veloces?, sí, doctor en hablar, y hablar de qué, pues de qué ha de ser doctor, pues ¡de la situación del país! No se puede imaginar todo lo que me contó. Olvídese, está super informada. Me dejó helada. ¿Qué le iba a decir? ¿Y usted, doctor, cómo ve la situación? Mala, ¿verdad?, pero bien mala. Hay mucha inconformidad en todos los niveles, todo el mundo está como loquito, ¿no se ha fijado?; unos dicen que lo de la nacionalización es muy malo que porque ya va a dejar de ser negocio, que se convertirá en botín de sindicalistas, y otros dicen que es una medida muy buena que porque el Estado va a tener más control sobre la política económica; unos dicen que los banqueros son inocentes y otros que son unos oportunistas negociantes de primera. Ahora sí que estoy confusa. ¿Se da cuenta que se espera una inflación de 80 por ciento?, además de la carestía que se viene. El otro día me dijeron que para enero ya no iba a haber ni pasta de dientes, ni papel de baño, que vamos a tener que utilizar servilletas Pétalo —que aquí entre nos, no son exactamente como pétalos… ¿Hace mucho calor, verdad doctor? Bueno, dígame algo, coménteme. ¿Qué va a pasar con México? Esta situación está produciéndome un complejo muy extraño. Siento como si le debiera dinero a todo el mundo, y a la vez como si hubiera sacado todos los dólares del país. Me siento culpable, doctor, creo que el nombre de mi marido va a estar incluido en la famosa lista. Estoy como hipotecada, me siento como ladrona, rumoróloga, descastada, ilegal y muy devaluada. ¿Sabe qué?, mi problema, ya sé, es un problema de credibilidad y de identidad; nunca me enseñaron a aceptarme, ni como mujer, ni como mexicana. El sueño dorado de mi mamá era que nos casáramos con extranjeros. No creo en nada, no encuentro respuesta en nada. ¿No habrá unas pastillitas que hagan regresar la fe? Estoy triste, doctor; me siento como piñata suspendida en el aire y tengo miedo de caerme. ¿Sabe lo que pensé el otro día? Que todos los mexicanos estábamos conjugando el verbo aguantar desde que nos despertamos: yo aguanto, tú aguantas, él aguanta, nosotros aguantamos, y sobre todo, ellos aguantan. ¡No se ría, doctor!, ya verá que también vamos a tener que conjugarlo en futuro. De un tiempo para acá me peleo mucho con mi marido; ya se lo había dicho ¿no? Todo el día me grita, está de pésimo humor, preocupado. Tengo la sensación de que me culpa por la situación del país; dice que si no agarra hueso este próximo sexenio, nos divorciamos… El pobre es tan inseguro… Sigo con muchas pesadillas: me veo en el Partenón de Durazo, perdida en un infinito laberinto lleno de patrullas que me persiguen; o si no, me veo compareciendo ante la cámara de senadores, gritando: “Sí, sí hacía mis compras en la Galería en Houston… Sí, sí vestía completamente a mis hijos en Estados Unidos, y los mandaba a los mejores camps, pero créanme, no tengo propiedades, ni cuentas en bancos estadunidenses”. ¡Ay doctor!, también sueño con los noticiarios más terribles que se pueda imaginar. La otra noche soñé que estaba frente a Reagan con la mano tendida y que le decía: “Please, money please”; veía la bandera de Estados Unidos a su lado, con una estrellita de más… Doctor prefiero no dormir que seguir teniendo estas pesadillas, pero si no duermo, leo los periódicos y no sé qué es peor porque cuando no los leo, con los ojos bien abiertos veo guerras, bombas, niños guatemaltecos llorando, montañas de cadáveres en Líbano, colas de desempleados y Marías en las calles vendiendo chicles Bubble Yum de uva que me dicen: “Señito, ayúdame con algo”. Yo siempre les doy dinero, y no sabe cómo me lo agradecen: “Que Dios le dé más…”. ¿Se da cuenta? ¡Ay, doctor, tengo ganas de llorar y no puedo!, de veras, ¿eh? Ya hablé, ¿no?, dígame algo, que el problema no tiene solución. ¿Sabe de qué tipo soy, para que me desprecie aún más?, de esas que se ponen felices cuando le dicen a uno: “Ay, pero usted no parece mexicana, más bien parece italiana o española; sus papás entonces no son de aquí, ¿verdad?”. Acuérdese cómo regresaba siempre de mis viajes con seis maletas repletas a reventar, fíjese que todo lo que traigo puesto es de allá, hasta las medias, mírelas. ¿Se acuerda de mis depresiones porque todo lo veía horrible, sucio, pobre, la gente mal vestida, nacos y nacos por todos lados? Acuérdese cómo le contaba que todo me daba asco, y la depresión me duraba semanas. No sé nada de historia de México. A ver, ¿dígame quién fue Santa Anna? ¿Qué fue lo que hizo? ¿Por qué me ve así, doctor? ¿Por ignorante, verdad? Cuando era chiquita creía que las canciones rancheras nada más eran para las criadas. Pero créame, que ahora sí quiero aprender a identificarme con lo mío. Quisiera que mis hijos estuvieran orgullosos de ser mexicanos; aquí van a vivir, van a trabajar, ah, eso sí que no vayan a ser políticos… Yo no me quiero ir a vivir del otro lado, doctor, como muchos amigos míos lo han hecho. Soy mexicana, como usted, y aquí tengo mis raíces, pero ¿por qué nos cuesta tanto trabajo creerlo? Si el país se vuelve socialista, pues yo también me vuelvo socialista; unos amigos cubanos dicen que así empezó Cuba, y ya se fueron a Miami. Doctor ¿ya es la hora, verdad? Ya me tengo que ir, ¿ya? Híjole, nada más de pensar en el periférico a estas horas, se me revuelve el estómago. Dígame, doctor, ¡ay!, ¿no le importa si le pago la próxima semana? Es que tuve que pagar mi American Express, ya ve que ahora se puede liquidar en pesos. ¿De veras no le importa, doctor? ¿De veras? le juro que para la próxima semana le traigo su cheque. ¿Por qué me ve así, eh…?

UN DOMINGO EN LA LAGUNILLA

Ese domingo en La Lagunilla, los intensos rayos del sol y el smog se filtraban entre las chácharas y los viejos libros. “¿Cómo le va señor Olmedo?”, le dije a mi viejo librero, “y ahora ¿qué trajo de interesante?”. “Pues mire”, contestó, “a usted que le da por la nostalgia, conseguí con muchas dificultades toda la colección ya encuadernada de la revista Social desde 1936 a 1968, en que se dejó de imprimir. ¿Ya sabe cuál?, la de la portada plateada.”

Pretendiendo una actitud de indiferencia (el señor Olmedo es aún más carero en cuanto percibe el interés del cliente) tomé el primer volumen y comencé a hojearlo. Mis ojos se toparon con muchas fotografías color sepia. Grupos de personas bien sentaditas mirando fijamente la cámara. Los trajes y sombreros de la época me parecieron muy bien planchaditos, no obstante el polvo que tenía este primer número del 15 de agosto de 1936. Rápidamente leí la pequeña nota que escribió Editorial Mercurio explicando el porqué del lanzamiento de la revista (para captar aspectos de la vida social de la metrópoli). El tipo de letra de estilo “retro” de los encabezados llamó mi atención: “Amazonas modernas”, “El primer concierto de la orquesta sinfónica dirigido por Carlos Chávez”, “En casa del poeta Enrique González Martínez”, “Cocktail party de los príncipes Sulkowky”, “Las chicas del volante”, “Los nombres que se heredan”. Conforme avanzaba en mi rápida lectura, sentía cómo mi interés iba aumentando: “Sesenta y nueve consejos de una recién casada (de cuando en cuando trate de confesarle que usted no tenía razón)”, “Cosiendo para los pobres”, “Residencias de México”, “Visitas con don Artemio de Valle-Arizpe”. Cerré el libro y le pregunté al señor Olmedo: ¿cuánto? ¿Se la lleva toda? Depende. Ni la hemeroteca la tiene. ¿Cuánto? Es toda una época de México que ya se la llevó el diablo. ¿Cuánto, señor Olmedo? Allí están los aristócratas de don Porfirio, que luego se volvieron pobres y los nacos de don Miguel, que luego se volvieron millonarios ¿Cuánto? Trae de todo: recetas, consejos, cuentos, hasta fotonovelas con Julián Soler. ¿Cuánto? (le insistía con la frente perlada, tratando de disimular mi interés). Es una joya, un testimonio de tres generaciones de la burguesía mexicana; allí están las familias de los exbanqueros casando a sus hijos con la “aristocracia”. ¿Cuánto? Sale la casa de Dolores del Río en Santa Mónica, la boda de la Doña con Jorge Negrete, las primeras residencias de Acapulco, las boda de los hijos de los políticos, hasta fotos de sus regalos salen, las primeras casas en Las Lomas de los nuevos ricos, todas las recepciones diplomáticas. ¿Cuánto? Ya dígame señor Olmedo, ¿cuánto? Pues, mire, por tratarse de usted y porque es mi clienta, se los dejo todos, oiga, pero déjeme decirle que se lleva una cosa única, verdá de Dios, con todo este material, a usted que le gusta escribir, hasta podría escribir una novela de nostalgia. ¿Cuánto? Pues mire, estas cosas ya no se consiguen en ninguna parte y como está todo, le repito, por tratarse de usted se lo dejo, permítame un segundo por favor.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las niñas bien»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las niñas bien» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Guadalupe Nettel - Natural Histories - Stories
Guadalupe Nettel
Leigh Bardugo - Shadow and Bone
Leigh Bardugo
Jean Robert Donwoung Teinkela - Tout est bien qui finit bien
Jean Robert Donwoung Teinkela
Elena Guadalupe Dutruel - Vidas
Elena Guadalupe Dutruel
Guadalupe Faraj - Jaulagrande
Guadalupe Faraj
Guadalupe Marín - La única
Guadalupe Marín
María Guadalupe Estrella González - Sexpresso
María Guadalupe Estrella González
Guadalupe Nettel - Los pelos en la mano
Guadalupe Nettel
Уильям Шекспир - Tout est bien qui finit bien
Уильям Шекспир
Отзывы о книге «Las niñas bien»

Обсуждение, отзывы о книге «Las niñas bien» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x