La participación electoral latina es una formidable fuerza para el cambio, especialmente al tratarse del sufragio mexicoamericano. Los cambios demográficos inclusive han obligado a que el Partido Republicano fortifique su presencia entre los votantes latinos. Por ejemplo, la conocida red reaccionaria de los hermanos Koch financió sesiones de repaso y preparación en español para el examen de conducir en el estado de Nevada. Tamara Keith de National Public Radio acentuó que los políticos “care so much about capturing the so-called ‘Latino vote’ because the U.S. Hispanic population is exploding”. 12El patrón de crecimiento demográfico de la población latina continuó entre el 2000 y el 2012, aumentando casi 49 por ciento mientras el resto de la población estadounidense solo crecía un 5,8 por ciento. Aún más impresionante es el hecho que entre el 2012 y el 2030 los latinos constituirán el 40 por ciento del crecimiento total del electorado. 13Con este aceleramiento demográfico la comunidad latina se aproxima a cumplir el aforismo de Juan Bautista Alberdi, “gobernar es poblar”.
En 1960 la mujer mexicana que vivía en México tenía un promedio de siete hijos, lo cual cambió a solo dos hijos para el 2009. En los Estados Unidos de 1970 solo había menos de un millón de inmigrantes mexicanos, y durante la década de 1980 y 1990 la inmigración se convirtió en la causa principal del crecimiento de población. Sin embargo, camino a la primera década del siglo XXI se produjo un giro importante en esta tendencia y el número de natalidades aumentó a 7,2 millones frente a los 4,2 millones de nuevos inmigrantes. La vitalidad de la población mexicoamericana en Estados Unidos ha sido tal que, en la actualidad, el número de natalidades es mayor al número de nuevos inmigrantes. 14Asimismo, en el presente, la población latina ya es el grupo minoritario más numeroso de los Estados Unidos.
Aproximadamente, cada año 800 000 jóvenes latinos cumplen su mayoría de edad electoral (18 años), un hecho que sin duda innfluye política e institucionalmente en la infraestructura social estadounidense. Mientras en México ha disminuido la tasa de natalidad, el número de natalidades latinas en Estados unidos ha aumentado a 9,8 millones en el 2000 y a 12,5 millones en el 2007. La comparación de estos números muestra que 11,4 millones de inmigrantes nacieron en México mientras que 22,3 millones latinos nacieron en Estados Unidos. 15Una pregunta clave por resolver es si otros grupos latinos remplazarán el flujo de inmigración hacia Estados Unidos en caso de que la inmigración mexicana menguara en los años venideros.
Antes de la década de 1980, los sudamericanos mayoritariamente eran refugiados políticos o contaban con un poder adquisitivo que les permitía vivir apartados del resto de la población latina en Estados Unidos. En la actualidad, la población latina de origen sudamericano es 2 769 434, un equivalente al 5,5 por ciento del total de la población latina. El conjunto sudamericano es pequeño debido a la distancia y el costo de transporte en el curso de inmigración, lo cual hasta no muy reciente no estaba al alcance de la clase obrera y clase media. Dado que un número considerable de sudamericanos son refugiados políticos, la mayoría cuentan con condiciones más favorables, condiciones a las que no tienen acceso el resto de la población latina en Estados Unidos. La inmigración argentina que en gran parte tomó lugar durante la guerra sucia, entre 1976 y 1983, sirve como ejemplo. Un grupo importante de esta corriente inmigratoria eran los judíos quienes enfrentaban fuerte antisemitismo y represión militar. Uno de cada cinco argentinos que inmigraron durante esta época se asentó en Nueva York, mientras otra parte se estableció en Miami, Florida. No obstante, el número de habitantes argentinos seguía siendo pequeño. Sin embargo, el 40 por ciento de argentinos en Estados Unidos mayor de 25 años cuenta con un título universitario, a comparación del 13 por ciento del resto de la población latina. 16La gráfica a continuación refleja la población total de los países de donde proviene la población latina y la distancia aproximada entre Estados Unidos y estos países. Estos datos son indisplensables para observar los patrones de inmigración; por ejemplo, es deducible que no hay una inmigración considerable de bolivianos porque resulta más costoso cubrir la distancia del viaje a comparación de México o los países centroamericanos.
Latinoamérica |
Población |
Distancia aprox . |
Estados Unidos |
318 892 103 |
|
Brasil |
202 656 788 |
4552 millas |
México |
120 286 655 |
0 |
Argentina |
43 024 374 |
5610 millas |
Colombia |
46 245 297 |
2627 millas |
Canadá |
34 834 841 |
0 |
Perú |
30 147 935 |
3471 millas |
Venezuela |
28 868 486 |
2804 millas |
Chile |
17 363 894 |
5267 millas |
Ecuador |
15 654 411 |
2918 millas |
Guatemala |
14 647 083 |
1512 millas |
Cuba |
11 047 251 |
1521 millas |
Rep. Dominicana |
10 349 741 |
2001 millas |
Honduras |
8 598 561 |
1622 millas |
Paraguay |
6 703 860 |
4840 millas |
El Salvador |
6 125 512 |
1665 millas |
Nicaragua |
5 848 641 |
1797 millas |
Costa Rica |
4 755 234 |
2034 millas |
Puerto Rico |
3 620 897 |
2195 millas |
Uruguay |
3 332 972 |
5462 millas |
Jamaica |
2 930 050 |
1725 millas 17 |
La siguiente gráfica permite una mejor contextualización de estos números: 18
Como ya se ha dicho, si los latinos en Estados Unidos fuesen una nación, sería el tercer país más grande de América Latina, siendo así también la segunda nación más grande de hispanohablantes. Como tal, la población latina en Estados Unidos es mayor a la de España o Argentina. Más aún, el conjunto mexicano por sí solo sería la quinta nación más grande en Latinoamérica y la séptima en cuanto a hablantes del español. Parecería lógico que la academia estadounidense, con su lema de ir tras la verdad, se preocupase más por fomentar los estudios latinos, aún solo si fuese con interés de averiguar la densidad del impacto latino en la identidad nacional del país. No podemos cometer el error de asumir que a cincuenta años del presente se dará una homogeneidad social y que ocurrirá una asimilación de los mexicanos en Estados Unidos tal cual como sucedió con los inmigrantes italianos; solo basta ver un mapa y preguntarnos qué se puede deducir de la distancia geográfica entre Estados Unidos y México en comparación con Italia. Esta cuestión resulta alarmante para un gran número de angloamericanos –según ellos, todos deben aspirar a adoptar el modelo normativo del hombre blanco. Sin lugar a duda, desde la incepción de los Estados Unidos, los valores y figura del hombre blanco han marcado las pautas de la formación nacionalista del individuo. Debido a ello se entiende el porqué varios senadores reaccionaron frenéticamente cuando la juez Sonia Sotomayor dijo lo siguiente: “I would hope that a wise Latina woman with the richness of her experiences would more often than not reach a better conclusion than a white male who hasn’t lived that life”. La controversia de su promulgación se debe al rechazo de una predeterminación histórica que legitima y normaliza la supuesta verdad común del hombre blanco, los fundamentos y base de la supremacía blanca en Estados Unidos.
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